Pere Llobera (Barcelona, 1970) vino con su pareja desde Barcelona, en coche. Iba a pasar los días de la feria de arte contemporáneo tratando de apoyar a su galerista (F2, de Madrid) en la venta de dos de sus cuadros. Pero entonces IFEMA y ARCO invitaron a Helga de Alvear a descolgar la obra de Santiago Sierra, “Presos políticos españoles contemporáneos”. Su reacción fue “eléctrica” y llamó a su galerista para que retirase las dos pinturas que tenía a la venta. Fue el único artista en rebelarse contra la situación. Nadie más, ni un comunicado del resto de artistas, ni uno de los galeristas, ni siquiera de los directores de museos. Allí no pasó nada. Pero Llobera se marchó, no hizo pública su decisión, no lanzó un comunicado. Simplemente, se plantó con su silencio, con su solidaridad.
¿Por qué decidió retirar su obra de la venta en ARCO?
Un arrebato. No llevo bien el autoritarismo y me parecen intolerables los actos de censura. Me gané una bronca de mi pareja por si te ayuda a contextualizar. Le parecí un Quijote ridículo. Luego acercamos posiciones: yo bajé mi enfado y ella entendió porqué lo hice.
¿Están los artistas indefensos ante estos ataques contra la libertad?
Depende de la época, ¿no? Obviamente, ahora parece que sí. La lucha de poder entre Ciudadanos y PP (una lucha políticamente irresponsable de todas todas con el PSOE como invitado de piedra) no da esperanzas de cambio en este sentido. Al contrario. El reto de cara a fidelizar electorado es demostrar la mayor inflexibilidad posible.
¿Por qué sucede en ARCO y no en su galería?
No solo sucede en ARCO, está sucediendo últimamente en todos los sitios donde una expresión artística no se ciñe a la línea de pensamiento del poder. Esta vez ha sido en ARCO, no hace tanto en un museo, puede ser en un chat de Facebook, en la calle... en cualquier sitio y no sólo a artistas.
¿Cree que debería haber dimitido alguien? ¿Actuó el director de manera correcta?
Admito que no me gustó la facilidad con la que, aparentemente, se retiró la obra de Sierra, pero algo me dice que la presión a la que puede estar sometida la gente escapa a lo que imaginamos. Las decisiones tomadas en torno a la obra de Sierra son subsidiarias de una decisión mucho peor que venía desde arriba. Aunque no me guste la resolución de este problema hay que apuntar a su génesis y esto está un eslabón (o más) por encima de ARCO.
¿Le sorprende que no se hayan movilizado más artistas?
No, no me sorprende. Soy empático con los compromisos y expectativas profesionales de la gente. Cuando, por el arrebato del que hablaba al inicio, pedí que descolgasen mi obra, me cercioré de que no lesionaba a mi galerista. No es fácil ser artista ni galerista en España y comprendo que no se pueden perder oportunidades alegremente.
¿Si se va es usted un Quijote, pero si se hubiese quedado, qué habría sido?
Me da risa verme desde fuera. Las dos cosas hubieran sido yo mismo. Yo tengo que tragarme el orgullo muchas veces y también sobre-reacciono muchas veces. Esta vez podía largarme!! Eso es todo. Te lo teatralizaré: si me hubiera tenido que quedar hubiera estado maldiciendo por los pasillos y esquivando a ese señor que dice que es un Rey, y me hubiera ido a buscar la cafetería para que no me acabaran rompiendo la cara los seguratas de ese hombre.
¿ARCO es reacia a la libertad de expresión?
Creo que ARCO no es reacia a la libertad de expresión, pero está secuestrada. Es reacia a la libertad de expresión una persona muy concreta que actúa de chambelán. De hecho, estoy seguro que muchas piezas de esta edición de ARCO serán altamente contestatarias o transgresoras. La cuestión aquí es que molesta una transgresión concreta y el censor sobre-reacciona precisamente porque no tiene la seguridad en sí mismo que dice tener. Ser un censor, un chambelán, un represor, no impide para saber quién es uno mismo y qué papel está jugando en la vida. Cuando eso se desenmascara aparece "Lo Real" Lacaniano en la vida del censor y niega / anula/ reprime… cuando en el fondo, en el fondo ese sujeto ya tiene conciencia de sí y de lo que su aguante no podrá soportar si se le desenmascara.
¿Por qué cree que se ha censurado la obra de Sierra?
Negacionismo político. Pero da igual el porqué, hay muchos motivos, todos ellos perversos. Cuenta el hecho.
¿Estamos pasando por la revisión y reducción de la libertad de expresión?
Pavesse decía de la política italiana de su época que "había perdido el humanismo para convertirse en política de legítima defensa". Eso es aplicable a la política española actual. No parece que nadie trabaje para el bien común, sino para que su facción gane. En este clima no se puede esperar otra cosa que una involución en todos los aspectos. Demasiada gente permite, e incluso jalea, las coacciones a la libertad de expresión (sobretodo a una). España, en términos generales, no sabe ser progresista y la prueba empírica de ello es su intención de voto. Un voto "espejo" que lamentablemente refleja su brutalización. En este punto no espero nada bueno de cara a la libertad de expresión y miro con nostalgia las barbaridades que Gurruchaga era capaz de hacer en la tele de Pilar Miró o escucho las letras de Siniestro Total como si fueran especies en extinción.
¿En qué lugar queda ARCO después de esta censura?
ARCO queda tocado por unos criterios autoritarios de IFEMA pero, como decía, estoy seguro de que desde la dirección no habrán podido torear la situación de otro modo. La realidad te atrapa en sitios que no te gustan. Lo hace continuamente. Mi retirada es íntima. Nunca pensé que iba a llamar la atención de nadie por ello, fue un reflejo eléctrico de mi carácter. Ahora bien, me has hecho estas preguntas y no quiero dejar de contestar.
¿El Arte no está para abrir debates?
No, el arte no está para abrir debates.
¿El arte político puede existir sin amenazas?
El arte político puede existir sin amenazas. Incluso se puede hacer arte político sin unas convicciones serias al respecto y que este sea usado como una mina temática por parte de su autor.
¿Cómo puede defenderse el artista de estos ataques de intolerancia?
El artista no debe defenderse de los ataques de intolerancia. Es el ciudadano quien debe defenderse. El artista, en tanto que ciudadano con voz y plataforma para esa voz, es quien puede ser escuchado. Pero no es su atribución específica como artista.
¿Muchos artistas con discurso político se mantuvieron en los pabellones y no se inmutaron. ¿Es una contradicción con su obra?
Los artistas con contenidos políticos no entran en contradicción alguna al quedarse en la feria. Pueden estar centradas en otras reivindicaciones legítimas y tienen derecho a vender su obra como el propio Santiago Sierra. De hecho, cuando uno ve la alegría con la que Helga de Alvear nos invitó a tomarnos el asunto, el asunto quedó desactivado. Toda la ofensa del gremio quedó neutralizada con esa frase de la galerista: “Sólo es arte”.
¿Entonces, por qué lo retira?
En este punto, el gusto de retirar o no la obra ya es un placer íntimo. Engorda la vanidad, te hace sentir irreductible, quizá algo ridículo también. Todos estos sentimientos pueden convivir juntos. Y no olvidemos la ira, claro. Si te digo la verdad, mi preocupación ahora mismo es la Ley Electoral. Sin esa modificación no servirá de nada ningún gesto. Ningún desfile de artistas solidarios, ni mi cabreo, nada.
¿Que no se respete la libertad de un artista y la inteligencia del público, cómo define a los responsables gestores de nuestra democracia?
Muy mal. Por sus actos los conocerás. El diablo pasa facturas muy curiosas. Ellos también se conocerán a sí mismos por sus actos. Por eso necesitan tanta reafirmación, maquillaje, etc. No hay nada como haberse portado bien con todo el mundo. Me estoy acordando de un cantante de jotas aragonés que a sus 100 años manifestaba que nunca se había enfadado con nadie. Un tío como yo sólo puede envidiar una biografía así. Ojalá yo fuera así. ¿Quién querría ser director de IFEMA pudiendo ser ese jotero? Si se pone voluntad en hacer el bien político, desaparece la toxina, lo indeseado, lo feo, y no es necesaria ocultación alguna. Un poeta catalán dijo: “Cal arribar viu a la mort” (“Es necesario llegar vivo a la muerte”). La gente que ejerce este tipo de presión sobre los otros vive con una necrosis horrible en su interior. De algún modo si no corrigen ese comportamiento llegarán muertos a la muerte.
¿Debe el arte oponerse con mucha más fuerza a estos ataques para resistir y no mostrarse débil?
Sí. Es vital. Pero no debemos desviar nuestros cuerpos de trabajo por ese motivo.