El Gobierno ha creado un grupo de trabajo para mejorar e impulsar la gestión del Instituto Nacional de Artes Escénicas y Musicales (INAEM) y de sus centros de creación artística, que la próxima semana inician sus reuniones para determinar la profunda reforma estructural que necesita una institución avejentada, ineficaz e incapaz de afrontar el hecho artístico sin boicotear las producciones en marcha. El ministro de Cultura, José Guirao, hará público este viernes, tal y como ha podido saber este periódico, el nombre de la nueva persona responsable de la dirección del órgano con mayor dotación presupuestaria del Ministerio.
Este periódico ha podido saber que Guirao apartará a Montserrat Iglesias de la dirección del instituto, nombrada en su cargo hace cuatro años, por José María Lassalle. La opinión tan negativa que tiene el sector de su paso por el cargo hacen insostenible su presencia. La última decisión en su haber fue apartarse de la negociación de la absorción de la Zarzuela por el Real, dejando desasistidos a los trabajadores del INAEM implicados en la operación que ha sido desmontada por Guirao nada más llegar.
Las fuentes consultadas por este periódico aseguran que se necesita un director o directora “que al menos trabaje”. “No puede ser que llegue a las 11 de la mañana y se marche a las 13, de martes a jueves. Necesitamos una persona responsable que trabaje y tome decisiones, aunque se equivoque. Que tome decisiones y resuelva todos los días”, explica uno de los consultados en alusión evidente a los hábitos laborales de Montserrat Iglesias.
El sector pide a Guirao alguien que conozca en profundidad la estructura de la institución, que llegue a su despacho dispuesta a resolver, a escuchar y con criterio propio. Y un aspecto esencial: que sea un Alto Cargo de la Administración. Reclaman a alguien que conozca las trampas del lugar para resolver con agilidad lo que queda de legislatura. No hay tiempo a explicar, no es momento de enseñar. Sea quien sea el nombre que salga del Consejo de Ministros de este viernes debe empezar a resolver desde el primer día de trabajo.
Intervención de urgencia
“Alguien que conozca bien la casa y el Ministerio de Hacienda”, explica Daniel Pascual, Director Adjunto de la Compañía Nacional de Danza. “Nos hemos peleado estos años con Montoro y la Intervención desde el minuto uno para nada. Hay que hermanarse con la ministra”. De Montoro a Montero sólo va una palabra, pero un mundo. La reforma del INAEM es un asunto de Estado, uno de los planes más importantes que tiene por delante Guirao, que se ha encontrado con un organismo completamente atorado con la promesa de reforma en aquel Plan 2020 de Íñigo Méndez de Vigo y Fernando Benzo, que nunca se llegó a ejecutar, como la mayoría de ese plan.
Tal y como ha podido saber este periódico, el ministro ha ofrecido el puesto a Amaya de Miguel, directora del Festival de Almagro entre 1994 y 1996. Fue la primera mujer directora del certamen clásico, y fue una apuesta de la ex ministra de Cultura Carmen Alborch. De entonces se conocen Guirao y De Miguel. Además, De Miguel, mujer de Carlos Westendrop (exministro e Exteriores y embajador de Naciones Unidas), dieron cobijo a Pedro Sánchez en los noventa, cuando el presidente tenía 24 años, un estudiante de Económicas, daba sus primeros pasos laborales en Nueva York.
SOS: proceso creativo
Desde el Ministerio pretenden “mejorar la gestión de este organismo autónomo” con el grupo de trabajo. “Adaptarlo a la naturaleza de sus actividades, potenciando también la labor de difusión nacional e internacional de las artes escénicas y musicales”. Esa es la principal reclamación de los consultados por este diario. “El proceso creativo y el proceso administrativo no son compatibles en este momento, hay que corregirlo”, explican.
“Un convenio único no sirve para el teatro público”, asegura el director del Festival de Mérida, Jesús Cimarro. “No quiere decir que haya que despedir a nadie, pero se debe crear un convenio propio para que sea más flexible. La parte técnica hay que reformarla por completo, de arriba abajo. “Las profesiones vinculadas al teatro se estructuran en base a las necesidades de la producción. El convenio único es un convenio de funcionarios y el teatro no está hecho por funcionarios”, explica. Todos señalan ese convenio, que en caso de rehacer sería el séptimo que se hace en el INAEM para tratar de resolver la situación laboral de los funcionarios y adaptarla a la agilidad de las creaciones escénicas.
Más autonomía
Otro hito fundamental: una entidad jurídica nueva. El INAEM es un Instituto Naciona, pero reclaman u conversión en Agencia para dotarle de mayor autonomía en la gestión de su presupuesto, gastos e ingresos. Eso beneficiaría a la independencia de los centros de creación artística (Auditorio Nacional de Música, Ballet Nacional de España, Centro Dramático Nacional, Centro Nacional de Difusión Musical, Compañía Nacional de Danza, Compañía Nacional de Teatro Clásico, Joven Orquesta Nacional de España, Orquesta y Coro Nacionales de España y Teatro de la Zarzuela).
En este momento unidades con leyes propias son el Museo del Prado, el Museo Reina Sofía y la Biblioteca Nacional de España. Quieren mayor autonomía para decidir. “El INAEM tal y como está no puede seguir, hay que refundarlo”, dice Daniel Pascual. Los centros de creación escénica padecen el mismo problema que los museos estatales, que también dependen de la “caja única” del Estado y no pueden tocar sus ingresos. “La actividad necesita más agilidad en todos los concursos. Además, la nueva ley de contratación del Estado ha empeorado la gestión, que ha dejado de ser hace mucho eficaz y eficiente”.
Más aspectos a debatir y a solucionar: mecanismos para la obtención de ingresos y recursos propios, patrocinio y mecenazgo, modalidades de contratación de personal, estructura retributiva, difusión digital y retransmisión de los espectáculos, modernización de las infraestructuras y equipamientos, organización del trabajo en sede y en gira, entre otros asuntos. Ángel Murcia, Director Adjunto del Centro Dramático Nacional, pide caminar hacia la autonomía de las unidades. “La fiscalización previa de los procesos va en contra del proceso artístico”, dice.
Otra de las fuentes vinculadas al INAEM que prefiere mantenerse en el anonimato asegura que debe modernizarse porque tiene servidumbres administrativas que poco tienen que ver con la creación. En estos momentos no son unidades de producción competitivas. “No se puede parchear más. Debemos detectar todas las áreas problemáticas y dar soluciones”, cuenta. Mucho trabajo para un año y medio, pero suficiente para establecer las bases de la reforma a aplicar, consensuada por todos los grupos políticos para proteger al organismo del vaivén de un posible cambio de Gobierno.