<em>San Miguel expulsando a Lucifer y a los ángeles rebeldes</em> (en el Museo Thyssen-Bornemisza) o el año en que el PSOE echó a sus barones de Ferraz. <strong>Rubens</strong> pintó en 1622 a un san Miguel metalizado y bien rojo. Acorazado y protegido por sus querubines, el arcángel se presenta muy guerrero para acabar con los elementos que envenenan la organización celestial socialista. La escena es dramática, porque retrata la pelea. Fue utilizado en la Contrarreforma como el triunfo de la Iglesia católica sobre los protestantes. El Apocalipsis narra una batalla cruenta en el cielo, siendo arrojado a la tierra “la antigua serpiente, llamada Diablo y Satanás”. Los que lucharon con él también fueron expulsados. Una masacre que acabó con los elementos que trataron de rebelarse al candidato favorito. La militancia protegió a san Pedro Sánchez y juntos derrotaron a los marchitos valores de los barones.