A finales de marzo el puesto de Miguel Zugaza tendrá sustituto, así lo confirman fuentes del Museo Nacional del Prado a este periódico, que prefieren no retrasar más la tormenta de la sustitución. El Patronato ha comunicado que no habrá concurso público para elegir el relevo del director de la institución. El órgano gestor del museo, presidido por José Pedro Pérez-Llorca, descarta las Buenas Prácticas para nombrar un nuevo responsable a su libre albedrío. El cargo saliente ya adelantó a este periódico en diciembre que en tres meses estaría resuelta la crisis provocada por su marcha repentina.
Será una comisión la responsable de señalar quién se hará cargo de las riendas del museo más importante del país. El Patronato se lo comunicará al ministro y de ahí al presidente del Gobierno y todo quedará visto para sentencia. De esta manera, en el perfil de la comisión se encuentra el perfil del nuevo director. Se abren dos posibilidades, tal y como indican desde el museo, un gestor o un académico. Zugaza ha cumplido con el papel del primero, pero ha sido una excepción en la historia del museo. De hecho, él mismo aclaró, en entrevista con El País, su deseo de entregar su legado a un conservador del museo.
Este periódico ha hablado con varios conservadores y personal técnico. Tanto unos como otros, prefieren mantener su anonimato al ofrecer sus deseos: la mayoría del cuerpo consultado se decanta por Miguel Falomir (Valencia, 1966), actual Director adjunto de Conservación e Investigación del museo desde hace año y medio, cuando sustituyó a Gabriele Finaldi, que abandonó El Prado para dirigir la National Gallery de Londres.
Además se preguntan qué decisión habría tomado Finaldi de haber conocido la decisión de Zugaza, inesperada y repentina, que coincidió con el último intento de traerse del Museo Reina Sofía El Guernica al Salón de Reinos (y que Norman Foster incluyó en la presentación del proyecto ganador de la reforma). Hoy, la versión extranjera no parece la preferida por el Patronato.
El legado natural
Falomir ha crecido al abrigo de Zugaza, conoce las virtudes desplegadas por el futuro director del Museo de Bellas Artes de Bilbao, y ahora es receptivo al cargo. Cuando Miguel Zugaza (Durango, 1964) hizo pública su decisión, Falomir aclaró a este periódico que su preferencia era seguir en su actual cargo y mantener sus investigaciones sobre pintura italiana y francesa hasta 1700. De hecho, se encuentra en pleno proceso de cierre del importante catálogo de Tiziano en El Prado. Sin embargo, Falomir, una vez ha comprobado el amplio apoyo que tiene en el seno del museo, ha variado su negativa inicial y en estos momentos está dispuesto a asumir el cargo.
Hay un inconveniente: José Pedro Pérez-Llorca (Cádiz, 1940). Al parecer, no es la candidatura preferida del presidente del Patronato, que ya despidió al saliente con un curioso "Eskerrik Asko, Zugaza". El abogado y padre de la Constitución, puesto al frente del Prado por decisión de la Moncloa en 2012, está ilusionado con la foto del Bicentenario y la reforma del Salón de Reinos así que no extrañará que renueve su cargo este año otros cinco más.
Hay en el seno del museo otro nombre que le hace más gracia y que rompería con la masculinización del cargo desde la creación del Prado: Leticia Ruiz Gómez (Santander, 1961), Jefe del Departamento de Pintura Española del Renacimiento, sin experiencia en los cargos más representativos, pero con amplio apoyo por parte de Amelia Valcárcel (filósofa), vicepresidenta de la comisión caza directores.
Junto a Pérez-Llorca y Valcárcel, el órgano está compuesto por el secretario de Estado de Cultura (Fernando Benzo) y dos ex ministros de Cultura del PP y PSOE: Pilar del Castillo y Javier Solana. También figuran Antonio Bonet (presidente de la Real Academia de BBAA de San Fernando), el pintor Hernán Cortés, el escritor Luis Alberto de Cuenca, la historiadora del arte (y en un principio candidata) Mª Dolores Jiménez-Blanco, Luis Lafuente Batanero (director general de BBAA y Patrimonio Cultural). El Patronato respaldó en bloque la gestión de Miguel Zugaza, al que se le ha incluido en la comisión y se le da la opción de defender su visión de la “sucesión natural”.
Hombre o mujer
Miguel Falomir es el favorito de los conservadores y restauradores, pero también de la cúpula del Museo del Prado. Desde hace 20 años trabaja en la institución, con una amplia red de contactos en el extranjero. Será difícil superar a Zugaza, pero a favor de Falomir no encontrará problemas con el inglés en una etapa en la que El Prado necesita reivindicarse en el extranjero.
Entre las exposiciones que ha comisariado destacan las retrospectivas dedicadas a Tiziano (en 2003) y Tintoretto (en 2007), así como El retrato del Renacimiento (2008), El último Rafael (2012) y la magnífica Las Furias: alegoría política y desafío artístico.
Por su parte, Leticia Ruiz aterrizó en el museo dos años más tarde que Falomir. Su especialidad le hace estar más cercana a la restauración y a las técnicas de conservación de la obra de arte. Ha comisariado las exposiciones Bodegones y floreros barrocos en el Museo del Prado (1999), El retablo del colegio de Doña María de Aragón: cuatrocientos años del Greco (2000) o El retrato español en el Prado. Del Greco a Goya (2006).