Todo empieza con una calle mojada. Adoquines empapados por la lluvia, que brillan a la luz del sol recién salido. Pero a Brassaï sólo la noche. “Ya no podía aguantar por más tiempo las imágenes dentro de mí; había absorbido tantas, principalmente durante mis caminatas nocturnas, que tenía que expresarlas de una forma diferente, más directa que la que me permitía el pincel. A pesar de que siempre había ignorado e incluso despreciado la fotografía anteriormente, lo que inspiró para convertirme en fotógrafo fue mi deseo de traducir todo lo que me seducía del París nocturno que estaba experimentando”, recordaba el fotógrafo, en los años sesenta. La Fundación Mapfre inaugura una exposición en la que se descubren la vida cotidiana de los años treinta en la noche parisina. “París de noche” es la mejor marca turística del siglo XX y Brassaï contribuyó a difundirla por el mundo prebélico.