La casa de subastas Christie's estimaba que vendería el Buda de medio metro de altura, realizado en Nepal entre los siglos XIII y XIV, por unos 700.000 euros como máximo. La subasta de este miércoles en Nueva York, en la que se vendía la pieza de Carmen Cervera, se cerró con un precio de 3,2 millones de dólares, es decir, 2,69 millones de euros, muy por encima de lo estimado. La escultura se ha vendido como una rareza de la época, porque el Buda es “una pieza de ensueño”, en palabras de Leiko Coyle, la especialista de la casa de subastas en arte asiático.
Sin embargo, las otras dos piezas que puso a la venta la viuda del barón Thyssen no corrieron la misma suerte. La escultura de piedra del dios hindú Shiva y de Parvati, del siglo IX, salía con un precio de unos 100.000 euros. Pero no se vendió. Tampoco la figura de bronce del poeta Sambandar, del siglo XV, por la que los especialistas calcularon que recaudarían medio millón de euros.
La venta se produce con la nueva prórroga de préstamo entre la presidenta del Museo Thyssen de Madrid y el Gobierno y bajo la amenaza de venta de algunos cuadros de la colección de Cervera. “Tita” advirtió al ministro de Educación, Cultura y Deporte que su colección estaba estimada en 1.000 millones de euros y que quería más permisos para sacarlas del lugar construido para conservarlas con dinero público. Sin embargo, el Estado calculó el valor de lo prestado en 462 millones de euros.
Cervera quiere mover sus obras para darles más visibilidad en el extranjero, para revalorizar su colección y la venta posterior. De hecho, la amenaza se cierne sobre el cuadro Caballos de carreras en un paisaje, pintado por Edgar Degas, en 1894, retirado desde hace meses de la vista pública en el museo, como tantos otros cuadros. No hay una lista definitiva de acceso público que advierta de todo lo que el visitante no podrá ver en las salas ampliadas del museo, donde descansa la colección de Cervera. Ella misma puso precio en varias entrevistas sobre este hecho: 28 millones de euros. Ya hizo lo mismo en 2012, cuando vendió La esclusa de John Constable, por otros 28 millones de euros, en la casa de subastas Christie's de Londres.