Una nube de fotógrafos, otra de cámaras, casi veinte micrófonos en la mesa y la sala a reventar. Es el acontecimiento cultural del año y todo gracias a Clemente González Soler, empresario del aluminio, presidente de IFEMA y censor de ARCO en su jornada laboral de alquiler de naves feriales. Una semana después de la retirada de las obras de la pared de la galerista Helga de Alvear -con su permiso-, el artista Santiago Sierra renace convertido en rock star, en el espacio libertario de la Fundación Anselmo Lorenzo, en Madrid. No en su galería, ni con su galerista (que no estuvo presente en el acto).
La cita es un debate que debería haber sucedido en ARCO, pero “el ambiente estaba viciado”. Así que los “presos políticos españoles” -incluídos los Jordis y Oriol Junqueras- han salido a la luz en este espacio libertario. Una reproducción de la obra cuelga en la sala, pero la original, la que ha comprado Tatxo Benet por 80.000 euros se podrá ver a partir del 7 de marzo, en el Museo de Lleida, famoso por conservar y devolver el Tesoro de Sijena a Aragón.
Una cacicada del silo XXI
“¿Esta pieza hubiera tenido el mismo eco con el tema catalán?”, se pregunta Santiago Sierra sobre la censura en IFEMA y ARCO. “No. No habría ocurrido nada”, añade. “Es una cacicada, una censura estúpida y pura represión”, arrancó el acto en la sala de la Fundación, en palabras de su portavoz, que así definió el acto contra la libertad de expresión del artista.
“ARCO ya pasó, bendito sea dios. Ahora, que se libere a los presos políticos y se deje en paz a los trabajadores culturales de una vez”, dijo Sierra y se retiró a su silla. Antes aclaró que la definición de “preso político”, que tantas sensibilidades parece haber herido, se encuentra en la definición de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa. “Estoy feliz de que el trabajo se vea y se enseñe en Lérida”.
Dinero para trabajar
Le preguntan desde el público por la plusvalía que le ha generado la obra y si piensa reinvertirla en alguna causa. Sierra responde: “Para un artista esta venta nos permite seguir trabajando. En esto es en lo que invertiré, en mantener abierto el taller y seguir trabajando, que no es fácil desde hace años”. Y dijo que prefiere no hablar de arte.
Acorralado por los medios, superado por la situación y la atracción de tanto medio de comunicación, pidió calma y respeto al acto, que se ha convertido -de nuevo gracias a Clemente González Soler- en el acontecimiento cultural del año. El debate sobre los presos políticos ya está sobre la mesa de todas las instituciones y aquí se ha denunciado las operaciones policiales contra los movimientos anarquistas.
Los compañeros de debate, convocados por el propio Sierra, agradecieron a Sierra su pieza y señalaron que “gracias a la censura hoy esta sala está a reventar”. Gracias a IFEMA. Elena Ortega, de Madres contra la represión, le agradece al artista su acción por “dar voz a los que quieren que sean invisibles”. “Nos podemos imaginar lo que ha debido sentir cuando descolgaron sus cuadros, porque es una represión del Estado”, ha dicho la madre de Alfon para recordar que los presos a los que señala Sierra en su trabajo están presos “por luchar por la justicia y la libertad”.
Luz y voz a los invisibles
“La conciencia política de las personas investigadas ha tenido mucho peso. Hay gente que ha pasado mucho tiempo en prisión y, después de cuatro años de instrucción, se ha archivado el caso porque no había nada”, ha contado Eduardo Gómez, de Red Jurídica. “En casa de uno de ellos se encontró una caja de cerillas”. “Gracias a la obra de Santiago Sierra se ha puesto luz a muchos casos de presos políticos”.
Mónica Hidalgo, de No Somos Delito, contra la Ley Mordaza ha dicho que es un arma de represión económica cuyo objetivo es el miedo. “Impide que podamos denunciar los abusos de poder con garantías judiciales y se ataca con dureza las ideas políticas”. Hidalgo ha denunciado el humor amordazado que actúa contra los dibujantes, así como la extrema vigilancia de las redes sociales. Ahí va otro síntoma de la falta de libertad de expresión: el control y vigilancia de lo que se publica y se consulta en la web. Una recomendación: “Borrad siempre las cookies”. “Prisión por unos versos de un rapero es como justificar la muerte de Lorca”, aseguró Mónica Hidalgo.
Apocalipsis memo
Entre los invitados se encontraba el cantante César Strawberry, que fue definido como “terrorista del sarcasmo”. Condenado a un año de prisión por sus comentarios en las Redes Sociales dijo que en el Madrid de los noventa jamás habrían esperado el panorama que se vive hoy. “El hecho de que una exposición se le aplique la censura, abolida por el propio Fraga en las postrimerías del franquismo, resulta alarmante. Lo aberrante es el hecho de que los poderes de este país nos impidan crearnos una opinión de los hechos”, dijo. “Es peligroso criminalizar la ficción y el arte”.
“Yo quiero disfrutar de la misma libertad de expresión de la que disfruta Jiménez Losantos”, explicó para señalar que se espera que todos los españoles caigamos en la autocensura. El cantante señaló la inseguridad jurídica como motor del miedo de los ciudadanos. “¿Cómo se juzgaría a Goya por Saturno devorando a su hijo? ¿Maltrato infantil? ¿Vamos a reactivar las piras del fascismo?”, se preguntó. “Se ha desatado el Apocalipsis memo”, remató.
Mensaje de Otegui
El Garaje Ediciones, impresores del trabajo de Sierra, ha recibido dos mensajes para la ocasión. Uno de Arnaldo Otegui: “Hoy se encarcelan raperos o tuiteros o se mantienen a políticos que incumplen su programa electoral”. “Ahora también el arte se convierte en una ofrenta inasumible para la casta del 78”. Otro de Jordi Cuixart, presidente de ÒMNIUM: “La solidaridad es la ternura de todos los pueblos”.
“Os invito a resistir con inteligencia y creatividad, porque tenemos derecho”, añadió Strawberry. “La lucha no es agradable, es una necesidad vital”, dijo Víctor Jiménez del SAT. “Tenemos miedo al silencio del pueblo, no a la represión”.