Podría haber sido el MoMA, ¿o tal vez el Guggenheim? Pero no. Ha sido el Meadows Museum de Dallas (conocido como el 'pequeño Prado' de Texas) el primero en presentar la exposición más exhaustiva de arte moderno español que se ha visto nunca en EEUU. Abierta al público desde este domingo y hasta el próximo 29 de enero, la muestra Arte Moderno español reúne 97 obras de 57 artistas diferentes.
Entre los nombres propios se encuentran, por supuesto, los grandes artistas que son ya patrimonio del arte universal, como Pablo Picasso, Joan Miró, Juan Gris o Salvador Dalí. Pero es precisamente en esa nómina de artistas menos conocidos -pero fundamentales en la génesis de la modernidad artística española-, donde radica la importancia de esta exposición.
Una muestra que nos acerca a las diferentes sensibilidades y formas que adopta la modernidad desvelando cómo artistas que gozan hoy de fama internacional recibieron escaso reconocimiento en su época (Eduardo Chillida, Óscar Domínguez, Pablo Gargallo, Julio González, Antoni Tàpies, Joaquín Torres- García, Josep de Togores o Jorge Oteiza); cómo artistas españoles influyeron sobre la práctica de sus contemporáneos en EEUU (Rafael Barradas, Leandre Cristòfol, Ángel Ferrant), a la vez que reivindica nombres que, pese a ser cruciales para la historia del arte moderno, siguen siendo menos reconocidos, como Alfonso de Olivares y Martín Chirino.
Eugenio Carmona, comisario de la exposición, subraya que “es la primera vez que se hace en EEUU una exposición de arte moderno español con tanto cuidado por el conjunto”.
Detrás de esta reivindicación se encuentra también la poco conocida labor que desde 1987 lleva haciendo la Asociación Colección Arte Contemporáneo (ACAC), fundada por un gran grupo de empresas privadas españolas que asumieron conjuntamente el compromiso de contribuir a la conservación y divulgación del patrimonio artístico español a través de la formación de una colección de obras de arte contemporáneo.
Mark Roglán, director del museo, cuenta a este diario cómo los diferentes episodios de la historia reciente española no detuvieron la creatividad de los artistas: “El siglo XX fue una época fértil y creativa si observamos el arte moderno en España. Ni la Guerra Civil ni el régimen franquista detuvieron la creación de magníficas obras de arte en este periodo”. En una muestra que contiene esculturas, lienzos y grabados de los años comprendidos entre 1915 y 1957.
Cinco sensibilidades diferentes
Eugenio Carmona explica que “en lugar de hacer un recorrido histórico, nos dimos cuenta de que el arte se mueve sólo y tiene su propia ley”. Podían haber utilizado la guerra civil como hilo conductor, pero “los artistas de la república siguieron trabajando bajo la dictadura de Franco o en el exilio”, indica. Por eso les pareció necesario “hablar de recorridos artísticos que no estuvieran truncados por las miserias de la guerra”.
“Ese es el motivo por el que en la colección hay artistas que hacen de nexo de antes y después de la contienda; como Ángel Ferrant, Benjamín Palencia, Alberto Sánchez u Óscar Dominguez”, cuenta Carmona. “En vez de cortar en la guerra civil hemos decidido hacer cinco recorridos por cinco sensibilidades diferentes que abarcan desde principios del siglo XX hasta finales de los años cincuenta”.
Esos cinco itinerarios elegidos para organizar la muestra son los siguientes: Nuevas fisionomías y realismos modernos (donde se recogen las vanguardias); Forma: desarrollo hacia un arte constructivo (donde se representa la transición del cubismo hacia interpretaciones más libres); Naturaleza y cultura, Surrealismos expandidos (donde se recogen la variedad de enfoques en torno al surrealismo); y el Nuevo lirismo y expresión libre (donde se observa la mayor libertad y espontaneidad de los artistas).
La exposición pretende promover y favorecer la conciencia histórica de la modernidad española en el arte
No es la primera vez que el Meadows Museum se acerca a las grandes colecciones españolas privadas. Ya lo hicieron con motivo de su 50 aniversario, con los Tesoros de la Casa de Alba o con la colección Abelló. Mark Roglán, director del museo, cuenta a este periódico que “se ha tardado más de tres años en reunir este conjunto artístico por lo refinado y lo exquisito de ver cómo se ajustan estas obras y esta muestra a las salas del Meadows”. E insiste en que lo que han conseguido es reunir “cosas muy difíciles de encontrar en otros lugares”.
La exposición ha sido posible gracias a la colaboración de la ACAC, más la ayuda de BBVA/Compass (principal patrocinador corporativo) y Acción Cultural Española, además de la Meadows Foundation.
Entre los descubrimientos, podemos encontrar al uruguayo (de padres españoles) Rafael Barradas que vivió toda su vida en España “y fue enormemente influyente en Dalí, García Lorca, Buñuel y en todo el conjunto de los poetas ultraístas”, explica Carmona. Algo que él denomina “irradiación Barradas”. Un hombre que según el comisario de la exposición “tuvo la valentía de introducir en España el lenguaje de las primeras vanguardias”.
Como afirma Carmona, esta exposición "promueve y favorece la conciencia histórica de la modernidad española en el arte".