La integración laboral de los trabajadores del Teatro de la Zarzuela en el Teatro Real no está clara en el Real Decreto aprobado por el PP hace unas semanas, así que el ministro de Cultura ha decidido anular el decreto que acordaba la fusión entre las dos instituciones. Tras una reunión con los sindicatos, José Guirao entierra el proyecto estrella de Gregorio Marañón, presidente del Teatro Real. El ministro se ha reunido con las tres partes implicadas y ha decidido aprovechar la situación para reconstruir el funcionamiento del INAEM.
“José Guirao ha adoptado esta decisión tras analizar las incertidumbres jurídicas, técnicas y operativas que implicaba la fusión propuesta, sobre todo en relación con la subrogación de los trabajadores”, según fuentes del Ministerio. Guirao va a crear un grupo de trabajo en el que estarán presentes las unidades artísticas del INAEM y los representantes sindicales. El objetivo será “mejorar la gestión del INAEM, adaptarla a la naturaleza de sus actividades y potenciar su labor de difusión nacional e internacional de las artes escénicas y musicales”.
Tras dos meses de movilizaciones y protestas, los trabajadores del Teatro de la Zarzuela han conseguido parar la creación de una Fundación que, cuentan, haría desaparecer el género. La decisión de Íñigo Méndez de Vigo, aprobada el pasado 20 de abril, no ha sido compartida nunca por el PSOE en ningún caso y la autonomía de la Zarzuela, finalmente, se ha mantenido tras la moción de censura que acabó con el Gobierno de Mariano Rajoy y sus decisiones. Los trabajadores del INAEM se han levantado con pancartas y barricadas contra un plan que Ibán García del Blanco, máximo responsable de cultura del partido, calificó de “apresurado”. Manifestó antes de la llegada de Pedro Sánchez al poder su preocupación por “la inexistencia de un proyecto artístico”.
Dudas en la gestión
Además, el PSOE denunciaba que la fusión promovida desde el Teatro Ral no garantizaba “la pervivencia de la Zarzuela ni de un género único que forma parte del patrimonio lírico español”. El origen del final del proyecto del PP es la falta de claridad con el que se cerró el acuerdo. Para el PSOE, Real y Zarzuela son dos instituciones esenciales y debía haberse planteado con un “conocimiento profundo” y con la participación de expertos y agentes culturales.
Los trabajadores de la Zarzuela pretendían detener la desaparición del único teatro en el mundo que se dedica a este género y salvar a la zarzuela de su extinción, porque aseguran los sindicatos que la dirección del Teatro Real no está interesada en este producto típicamente español. En los últimos 21 años, sólo dos títulos dedicados al género han pisado el escenario del Real. El último, estaba protagonizado por Plácido Domingo.
Incentivar la Zarzuela
El acuerdo de absorción se cerró sin debate ni negociación, como si Rajoy tuviera todavía mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados. Y ese fue el error político del proyecto de fusión. Los trabajadores se reunieron con Marta Rivera de la Cruz, presidenta de la Comisión de Cultura en el Congreso y diputada de Ciudadanos. Aseguran que les mostró comprensión y complicidad, pero no lo encontraron ni en Fernando Benzo, entonces secretario de Estado de Cultura, ni con la directora del INAEM, Montserrat Iglesias, que se echó a un lado.
A lo largo de las semanas que duró el conflicto, los responsables del INAEM y de la Secretaría de Estado de Cultura prefirieron desaparecer y dar por cerrado, sin explicaciones, la decisión. Benzo, en reuniones a puerta cerrada con los sindicatos, aseguraba que tomaba esta decisión porque “el INAEM no es capaz de incentivar y promover la Zarzuela”. Tampoco “en los nuevos mundos digitales”. Esta excusa nunca fue satisfactoria, porque podría valer para cualquiera de los centros teatrales adscritos al INAEM (Teatro de la Comedia, Auditorio Nacional, Teatro María Guerrero y Teatro Valle-Inclán), advierten las mismas fuentes consultadas. “Fernando Benzo no ha llamado para acordar una solución”, explican los trabajadores a este periódico.
“Tendríamos que defender nuestra cultura, al margen de los intereses partidistas. Con esta absorción, la zarzuela va a morir. El Teatro Real no tiene ningún interés en el género. Esto es un ataque contra el único teatro del mundo que se dedica a un género propiamente español”, cuenta uno de los componentes del coro de la Zarzuela a EL ESPAÑOL. Se da la circunstancia que este teatro sí tiene coro propio, no así el Teatro Real. De los 164 trabajadores que votaron para decidir los paros, 149 lo hicieron a favor. Lo cierto es que bajo la dirección de Luis Olmos, hace 14 años, la Zarzuela tenía 120 funciones y ahora no pasa de 40. “Los trabajadores podemos hacer hasta 250”.