Después de casi una década como vocal de la Junta de Calificación, Valoración y Exportación de Bienes de Patrimonio Histórico Español, Manuel Borja-Villel, director del Museo Reina Sofía desde 2008, deja su cargo al frente del organismo que se dedica a velar por el patrimonio cultural del país. Los vocales que componen la actividad del instrumento menos transparente del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte son los más importantes gestores de los museos más destacados del país. Entre ellos hay varios directores y representantes del Museo del Prado, el Museo Thyssen, el Museo de Arte Nacional de Cataluña, el Museo Arqueológico Nacional, la Biblioteca Nacional de España, de Patrimonio Nacional y, por supuesto, del Museo Reina Sofía.
En el BOE publicado hoy, Manuel Borja-Villel desaparece de la lista de 16 vocales. Pero también deja su cargo en la Comisión de valoración -órgano de la Junta-, compuesta por cuatro personalidades designadas por el Director General de Bellas Artes y Patrimonio Cultural. En la última lista oficial publicada por el BOE, de 2015, aparecían Manuel Borja Villel, Miguel González Suela (ex Subdirector General de Museos Estatales), José Serra (director del Museo Nacional de Arte de Cataluña) y Miguel Zugaza (que también causa baja en la nueva composición por su dimisión como director del Prado).
En el lugar de Borja Villel en la Comisión de valoración entra Rosario Peiró (mano derecha en el Reina Sofía de Borja Villel). Por Zugaza entra Miguel Falomir, nuevo director del Museo del Prado. En el lugar de González Suela toma asiento Begoña Torres González, nueva Subdirectora General de Promoción de Bellas Artes. Es decir, el Reina Sofía será el único de los tres museos que no tenga a su director como representante en la Comisión.
Dimitir de la composición como director es una decisión grave, que desde el Museo explican como "un tema de disponibilidad". "Últimamente viaja mucho y pasaban reuniones de la Junta a las que no acudía", reconocen desde el gabinete de comunicación del museo. "Es una decisión personal de Manolo, por responsabilidad". Sin embargo, el museo que dirige se queda con un único representante (Rosario Peiró), mientras el Prado tiene hasta tres.
El órgano más opaco
La Junta se encarga de proponer compras de obras de arte al Estado, para que se incorporen a las colecciones de los museos, archivos y bibliotecas estatales. También informa sobre la conveniencia de conceder autorizaciones para la exportación e importación de bienes culturales. Es el órgano que denegó la salida de España del Picasso de Jaime Botín, y que se encuentra custodiado en los almacenes del Museo Reina Sofía.
A pesar de ser el órgano más opaco del Ministerio, es una pieza esencial en la gestión y conservación del patrimonio. No rinde cuentas ante nadie, ni publica en ninguna parte sus operaciones. Sin embargo, hace tres años este periodista solicitó al Portal de Transparencia el desglose de las obras de arte que retuvo para que no se vendieran en el extranjero y las que obtuvieron el permiso de exportación. En los informes se desvela que se concedió permiso de exportación para su venta en el extranjero -un mercado más rico que el español- a 10.581 obras de arte.
Además, la decisión coincide con el final del segundo mandato de Manuel Borja-Villel al frente del Museo Reina Sofía, cuya elección por el Patronato del museo se hizo público a finales de diciembre de 2007, a través de un concurso internacional de Buenas Prácticas. El próximo diciembre, el Patronato debería renovar su cargo al frente del museo y proponerlo al Ministro de Educación, Cultura y Deporte, si el director decide continuar al frente.
¿Cinco años más?
"La intención del director es continuar al frente del museo, todavía queda mucho proyecto por desarrollar. Además, son tres renovaciones posibles, de cinco años cada una. La siguiente se debería hacer en la Junta del Patronato a finales de diciembre", explican las fuentes oficiales del museo a EL ESPAÑOL.
Antes de llegar a la institución que le ha reportado su reconocimiento internacional, dirigió el MACBA y la Fundación Tàpies, ambas en Barcelona. La salud tampoco ha acompañado en los dos últimos años a Borja-Villel, motivo por el que el experto podría anunciar, con la consumación de su segundo mandato, el final de su era en Atocha. Esta posibilidad, que ha mermado las fuerzas del director y obligado a abandonar la Junta, queda descartada según el museo.