Por tercer año consecutivo, la Fundación Compromiso y Transparencia realiza el informe A través del espejo sobre transparencia y buen gobierno de museos de bellas artes y arte contemporáneo. Los resultados ofrecen una notable mejoría, según su director Javier Martín Cavanna, en la información que proporcionan las instituciones en sus webs. “Este año el número de museos transparentes prácticamente se ha duplicado con respecto al año pasado, incrementándose de cinco a diez”, avanza a este periódico. El museo con mayores grados de transparencia adscrito a una consejería es el Museo de Bellas Artes de Asturias.
Sin embargo, los datos señalan otro aspecto muy significativo: no hay ningún museo calificado como transparente que dependa orgánicamente de un organismo local, autonómico o nacional. La investigación descubre que existe una relación positiva entre la autonomía de la institución y el desarrollo de la transparencia. Según se desvela, cuando existe un órgano de gobierno (patronato, junta, consejo, etc) el impulso de la transparencia “resulta mucho más eficaz”.
¡Pero! No parece contar con mayores grados de autonomía es garantía de rendición de cuentas y transparencia. Como señala Cavanna, “ninguno de los tres museos estatales que cuentan con mayores grados de garantía (Museo Nacional del Prado, Museo Nacional Reina Sofía y Museo Nacional Thyssen-Bornemisza) se encuentran entre los museos transparentes”.
Gran Bretaña, el ejemplo
Esta circunstancia llama la atención en el ámbito europeo y contrasta con la preocupación de la Secretary of State for Digital, Culture, Media and Sport de Gran Bretaña, empeñada en el fomento y obligación de dar luz a las instituciones que mantiene con sus ayudas. Sin embargo, en España parece que esta situación de los tres grandes museos no supone una excesiva preocupación en el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte de Íñigo Méndez de Vigo.
El director de la Fundación Compromiso y Transparencia señala que el Ministerio español no obliga a la rendición de cuentas a los museos estatales que se financian con cargo a los presupuestos públicos y disfrutan de autonomía en su gestión. Las instituciones británicas financiadas con cargo al presupuesto público tienen dos herramientas para hacerlas más transparentes al público. La primera de ellas es un “Acuerdo de entendimiento”, firmado entre ambas partes para establecer las condiciones y los objetivos que cada museo debe cumplir para poder obtener la financiación. La otra es el informe anual de rendición de cuentas que deben presentar al Parlamento. Aquí no hay “ninguna exigencia de rendición de cuentas”.
La buena noticia derivada de este informe es que cuanto más autonomía se tiende a mejorar. Tener un marco jurídico con capacidad iniciativa es importante. Pero las leyes no obligan a rendir cuentas, sólo la voluntad política de hacerlo. “El que quiere puede hacerlo”.
Los más transparentes
De los 60 museos de la muestra, 17 son privados y el resto, públicos. Los datos confirman que contar con una estructura jurídica que otorga más autonomía en la gestión puede ser un elemento importante a la hora de facilitar la transparencia… pero no obligada. Sólo la voluntad y el compromiso de la dirección y de sus órganos de gobierno hacen una institución transparente u opaca.
Los museos “transparentes” para el único informe que analiza este aspecto son diez: Artium Centro-Museo Vasco de Arte Contemporáneo, Museo Carmen Thyssen, Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM), Museo Es Baluard, Museo Guggenheim Bilbao, Museo ICO, Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM), Museo Lázaro Galdiano, Museo d’Art Contemporani de Barcelona (MACBA) y Museo Nacional d’Art de Catalunya (MNAC). Salvo el Museo Guggenheim Bilbao, el resto de los museos son de titularidad pública o mixta.
Otro mal: la arbitrariedad
Es también de extrema gravedad la falta de política relacionada con la gestión de la colección, sobre todo en museos de arte contemporáneo. Por esto se producen decisiones arbitrarias. Cavanna señala este aspecto como algo muy grave: qué exhibir, qué prestar o qué comprar. En los museos británicos se aclaran las reglas del juego de los ámbitos del gobierno. “En España todo está dejado al albur del director y del Patronato y es lo más preocupante, porque los órganos de gobierno siguen siendo decorativos”.
El informe ha valorado capítulos decisivos para la definición de transparencia. Entre ellos destacan el acceso público a la misión, el plan estratégico, la gestión de los fondos museológicos, la estructura directiva, el código de buen gobierno, la asistencia y las actas de las reuniones (la práctica menos habitual en España), los estatutos, la información económica, el presupuesto, los estados financieros, la memoria explicativa de las cuentas generales, la información sobre resultados y cumplimientos de objetivos.
Entre las conclusiones de la investigación destaca que “sin una misión bien formulada y operativa no puede haber dirección”. Que los órganos de gobierno “no pueden ser figuras decorativas”, que “la memoria anual no puede ser un repositorio de actividades”, que los museos deben mejorar en la declaración del gasto de sus presupuestos y que “sin estrategia, los recursos, la gestión y las energías se dispersan”.