Estos serán los 18 compañeros de tumba de Franco en el cementerio de El Pardo
- Altos cargos franquistas, su mujer, historiadores, y hasta un sanguinario dictador latinoamericano. Si los restos de Franco acaban en Mingorrubio, se reencontrará con algunos viejos amigos.
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¿Y ahora qué? Esa es la gran pregunta que se abre después de que el Congreso de los Diputados haya aprobado este jueves el decreto ley para exhumar a Francisco Franco del Valle de los Caídos. ¿Qué hacer con los restos del dictador? ¿Enterrarlos en el mar como propone el historiador Paul Preston o en la critpa de Mingorrubio, el "destino más adecuado" para muchos expertos? En ese caso, ¿se hará cargo finalmente la familia del cuerpo?
Quedan todavía muchas incógnitas por resolver en relación al futuro del cuerpo del dictador, muerto hace más de 40 años: cómo será el proceso de exhumación, quién será el encargado de abrir la tumba, cuáles van a ser los recursos jurídicos a los que se agarrará la familia... Pero, sobre todo, hay un interrogante sobre el que más cábalas se vierten: el lugar de destino de los restos de Franco.
En un principio, el cementerio de El Pardo parece ser el punto final de esta historia, pues allí se encuentra la cripta de Mingorrubio, donde está enterrada Carmen Polo, la mujer del dictador. El edificio en su conjunto es público, igual que todo el camposanto, pero la catacumba fue cedida en régimen de exclusividad a la familia Franco desde su construcción, a principios de los setenta. De terminar allí, el generalísimo se reencontraría con altos jerarcas del franquismo, militares o historiadores. Aquí una lista de los nombres más conocidos.
1. Luis Carrero Blanco
Figura de confianza de Franco tanto durante la Guerra Civil como para la consolidación del nuevo régimen, Carrero Blanco llegó a ser considerado el segundo hombre más poderoso del franquismo. Desempeñó el cargo de presidente del Gobierno en los últimos años de la dictadura hasta que ETA lo asesinó el 20 de noviembre de 1973 con un coche bomba. Su familia cuenta con un panteón en Mingorrubio.
2. Carlos Arias Navarro
Con la muerte de Carrero Blanco, Carlos Arias Navarro, su ministro de Gobernación, accedió a la jefatura del Gobierno. Fue confirmado por Juan Carlos I tras la muerte del dictador, pero con unos ideales ultraconservadores, contrarios a la transición hacia la democracia, fue relevado por Adolfo Suárez. Arias Navarra fue enterrado en el camposanto de El Pardo en 1989.
3. Carmen Polo
Rodeado por las tumbas de Carrero Blanco y Arias Navarro se erige el panteón de la familia Franco. Construido en el año 1972 por Patrimonio Nacional en virtud de un acuerdo con el Ayuntamiento de Madrid, no fue tildado oficialmente, como tampoco el Valle de los Caídos, el lugar para enterrar al dictador. Allí fue sepultada en 1988 su mujer, Carmen Polo. Su lápida menciona a su marido y su título de señora de Meirás.
4. Cinco ministros franquistas
En los alrededores de la cripta de los Franco se encuentran las tumbas de hasta seis ministros franquistas: Nemesio Fernández Cuesta Illana, de Comercio; Pablo Martín Alonso, del Ejército; Demetrio Carceller Segura, de Industria y Comercio; Pedro Nieto Antúnez, de Marina; o Félix álvarez-Arenas Pacheco, también del Ejército. Además, en el cementerio de El Pardo también están enterrados Francisco Fernández Ordóñez, ministro de Hacienda y Justicia con Adolfo Suárez y de Exteriores con Felipe González, y Juan José Rosó, titular de la cartera de Interior con Suárez y Calvo-Sotelo.
5. Francisco Franco-Salgado
En Mingorrubio ya hay enterrado un Francisco Franco. Se trata del primo del dictador, también nacido en Ferrol y más conocido como Pacón, que fue uno de sus máximos colaboradores, especialmente en la preparación del golpe de Estado de 1936. Además, en este cementerio también se pueden encontrar los restos de otros militares franquistas como Carlos Iniesta Cano, director general de la Guardia Civil, o Guillermo Quintana Lacaci.
6. Joaquín Calvo Sotelo
Fue uno de los dramaturgos que más éxito cosechó tras la Guerra Civil hasta su muerte en 1993. Hermano de José Calvo Sotelo, ministro de Hacienda durante la dictadura de Primo de Rivera, y tío de Leopoldo Calvo Sotelo, el segundo presidente de la democracia, su obra más conocida es La muralla. Además de escribir piezas teatrales, Joaquín Calvo Sotelo fue un articulista habitual de los periódicos, desplegando un estilo irónico.
7. Francisco Tomás y Valiente
El presidente del Tribunal Constitucional, jurista, historiador y escritor fue asesinado por ETA en 1996 en su despacho de la Universidad Autónoma de Barcelona. Se le dio sepultura en Mingorrubio, donde también se encuentran otros historiadores como Antonio Romeu de Armas, Premio Nacional de Literatura en 1955 y director de las revistas Hispania y Cuadernos de Historia, o José María Jover Zamora, Premio Nacional de Historia en 1981.
8. Luis Gutiérrez Soto
El arquitecto, uno de los mejores del siglo XX en España, es recordado por sus más de 400 obras, especialmente en Madrid, entre las que se encuentran algún edificio como el Ejército del Aire, en Moncloa o el del FNAC de Callao. Pero Gutiérrez Soto, en su época de estudiante, quería ser futbolista; incluso llegó a jugar en el Real Madrid al lado de Santiago Bernabéu. Sin embargo, el hombre, fallecido en 1977, demostraría con el tiempo que se le daba mejor urbanizar la capital que darle patadas a un balón.
9. José Banús
José Banús fue uno de los grandes apoyos empresariales del régimen franquista, el dueño de la inmobiliaria más poderosa. La Guerra Civil le sorprendió en Madrid, y para evitar entrar en combate se hizo pasar por enfermero afiliándose a la CNT. Mientras tanto, era uno de los miembros más activos de la quinta columna. Al acabar la contienda, y en asociación con su hermano, formó una empresa que se encargaría de la construcción de la carretera de acceso al Valle de los Caídos. Falleció en 1984.
10. Rafael Leónidas Trujillo
La presencia más llamativa de carácter internacional en el cementerio de El Pardo conduce al nombre de Rafael Leónidas Trujillo. El dictador dominicano, uno de los más sanguinarios de la historia de Latinoamérica, con más de 50.000 crímenes a sus espaldas, fue asesinado en 1961. Pero no sería hasta el 19 de noviembre de 1970 cuando Mingorrubio recibiera los restos mortales de Trujillo.