Mozart, versión comedia del cine mudo en el Teatro Real
Vuelve la producción de La Flauta Mágica más audioviual para mantener la vigencia de una comedia universal.
18 enero, 2020 10:44Noticias relacionadas
La última 'ópera' escrita por Wolfgang Amadeus Mozart fue una especie de zarzuela. El género español bebe de géneros como el singspiel, una composición lírica popular, con partes habladas y partes cantadas, y esa fue la forma que el compositor decidió darle a La Flauta Mágica (Die Zauberflöte), que este domingo vuelve al Teatro Real con una exitosa producción que ya se pudo ver en 2016.
La obra se estrenó dos meses antes de la muerte de Mozart (a los 35 años) y, como suele ocurrir con Mozart, tiene varias capas que la hacen a la vez muy accesible para todo tipo de público y un ejercicio más profundo para aquellos que también quieran ir al teatro a pensar.
La producción de Suzanne Andrade y Barrie Kosky, estrenada en la Komische oper de Berlín, traslada la acción, no localizada en el tiempo, a la época del cine mudo gracias a los códigos audiovisuales, que incluyen una enorme pantalla donde todo ocurre (sin apenas mobiliario), subtítulos que sustituyen a partes habladas y hasta personajes que recuerdan a Buster Keaton o el cabaret de los años 20 del siglo pasado.
Para cualquier espectador
El objetivo es hacer de esta ópera, de casi 230 años, un lúdico espectáculo para cualquier espectador hoy. Sin embargo, la obra está salpicada de aspectos que van más allá de la mera comedia. En ella late el espíritu de la Ilustración (los ideales de la Revolución Francesa se expandían por Europa) y el ideal de la razón como principal fuente de autoridad o legitimación, por encima también de los poderes absolutos o la religión. Así se puede comprobar en el libreto, de Emanuel Schikaneder, con cuya troupe Mozart se relacionó mucho en sus últimos años: "Pronto vencerá el hombre sabio / Oh noble sosiego, desciende / regresa al corazón de los humanos / será la Tierra un reino celestial / y los hombres serán como dioses].
La obra contiene no pocas referencias a la masonería, en la que Mozart y su padre se iniciaron, desde el planteamiento general y la oposición del bien y el mal, la luz y la oscuridad, pasando por los ritos iniciáticos en forma de pruebas que los personajes deben superar o la omipresencia del número tres en toda la obra.
El director musical del Real, Ivor Bolton, especialista en Mozart, estará al frente de la orquesta y coro titulares del teatro salvo el 13 de febrero, que llevará la batuta Kornilios Michailidis.
El reparto cuenta con la soprano Rocío Pérez como reina de la noche en el estreno, este domingo. El rol en el primer reparto se encargó primeramente a la francesa Sabine Devielhe, pero esta canceló su presencia por su avanzado estado de gestación. Albina Shagimuratova la sustituyó como cabeza de cartel para cantar el estreno y otra función, pero esta semana el Teatro Real anunció que no estará en la puesta de largo por una enfermedad que ha dado a la madrileña una oportunidad de oro.
Se ofrecerán 13 funciones, entre el 19 de enero y el 24 de febrero.