Este cuadro muestra la batalla de Pensacola (1781), capital de Florida, en la que las tropas españolas apoyaron a las Trece Colonias estadounidenses en su revuelta contra Inglaterra, vencedora de la Guerra de los Siete Años (1756-1763). Bernardo de Gálvez, entonces gobernador de Luisiana, fue atacando todos los puestos que los británicos tenían aguas arriba en el Misisipi hasta llegar a la bahía de Pensacola.
El buque insignia de la armada encalló, pero Gálvez decidió seguir el ataque con su barco. Entró en puerto clamando: “El que tenga honor y valor que me siga. Yo voy por delante con el 'Galvez-town' para quitarle el miedo”. La ciudad se rindió en diez días y fue un hito en las batallas por la independencia de EEUU. Ferrer-Dalmau explica que “he pintado a Gálvez en lo alto del parapeto, orgulloso, firme y sereno, viendo cómo huye el enemigo. Sus soldados muestran la sucidedad, el sudor y el polvo en sus uniformes, y muchos pequeños detalles que nos permiten viajar en el tiempo hasta esa época”.