Así es la obra de Kehinde Wiley, el retratista de Obama
Colores estridentes, muy contrastados, protagonistas sujetos a un aire desenfadado, tan descarados como sus ropas y estampados <em>chonificados</em> que utiliza para los fondos. Wiley hace del género menos espontáneo, el más natural. Y todo esto regado con sobredosis de ironía. Perfecto para hacer de Wiley el <strong>Leonardo da Vinci</strong> del hip hop y de la comunidad negra.