El tráfico de opio en el Mediterráneo ya era habitual hace más de 3.000 años, la droga fluía por las principales rutas marítimas. Esta afirmación se desprende de la investigación de unos científicos que han hallado restos de dicha substancia en un jarrón chipriota que se remonta a la Edad de Bronce.
A pesar de que había muchas sospechas sobre este mercado del narcotráfico de la Antigüedad, se trata de la primera vez que se pueden constatar evidencias empíricas de rastros de droga. La nueva prueba, llevada a cabo por los investigadores del British Museum y de la Universidad de York, confirmó el vínculo después de perforar el fondo de una jarra sellada entre 1650-1350 a. C.
Muchísimo antes de que Chipre y sus famosas fiestas se convirtiesen en uno de los grandes epicentros del consumo de drogas del Mediterráneo, los habitantes de la isla construyeron unos extraños recipientes que han desconcertado a los arqueólogos y sus análisis: no podían asegurar cuál era su principal uso.
Las conclusiones de otros estudios publicados recientemente habían cuestionado la relación de estos buques con el opio y habían asegurado que los jarrones podrían haber estado destinados a conservar aceites aromáticos.
Sin embargo, el hallazgo de papaverina y tebaína, dos de los componentes más estables del opio, en este recipiente ha podido confirmar por fin el supuesto. Sin embargo, desde el British Museum aseguran también que el descubrimiento no descarta la otra teoría, lo que podría significar que los jarrones contenían aceites de semilla de amapola en lugar de opio puro.
El hallazgo del aceite "significa que la substancia no era consumida como un narcótico sino que se usaba como ungüento o perfumería en el que las propiedades psicoactivas del opio podrían tener únicamente un significado simbólico", aseguran desde el museo.
Rebecca Stacey, una de las encargadas de la investigación, ha asegurado que "es importante recordar que este solo es un recipiente, por lo que el resultado genera un montón de preguntas sobre su contenido y su propósito". La profesora Jane Thomas-Oates, jefa del Centro de Excelencia en Espectrometría de Masas de la Universidad de York, ha señalado, por su parte, que "l próximo objetivo analíticos es descubrir si se puede encontrar restos de droga en otras jarras peor conservadas".