Toni Cantó cumple la semana que viene 54 años. Una edad confusa en la que muchos hombres empiezan a hacer cosas raras. Les entra la crisis de los cincuenta y se compran un descapotable, se ponen un pendiente y buscan aventuras que pongan algo de emoción a sus vidas. Es lo que le ocurre a Wheeler, el personaje al que el actor y diputado de Ciudadanos interpreta en Linda Vista, la obra de Tracy Letts con la que regresa al teatro desde el 11 de enero al 27 en el Centro Dramático Nacional.
Letts, que arrasó con Agosto, regresa a temas habituales en su obra, y este texto fue la chispa que volvió a encender la relación de Cantó con el director José Pascual. Ambos buscaban la forma de trabajar juntos desde que en la misma sala donde este miércoles presentaban su nuevo proyecto hicieran Aquiles. Ahora han encontrado la oportunidad perfecta, por tema y por fechas, ya que al ser en enero ha permitido al actor dejar aparcada la política para volver a su pasión.
“Estamos trabajando en enero, una fecha en la que no hay plenos en el Congreso. Yo ya no puedo hacer cine o televisión, pero sí teatro en Madrid cuando no hay plenos y los fines de semana en mi tiempo libre. Es cierto que los ensayos fue un tema más delicado, y por eso agradezco a mis compañeros que entendieron las dificultades y se adecuaron a mis horarios locos porque venía de interrogar a la exvicepresidenta del Gobierno, o cascarme con Trillo en la comisión por la financiación ilegal del PP… pero lo entendieron”, ha contado Cantó delante de sus colegas de función, entre los que destacan Ruth Gabriel, Almudena Cid o Nuria Herrero.
Con la política en plena ebullición supuso todo un “reto meterme 150 páginas en la cabeza”, pero Cantó asegura que aunque significara dormir tres horas le estaba dando vida. “Es mi sueño, mi vocación, soy un hombre de teatro y es lo que más disfruto, y renunciar a eso es muy complicado. Yo tengo mucha suerte porque mi personaje abandona sus sueños, y eso le convierte en un cínico, alguien que se enfrenta a los demás con amargura, y yo tengo la suerte de que no he tenido que hacer eso”, contaba después a EL ESPAÑOL.
Sin embargo, el actor sí que ha sufrido en sus carnes las consecuencias de entrar en la política, ya que ha asegurado en la presentación de Linda Vista que para él, por ser “una persona que se significa políticamente, cada vez es más difícil actuar” en ciertos sitios. “Hay territorios y ciudades que están vedados, y eso hay que denunciarlo porque es una vergüenza que ocurra en la España del siglo XXI. Es bueno que la gente se signifique políticamente y quienes lo hacemos estamos castigados”, ha denunciado.
Preguntado por ejemplos concretos donde hubiera sido censurado, el actor ha querido esquivar la bala, pero al final ha entrado para decir que “es obvio que hay territorios donde por hacer teatro en español ya no puedes entrar, como en Cataluña. Yo hace años que no puedo trabajar allí por hacer teatro en español, y les pasa a muchísimas compañías y es un retroceso brutal. Si te significas políticamente en este país pagas un precio, y yo se que hay sitios donde no voy a poder ir y me parece una autentica vergüenza. Si los artistas son castigados por esto, se consigue una sociedad cada vez más limitada”, ha zanjado.
Cantó ya se ha acostumbrado a que en las ruedas de prensa de las obras donde trabaja se le pregunte por política, aunque a él le gusta separar las dos labores y cree que España se “tiene que acostumbrar a eso”. “Yo soy el primer actor diputado en el Congreso y veo que en otros países se vive con normalidad que De Niro haga campaña por Obama o Clint Eastwood por el candidato republicano. Yo no llego a los talones a ninguno de ellos, pero allí hay una naturalidad a la que aspiro”, ha explicado.
El actor también ha hablado sobre Vox y ha vuelto a distanciar a su partido del liderado por Santiago Abascal al asegurar que él no está "negociando con ninguna ultraderecha". "Yo no estoy ni con los que dicen que todos los hombres son unos 'nosequés' en potencia ni con los que dicen que las mujeres también lo son: ante estos extremos, prefiero quedarme en medio y buscar consensos. Estoy muy lejos de la España de las trincheras a la que nos empujan desde Vox, Podemos o los independentistas".
En este sentido, Cantó ha asegurado que está "más cerca del consenso del 78 y de esa gente que quiso centrarse y no encarnar el cuadro de Goya de la España a garrotazos. Esa gente no trata lo que importa a los españoles, y que es algo de lo que habla la función: la precariedad, el ni llegar a final de mes, los fallos en educación y sanidad... Y esta gente de los dos extremos nunca habla de eso, habla de cosas accesorias procurando polarizar la sociedad y enfrentarnos”, ha opinado.
Toni Cantó se considera “mejor actor” desde que está en política, ya que “es una forma genial de ver lo mejor y lo peor de la naturaleza humana, una lección necesaria para la profesión”, pero también se muestra preocupado por "un tema de corrección que obliga todo el rato a estar con el freno echado". "Se pasa de la libertad total del arte a un lugar donde cada vez somos menos libres. Yo llegué a Madrid en los años 80 y era mucho más libre, ahora cada vez hay más corrección política y más ofendiditos", ha afirmado a dos días de su esperado regreso a unas tablas donde se depura antes de volver al convulso Congreso de los Diputados.