Una carta en la que se reclamaba el inmediato alistamiento de su hermano en ejército llegó a casa. La patria, Serbia, convocaba a sus valientes hombres para luchar y morir por ella en la Segunda Guerra de los Balcanes. Pero ella, Milinka Savic, decidió que iría al frente en lugar de su hermano. Se cortó el pelo, trató de ocultar sus pechos y se vistió con ropa de hombre. Cuando descubrieron que era una mujer ya había sido ascendida a cabo. Su carrera militar fue meteórica y, durante la Gran Guerra, sus hazañas fueron distinguidas en multitud de ocasiones. Recibió, entre otras, la Cruz de Guerra de Francia y se convirtió en la mujer con más condecoraciones militares de la historia. Entre sus grandes operaciones, según se recoge en la página del Ministerio de Exteriores serbio, destaca el aprisionamiento de 43 soldados búlgaros en el frente macedonio.