Carmen Cervera vuelve a la carga. Delante tiene nuevo equipo ministerial para negociar la cesión de su colección al Museo Nacional Thyssen-Bornemisza. Van nueve ministros, pero esta vez hay una nota diferente: el PSOE no quiere negocios con pinturas alojadas en paraísos fiscales a nombre de empresas pirata. La viuda del barón Thyssen acaba de filtrar que ha cerrado hasta final de año una nueva prórroga, para que el nuevo ministro del ramo, José Guirao, medite una oferta para Tita. Cervera dice que está “contenta” con el nuevo Ejecutivo, porque ya negoció con la vicepresidenta Carmen Calvo cuando fue ministra de Cultura con Rodríguez Zapatero.
Sin embargo, el equipo y los escrúpulos de regeneración dictados y defendidos por Pedro Sánchez -que apearon a Màxim Huerta de su cargo por sus problemas con Hacienda- no se parecen en nada a los días de Calvo como responsable máxima de la Cultura española. Sánchez ha defendido en sus programas el punto final de las relaciones y los vínculos entre las instituciones públicas y las empresas que realicen operaciones financieras en países o territorios considerados legalmente como paraísos fiscales. El programa electoral de Sánchez en las últimas Elecciones dejó el listón de los propósitos bien alto, porque tapaba las grietas por las que el dinero de los impuestos de los españoles estrecha la mano de empresas que evaden la responsabilidad fiscal de España.
En el apartado dedicado a la “lucha contra la corrupción” se especifica que se sancionarán los delitos pero, sobre todo, se “evitará que se produzcan”. Pedro Sánchez propone medidas preventivas y sancionadoras, “ello exige no sólo atacar al corrupto, sino también mejorar los controles en la Administración, así como cambiar el comportamiento de los partidos políticos y de las empresas”. Las medidas en el sector público contra situaciones en las que se beneficien sociedades en paraísos fiscales son contundentes: “Restringir las posibilidades de contratación directa con el sector público”. Y “reforzar los requisitos de control y de exigencia de información con empresas que realicen operaciones financieras en países o territorios considerados legalmente como paraísos fiscales”.
Un museo de arte ilegal
Estos requisitos anulan cualquier trato con Carmen Cervera. Las obras que tiene alojadas y al cuidado del Museo Nacional Thyssen Bornemisza no están a nombre de ella, sino de sociedades establecidas en paraísos fiscales, tal y como recoge el BOE, adquiridas en grandes casas de subastas como Christie's y Sotheby's, a través de la entidad opaca Nautilus Trustees Limited, radicada en las Islas Cook, tal y como informó El Confidencial. Arte oculto en paraísos fiscales. Su colección pirata se exhibe en la ampliación del edificio adyacente al Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, adquirido y habilitado para conservar las pinturas a coste del erario público (de una superficie de 16.000 metros cuadrados se ganaron 8.300 más).
Hace tres años este periódico preguntó al máximo responsable de Cultura del PSOE, Ibán García del Blanco, que hoy mantiene el mismo cargo, cómo afectaría este propósito de “integridad” para “evitar cualquier práctica que pueda ser considerada de corrupción”. La respuesta entonces fue tajante: “No habrá excepciones en la aplicación de las medidas para combatir y erradicar los paraísos fiscales. Si es ésta la situación en la que se hallan las personas físicas y jurídicas por las que se inquiere, deberán regularizar su situación”.
No a los paraísos fiscales
Este periódico ha preguntado García del Blanco si mantiene sus palabras de entonces y asegura que no hay motivos para alterarlas, ni para cambiar sus intenciones. Confirma que en el Gobierno de Sánchez no habrá lugar a obras de arte ocultas en paraísos fiscales en un museo público, como ha ocurrido hasta el momento durante 16 años. El responsable apunta que este requisito se mantendrá en las negociaciones y que la otra parte ya conoce el parecer del partido.
En el programa del PSOE se aclara que junto a la aplicación de la normativa coercitiva y sancionadora, se fortalecerá “la promoción de las buenas prácticas y una cultura empresarial de cumplimiento”. La lucha contra la evasión fiscal es persuasiva: se creará “un sistema económico justo y sostenible, enfatizando la lucha internacional contra la corrupción, el blanqueo, la evasión y los paraísos fiscales”.
Desde 2003, las sociedades de Cervera radicadas en paraísos fiscales (Omicron Collections Limited, Coraldale Navigation Incorporated, Imberia Anstalt y la citada Nautilus Limited) ceden al museo madrileño las obras sin contraprestación económica. El acuerdo entre la Fundación Colección Thyssen-Bornemisza (presidida por el ministro de Cultura y por la propia Cervera) y estas sociedades se renueva anualmente, no sin alboroto por parte de la viuda del barón Hans Heinrich 'Heini' von Thyssen-Bornemisza.
Descapitalizar el museo
Desde 1999, primer año del acuerdo entre las sociedades y el museo, Cervera ha ido retirando obra del préstamo, sacando 226 pinturas de la cesión original. De hecho, la Fundación Colección Thyssen-Bornemisza transfiere desde hace varios años las obras cedidas al resto de centros donde Carmen ha ido dejando su semilla artística, a coste de los impuestos. La mayor parte del desplazamiento es al Museo Carmen Thyssen de Málaga.
Tita ha llegado a decir para presionar en las negociaciones -sus abogados son Acebes y Michavila, es ministros de Aznar- que su colección se conserva en “situación de precariedad”. A pesar de tener a su disposición a todo el personal técnico, seguridad y seguros, y de contar con dos palacios comprados por el Estado para albergar sus cuadros, por los que se pagaron 3.000 millones de pesetas (sin sumar la reforma de los mismos).
Una colección inflada
También ha valorado su colección en “más de 1.000 millones de euros”. Sin embargo, con la primera firma del préstamo, en 2002, Tita ha ido mermando la cesión de la colección hasta quedarla en 429 piezas. De ellas, se exponen 250 y 179 están en los almacenes, según informó el Ministerio de Cultura a este periódico. El valor por el que el Gobierno asegura el conjunto es de 417 millones de euros, menos de la mitad de lo que reclama la dueña. Muy lejos de los “más de 1.000 millones de euros” que pide. “Es el valor económico total de dichos bienes”, se puede leer en el BOE.
En una entrevista con Antena 3 a principios de 2018 ya apuntó que quería llegar a “un acuerdo maravilloso” con el Gobierno de Rajoy por una razón de peso: “Tengo herederos”. El gran interés de Carmen es dejarle a Borja Thyssen -que vive en Andorra y al que Hacienda pide tres años de cárcel por defraudar 630.000 euros al Estado- los beneficios del hipotético acuerdo.
Tita ha logrado priorizar sus necesidades en los gobiernos de José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy. ¿Podrá con el equipo de Pedro Sánchez?