El nombre de Rachel Carson difícilmente saldría en una lista de las personas más influyentes del último siglo. Y sin embargo, no sería exagerado afirmar que dejó un legado que contribuyó de forma decisiva a que el mundo que habitamos sea como es. En gran parte, gracias a un libro: Primavera silenciosa (Crítica).
Quizá porque Carson fue de esas pocas personas capaces de incorporar una visión global que bebía tanto de la literatura como de la observación científica, lo que la dotaba de un don para la divulgación que no caía en la simplificación. Nacida el 27 de mayo de 1907 en una granja de Pensilvania, su principal ocupación de niña era observar el día a día de los animales y las plantas que la habitaban, y que libros como los de Beatrix Potter lograban convertir en historias humanizadas y comprensibles.
Carson sigue siendo influyente lo demuestran las voces que pretenden demonizarla aduciendo que el abandono del DDT ha llevado a un nuevo repunte de la malaria
Luego, en el colegio, llegaron las grandes aventuras de Stevenson, Melville o Conrad. A través de sus libros descubrió el océano, que fue para ella una creación literaria antes de que sus estudios de biología marina le revelaran sus secretos. Hizo la maestría en la universidad Johns Hopkins, pero en 1934 tuvo que abandonar el doctorado porque la precaria economía familiar la obligó a buscar un trabajo. La muerte de su padre, que la dejó a cargo de su madre impedida, complicó aún más las cosas.
El 'best seller'
Como salida laboral, logró entrar en el Servicio de Pesquerías, un organismo oficial del Gobierno. Allí se le encomendaron los guiones para una serie de pequeños espacios radiofónicos para difundir el interés por el mar que tuvieron muy buena acogida. Envalentonada por ello, en 1941 publicó Under the Sea Wind, pero las ventas fueron muy discretas. Sin embargo, no cejó, contrató los servicios de la agente Marie Rodell y, diez años después, publicó El mar que nos rodea (Destino).
Obtuvo contactos privilegiados que le permitieron conocer informes que alertaban sobre las terribles consecuencias que el DDT
Esta vez consiguió un éxito arrollador, el libro se convirtió en un auténtico best seller que sirvió de base para un documental ganador de un Oscar, y le permitió poder dedicarse a tiempo completo a la escritura. Con The Edge of the Sea (1955) cerró una magna trilogía que permitía entender con gran facilidad la vasta complejidad de los ecosistemas marinos, y que planteaba las amenazas que la sobreexplotación y los efectos producidos por la acción del hombre ocasionaban en la cadena alimenticia. El concepto de "cambio climático" ya asomaba entre sus páginas.
La atención de Carson abandonó entonces las aguas para volver a las tierras, sobre todo las cultivadas que tanto había conocido de niña. Obtuvo contactos privilegiados que le permitieron conocer informes que alertaban sobre las terribles consecuencias que el DDT, un pesticida ampliamente utilizado, producía sobre la naturaleza, los cultivos y sobre la propia población.
La tormenta perfecta
Denunciarlo suponía afrontar una batalla contra los lobbies de la industria química y la propia política gubernamental, quienes ya durante los años de documentación fueron preparando la batalla. La prepublicación de varios capítulos en The New Yorker la puso en el ojo del huracán. La aparición del libro, en 1962, desencadenó una tormenta formidable, a la par que ascendía a las listas de más vendidos para quedarse en ellas.
Primavera silenciosa (título que aludía a uno de los capítulos, donde se narraba cómo el DDT, calificado como "biocida", había exterminado a todos los pájaros en una gran área que había sido fumigada) obligó a posicionarse a políticos, científicos y líderes de opinión. Carson, ya enferma de un cáncer de mama que se la llevaría dos años después, tuvo que soportar difamaciones como las que decían que el hecho de permanecer soltera (mantuvo una intensa relación, muy probablemente platónica, con una mujer casada, Dorothy Freeman) era la prueba irrefutable de que se trataba de una peligrosa comunista.
Su libro es aún hoy uno de los títulos de referencia del ecologismo
Carson puso el dedo en la llaga al advertir de la fragilidad del medio ambiente y el hecho de que, si el ser humano lo ataca, en el fondo se está atacando a sí mismo, y lo convirtió en objeto de debate público; su libro es aún hoy uno de los títulos de referencia del ecologismo. Además, la polémica llevó a que Estados Unidos creara la Agencia de Protección del Medio Ambiente e incorporara a su agenda la política medioambiental.
Que Carson sigue siendo influyente lo demuestran las voces que pretenden demonizarla aduciendo que el abandono del DDT ha llevado a un nuevo repunte de la malaria; lo que callan es que ella no abogaba expresamente por la abolición, sino por un uso responsable que tuviera siempre en cuenta tanto los posibles beneficios como los daños. Veía el mundo como un delicado equilibrio que, por primera vez, el ser humano tenía la posibilidad de destruir, y quiso evitar que la primavera silenciosa fuese, también, eterna.