Francisco Vázquez, más Paco que nunca
El exalcalde de A Coruña sale del armario vestido de embajador, para colgar en la galería del consistorio entre el resto de ediles.
20 diciembre, 2016 19:39El exalcalde de A Coruña no es un ciudadano normal. Es un alcalde de guante blanco. Así quedará para la posteridad en la galería de los retratados del consistorio, que dirigió durante 23 años representando al PSOE. Francisco Vázquez cambió la alcaldía por la Santa Sede, donde fue embajador español cinco años, hasta 2011. Diez años después de poner punto final a su trayectoria como edil, llegan los honores de su memoria en forma de lienzo, que le pinta como embajador más que como lo que fue en la casa de todos los coruñeses, alcalde en la ciudad donde nació hace 70 años.
Paco pasará a la historia repleto de medallas y brillos, gracias al encargo atendido por el pintor Rafael Cidoncha. No ha trascendido el precio. El artista no ha desatendido ni uno de los adjetivos reclamados por su cliente y le ha colgado 15 medallas -suyas son- sobre el pecho azul aterciopelado y ribeteado en oro de la casaca, y todos los bordados con los que se identifica al cargo de representante de España en el mundo.
En la simbología y uso del uniforme diplomático, el rojo significa la pasión y la voluntad. Pero Paco, el político que hace un año declaró que “ningún católico puede votar al PSOE” (en la Universidad eclesiástica san Dámaso de Madrid), prefiere el azul. Este color representa el pensamiento y la intuición. Para acentuar la templanza de quien acusó a Pedro Sánchez de recurrir a “las cerillas y la gasolina para quemar conventos”, esas hojas de roble en el pecho hacen referencia a la dureza, la perseverancia y la estabilidad.
Vestido para la Santa Sede
El oro de los bordados se identifica con la imagen de la luz solar, lo superior, la gloria. Las bocamangas, en paño rojo, también lleva bordado. El uniforme se completa con un bicornio que sostiene con su mano derecha, rematado con plumas de avestruz de color blanco (el tono de quienes ostentan la categoría de embajador).
El Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación (MAEC) no exige el uniforme diplomático cuando los embajadores presentan sus cartas credenciales ante los Jefes de Estado del país receptor. Queda a la voluntad del embajador. Sólo hay un caso que recomienda la utilización del uniforme para los embajadores españoles, la Santa Sede. No así en el Ayuntamiento de A Coruña.
El retrato del exalcalde es, en realidad, un retrato del uniforme que repasa simbólicamente las cualidades y virtudes -reales, imaginadas y, sobre todo, deseadas- de quien lo viste. Más Paco, más diplomático y más pretérito que nunca. Y sobre el traje, su cabeza.
Un gran caballero
En el currículo de Vázquez aparecen condecoraciones como la de Caballero gran cruz de la Orden de Pío IX, Caballero gran cruz de la Orden de Isabel la Católica, Gran cruz de la Orden de Malta, Gran cruz de la Ordem del Mérito Civil, Gran cruz de la Orden de Alfonso X el Sabio, Gran cruz del Mérito militar, Gran cruz del Mérito naval, Orden del Mérito constitucional…
También la Gran cruz de Isabel la Católica, condecoración concedida por haber prestado el Ayuntamiento para que el Gobierno de Aznar celebrara un Consejo de Ministros en plena crisis del 'Prestige'.
Y la Orden del Imperio Británico, que destaca sobre el resto, prendida a la banda, de ocho puntas, esmalte azul cielo y con el anillo en rojo. Desde hace un siglo se nombran 858 oficiales y 1.464 miembros por año. Los que no son ciudadanos británicos son caballeros honoríficos. El día que la reina Isabel II le impuso la medalla, Paco dejó de ser “don alcalde” -como le bautizó un vecino-, para convertirse en uno más de las 100.000 personas en el mundo que tenían entonces un pergamino y el medallón con el lema “Por dios y el imperio”. El alcalde había impulsado la difusión de los valores británicos y la exaltación de figuras como Sir John Moore.
Al ABC, en una entrevista de 2015, le dijo que nunca ha sido de derechas, sino que ha hecho “una lectura social cristiana de la realidad”. “Podemos es un partido comunista, radical, impregnado por una corriente caudillista propia de América Latina, que se presenta como un lobo con piel de cordero para captar un espacio que han dejado libre los socialistas”.