Reivindicar el patrimonio histórico y cultural de un país, tanto los siglos de brillantez como las épocas más luctuosas, y conocer todos estos acontecimientos, debería ser un elemento intrínseco de la curiosidad de cada ciudadano. La historia es una disciplina en constante revisión y la coyuntura actual, al menos en España, ha provocado el resurgir de un discurso patriótico centrado en resaltar los momentos en los que nace ese sentimiento de identidad nacional.
El pujante partido de Santiago Abascal, Vox, ha irrumpido en el escenario político español con un alegato centrado en la unidad de España, en glosar las grandes gestas del país y sus principales artífices, desde la rebelión de Pelayo iniciada en Asturias contra el dominio musulmán hasta la invasión napoleónica y la respuesta del pueblo durante la Guerra de la Independencia. Estos son algunos de los acontecimientos que se reivindican desde Vox y que comulgan con la versión más patriótica de la historia:
1. Covadonga y don Pelayo (718-722)
(Santiago Abascal, el líder de Vox, organizó en 2015 un mitin durante la campaña electoral de las generales del 20-D en Covadonga. Eligió ese enclave de un profundo carácter simbólico para defender la unidad de España y cargar contra el fundamentalismo islámico)
La derrota de las tropas del rey visigodo don Rodrigo en Guadalete en el año 711 contra un ejército bereber que se había internado en la Península a través del estrecho de Gibraltar dio vía libre a la invasión musulmana y a la conformación de Al-Ándalus. Casi toda España quedó ocupada bajo el islam a excepción de algunas zonas del norte. En Asturias, Pelayo, elegido príncipe por sus adláteres, "fue el primero que inició la rebelión contra los sarracenos", tal y como se recoge en la Crónica Albeldense, la fuente más fiable que narra la génesis del Reino asturiano.
La insumisión del territorio, que estaba sometido a la autoridad de un prefecto musulmán, arrancó en torno al año 718, pero no sería hasta probablemente la primavera de 722 cuando los musulmanes decidieron enviar una expedición de castigo contra los rebeldes al mando del general Alkama. Tras sufrir una serie de derrotas iniciales, Pelayo y sus seguidores se retiraron hasta el refugio natural de los Picos de Europa. Allí, aprovechándose de un mayor conocimiento del terreno, cercaron a las tropas invasoras y las derrotaron en las montañas de Covadonga.
Esa batalla fue el triunfo de una rebelión de carácter local contra el poder musulmán y, al mismo tiempo, el inicio de un proceso, la Reconquista, que es entendido por muchos como el nacimiento, la génesis de la conciencia histórica española, del nacionalismo patrio.
2. Batalla de las Navas de Tolosa
(El pasado 16 de julio, el perfil oficial de Twitter de la formación de Abascal publicaba lo siguiente: "En Vox estamos orgullosos de nuestra historia y por eso conmemoramos una de las batallas más heroicas de la Reconquista. Gracias a ella, España y Europa lograron liberarse de la invasión islámica")
Se referían a la batalla de las Navas de Tolosa, uno de los mayores enfrentamientos militares registrados durante la Reconquista, el Día D que marca el punto de inflexión del declive musulmán. En 1212, las tropas de Pedro II de Aragón, Alfonso VIII de Castilla y Sancho VII de Navarra se unieron en una cruzada contra los ejércitos de la media luna que capitaneaba al-Nasir. Los cristianos reunieron a unos 70.000 soldados contra los más de 100.000 almohades del califa y consiguieron la victoria.
Fue uno de los enfrentamientos más sangrientos de la Edad Media, acaecido en el norte de Jaén. Los ejércitos cristianos lograron derrotar a los musulmanes gracias, sobre todo, a una carga comandada por el monarca navarro, con doscientos caballeros, contra la tienda roja de Al-Nasir, defendida por la Guardia Negra, los imesebelen, que se enterraban en el suelo y se anclaban con grandes cadenas para luchar o morir.
3. La rendición de Granada (1492)
(El pasado 2 de enero —el día que Vox quiere convertir en fiesta de Andalucía— se celebró el 527 aniversario de la toma de Granada, un momento decisivo en la historia de España. Abascal no quiso perder la oportunidad para volver a reivindicar el acontecimiento: "Siglos después permanece el orgullo imborrable por una gesta de 7 siglos. Y permanece la determinación de no someternos al islam". El líder de Vox también ha manifestado en diversas ocasiones su admiración por Isabel la Católica, "la gran Reina que culminó la Reconquista")
Desde la batalla de las Navas de Tolosa, los ejércitos castellano-aragoneses fueron recuperando terreno peninsular a los musulmanes hasta concentrarlos, a finales del siglo XV, en los dominios del reino nazarí de Granada. Aparece ahí la figura de los Reyes Católicos, Isabel y Fernando, los artífices de la culminación de ese proceso emprendido siglos atrás por Pelayo, los últimos responsables de la "liberación de España" ante el "invasor musulmán".
El 2 de enero de 1492 se certificó la victoria final contra el domino islámico de la Península con la firma del pacto entre los Reyes Católicos y Boabdil que rendía la ciudad de Granada. La corriente que abandera la Reconquista —muchos historiadores reniegan del término al considerarlo un invento de la historiografía nacionalista española— despliega sin ambages el término "liberación", pero lo cierto es que la ciudad estuvo mucho más tiempo bajo dominio musulmán que los que han pasado desde aquel 2 de enero de 1492. Difícilmente podría entenderse la Andalucía actual sin tener en cuenta la acción y la influencia de los "invasores".
¿Y qué hay del legado de "la gran Reina"? "Isabel había dirigido una lucha contra la nobleza insumisa, vencido una guerra civil, potenciado las artes, liderado la cruzada contra Granada, incentivado los viajes de Colón, restablecido la paz en Castilla y convertido a su reino en una potencia Europea al implicar sus recursos en las guerras italianas de la Corona de Aragón, pero también había tomado decisiones más controvertidas como la conversión forzosa de los judíos y musulmanes o la fundación de la Insquisición", señala María Ángeles Pérez Samper en Historia Mundial de España.
4. Colón y la Conquista de América (1492)
(El pasado 12 de octubre, durante el Día de la Hispanidad, Santiago Abascal definió la Conquista de América como "la mayor huella que España ha podido dejar en su historia")
El matrimonio de los Reyes Católicos, que unía las dos coronas hispánicas más poderosas de la Península Ibérica, y el descubrimiento de América sentarían las bases del ese imperio español en el que no se ponía el sol. La unidad territorial, política y las puertas que se abrían con el hallazgo del Nuevo Mundo reportarían a la monarquía hispánica el inicio de casi dos siglos de superioridad militar tanto naval como terrestre, dos de los más brillantes en términos de conquistas.
El 12 de octubre de 1492 llegó a América la expedición comandada por el genovés Cristóbal Colón y a partir de entonces nuevas riquezas comenzaron a cruzar el Atlántico. Dos continentes que hasta ese momento se desconocían quedaron conectados por obra española. Adquiría entonces España una posición preeminente en el mundo, de principal potencia; y se pasaba de hablar de Reconquista a conquistar nuevos territorios.
Esa corriente habla de la conquista de América como una gesta épica que solo significó "gloria" y "grandeza", pero no es posible narrar esa parte de la historia de forma objetiva sin hacer mención a la violencia y el desorden desencadenado, gracias al apoyo de fuerzas locales rebeldes, por la ocupación de esos territorios. La sombra de la Leyenda Negra, de la que hablaremos en la siguiente entrega.
5. Los Tercios españoles (siglos XVI-XVII)
(Javier Ortega Smith, el secretario general de Vox, clausuró varios mítines durante la campaña de las elecciones andaluzas recuperando el brindis de los Tercios de Flandes y recitando versos como estos: "¡Por España!/ y el que quiera defenderla/ honrado muera/ y el traidor que la abandone/ no encuentre quien le perdone/ ni en Tierra Santa cobijo/ ni una cruz en sus despojos/ ni la mano de un buen hijo/ para cerrarle los ojos")
Desde comienzos del siglo XVI a mediados del XVII, hubo un ejército de infantería que dominó Europa a base de pica larga y arcabuz: los Tercios españoles. Estaban formados por soldados veteranos y oficiales muy experimentados, todos ellos hombres de honor, leales a su rey —fueron el corazón armado de la casa de los Austrias— y con una entusiasta fe católica. Su grito de guerra era ¡Santiago y cierra España!, un lema heredado de la Reconquista con el que infundían temor en las tropas enemigas.
Los Tercios fueron creados durante el reinado del emperador Carlos V para defender los territorios bajo dominio español de Nápoles, Sicilia y Lombardía. Revolucionaron el transcurrir de las batallas al devolver a la infantería el papel dominante, como sucedía en la época de las legiones romanas. Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán, es considerado el artífice de esta táctica —y también de los Tercios—.
Estas unidades militares, que desaparecerían al mismo tiempo que la monarquía española comenzaba a perder su posición preeminente han revivido en la actualidad no solo gracias a las cenas de los afiliados y simpatizantes de Vox, sino también gracias a la literatura que ha generado —Pérez-Reverte, por ejemplo— o a los cuadros de Augusto Ferrer-Dalmau, el pintor de batallas. No obstante, es menester señalar, como recoge el hispanista Geoffrey Parker en su obra El ejército de Flandes y el Camino Español, 1567-1569, que estas tropas estaban compuestas, en su mayor parte, por soldados alemanes y de los Países Bajos, y con contingentes menores de infantería española, italiana, borgoñona y británica.
***Este jueves, la segunda parte de la serie: de Blas de Lezo a la batalla de Bailén.