No hay duda: si alguien está capacitado para ordenar y dar la vuelta al INAEM es Jesús Cimarro (Ermua, Vizcaya, 1965). El empresario teatral estrena este viernes una nueva edición del Festival de Mérida. Desde que asumió la dirección del mismo las cifras avanzan a su favor y cuenta que cuando llegó hace siete años tenía una ocupación de 52.000 personas y que el año pasado cerraron la campaña de dos meses con 168.000 espectadores. El presupuesto es de tres millones de euros y recibe la mitad en subvenciones. El otro 1,5 millón de euros son los ingresos propios por venta de entradas. El superávit de ingresos lo dedica a pagar la deuda que arrastra el festival antes de su llegada.
“El INAEM necesita una reestructuración integral, porque se creó hace 30 años y está caduco. Hay que convertirlo en una agencia para que el organismo se articule mejor. Lo dicen los propios directores de cada unidad. Sobre todo se deben marcar y aclarar las reglas del juego en las contrataciones y reglamentar la colaboración entre lo público y lo privado. Que todo esté claro para que todo el mundo sepa a qué atenerse. La transparencia es el futuro del INAEM”, cuenta a este periódico.
¿Puede corregirse en una legislatura de un año y medio? “Las bases sí que se pueden poner en esta legislatura y luego desarrollar el modelo en las siguientes. El INAEM no es una cuestión de partidos, es algo de la sociedad y debemos afrontar esta situación de reforma de manera inmediata”. Este viernes se verá con el ministro de Cultura, José Guirao, que va a asistir al arranque del Festival (con el Ballet Nacional interpretando Electra y texto de Alberto Conejero), ¿si le propone encargarse del INAEM lo aceptaría? [Duda unos segundos] “No. Tengo mi estructura empresarial y me debo a mi trabajo. Quiero seguir desempeñando una labor a favor del teatro desde fuera”, cuenta el presidente de la Asociación de Productores y Teatros de Madrid, Presidente de la Federación Estatal de Productoras de Teatro y dueño de la empresa Pentación.
Menos IVA, más trabajar
Se describe leal a todos los Gobiernos desde el ámbito de las instituciones, es decir, siempre está ahí para aportar información y conocimiento a quienes quieren gestionar y gobernar las artes escénicas. Una vez conseguida la rebaja del IVA en las entradas al teatro del 21 al 10% hay nuevos planes para aliviar las cargas del sector: reivindicar la bajada del IVA en las contrataciones de los teatros municipales. Cuenta Cimarro que le pedirá al ministro que interceda ante Hacienda, para que al contratar a compañías no se siga gravando con el 21% del IVA.
“Lo que se deja de percibir por IVA se percibirá por IRPF y Seguridad Social, porque con el ahorro de 11 puntos, los teatros dispondrán de más dinero para programar más. El 85% de los teatros de exhibición de este país son teatros de titularidad pública”, explica. Es decir: menos IVA más trabajar. La bajada del IVA ha permitido que las compañías produzcan más espectáculos y eso genere más trabajo. “Nuevos proyectos con más recursos que revierten en la economía española”. Para septiembre tendrán un informe que demostrará a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, la importancia de esta medida. “No queremos no pagar sino pagar con nuestro trabajo”.
Lo popular y lo cultural
De hecho, reconoce que el Festival de Mérida ha podido ampliar la programación con conferencias, encuentros, clases magistrales y talleres gracias a la bajada del IVA. Ahora tiene más recursos para hacer más grande el certamen grecolatino y grecorromano. Habrá una exposición en el Museo del Teatro Romano y 20 actividades de teatro en 20 municipios extremeños, con 20 compañías extremeñas. Este año participarán 26 compañías de teatro extremeñas. “El año pasado ingresamos por taquilla dos millones de euros. A esto ha ayudado la bajada del IVA. Hemos conseguido que el público acuda al festival de forma masiva y Mérida se ha convertido en un icono en Europa”, dice.
No sólo ha triplicado la asistencia desde que llegó, también ha bajado en 15 años la edad media del público. “Esa era una de mis obsesiones. El público joven no está habituado a ver teatro clásico y era una de las batallas que había que pelear”. Explica la clave del éxito: actores y actrices de cine y televisión en las producciones. “La combinación de lo cultural y lo popular es la clave de la sostenibilidad”, cuenta Cimarro, que pone sobre escena ocho estrenos absolutos (de nueve obras programadas). No hay espectáculos en el mercado para poder importar a un escenario de estas dimensiones.
Programa contemporáneo
Los hitos del programa de esta edición del Festival de Mérida son un Ben-Hur dirigido por Yllana y escrito por Nancho Novo; Nerón será el debut de Raúl Arévalo en este escenario; Rafael Álvarez el Brujo sube con Esquilo, nacimiento y muerte de la tragedia; Filoctetes de Sófocles está protagonizado por Pepe Viyuela (y por su hijo Samuel), en su primera aparición trágica, acompañado por Pedro Casablanc; en agosto, Lolita protagoniza Fedra, dirigido por Paco Bezerra; Las amazonas, dirigida por Magüi Mira, con Silvia Abascal, Loles León y Maxi Iglesias.
El Festival combina “veteranos de la escena con gente que ya empieza a destacar”. Cimarro trata de acercar las propuestas al público de hoy con nombres famosos y puestas en escena contemporáneas. Dice que el espectáculo de Fedra tendrá un montaje muy lorquiano, que el de Alberto Conejero ha hecho con el mito de Electra un flamenco. “Son lenguajes contemporáneos, respetando la esencia grecolatina y grecorromana”.