El arte contemporáneo español es tan barato que es un producto perfecto para el coleccionista extranjero. Las obras más caras, de los artistas españoles mejor situados en el gusto del mercado se venden fuera de España. Aquí no hay compradores interesados. Los inversores españoles han desaparecido con la crisis económica y no han regresado. Su lugar ha sido ocupado por las riquezas latinoamericanas, que en los dos últimos años se han mostrado más interesadas, más dispuestas y más confiadas en el arte español que las propias.
El mercado del arte español es tan pequeño (es el 2% del arte vendido en Europa) como sus precios y, a pesar de ello, en 2016 creció un 19% respecto al año anterior (385 millones de euros). Estas son las conclusiones, algo optimistas, que se desprenden del estudio de la especialista Clare McAndrew, presentado por la Obra Social la Caixa, tras una encuesta realizada con 200 galerías y casas de subastas (menos de un tercio de las invitadas a participar).
Este respiro latinoamericano supone una conclusión esperanzadora para el sector: el arte español ha tocado fondo, no puede caer más. El repunte se debe, principalmente, al esfuerzo que las galerías han realizado para desplazarse a las ferias. Acuden a cinco al año, tres de ellas son internacionales. El 61% de las ventas se hace en estas últimas.
Las ferias, la salvación
Las galerías son la fuente principal de ventas (el 80%) frente a las casas de subastas. Además, han hecho crecer sus ventas en ferias un 80%. “Es un crecimiento enorme”, reconoce la experta. Pero también aseguran que los desplazamientos por las ferias extranjeras les supone cada vez más inversión.
“España es un exportador neto de obras de arte. Aunque las importanciones en los últimos dos años se comportan mejor”, observa McAndrew. La experta señala ahora a la legislación: el aumento del IVA a la venta interior “ha provocado el declive de las ventas”. “El contexto legislativo es importante e influyente en las ventas. Es importante que España tenga un IVA adecuado para revitalizar su mercado, parejo a la media europea. Con la salida del Reino Unido a España se le presenta una buena oportunidad para ser la puerta de entrada y salida de obra de arte a la Unión Europea, con unos impuestos adecuados”, ha asegurado.
España vende más arte al mundo de lo que hacía hace diez años. Las exportaciones fuera de la Unión Europea suponen el 71% del total de las ventas españolas en el extranjero. El principal mercado de compra es el estadounidense. El británico disminuye sustancialmente (antes incluso del Brexit). Curiosamente, sólo el 6% de las exportaciones se hicieron en América Latina. Es decir, del estudio se desprende que son los ciudadanos latinoamericanos residentes en España los que han ocupado el lugar de las clases medias españolas.
Riqueza latina
“Es muy importante en España la riqueza latinoamericana. Los coleccionistas españoles no han vuelto y han sido sustituidos por los residentes latinoamericanos, que sí apoyan el mercado español”, reconoce McAndrew. Asegura que los coleccionistas latinos compran fuera de su mercado porque éste es muy pequeño. No obstante, las grandes galerías y grandes ventas siguen recibiendo el apoyo de los coleccionistas europeos más influyentes.
Las galerías que más han crecido en estos dos años estudiados deben su desarrollo al apoyo latinoamericano, gracias a ellos se han mantenido las ventas del sector. Internet emerge como un mercado con mucha potencia, sobre todo, para la captación de nuevos compradores y coleccionistas futuros. Ha pasado del 1% al 5% de la cuota. “Es un nuevo canal muy importante”, explica.
A pesar de ello, las exportaciones españolas experimentaron una disminución en su valor del 6%. En 2015 sumaron 100 millones de euros, en 2016, 93,7 millones de euros. Muy por debajo del pico de 154 millones de euros de 2009, el último buen año antes de la hecatombe económica.
Un IVA para crecer
Los artistas más vendidos son: Pablo Picasso, Joan Miró, Salvador Dalí, Julio González, Antoni Tàpies, Manolo Valdés, Miquel Barceló… Es decir, los artistas vivos españoles están muy mal situados en el mercado internacional. “Habría que empezar por trabajar con los artistas. Hay galerías que funcionan como incubadoras, que defienden al artista emergente. El Gobierno debe apoyar a los artistas del futuro y a sus galerías, a través de ayudas para la vivienda o los talleres”, explica.
Hay una tendencia perjudicial: cada vez hay más gente joven que se interesa en el arte, pero compran más en el extranjero y en las ferias fuera de España, no en España. El comercio del arte español implica una contribución significativa a las cuentas del Estado. El total de su contribución fiscal en 2016 fue de 173 millones de euros (un aumento del 30% desde 2010).
Clare McAndrew asegura que los ingresos por impuestos son proporcionalmente similares a los del Reino Unido, pero que el IVA no aporta tanto como el Impuesto de Sociedades. Por eso cree que habría que bajarlo para hacer crecer las cifras de venta del extranjero, porque el declive de estas se encuentra "en la reducción de las ventas del nivel más alto”. Los artistas españoles necesitan a los ricos extranjeros para vivir del arte.