El año de descubrimientos arqueológicos en Egipto, que según los investigadores ha de culminar con la localización de la tumba de la reina Nefertiti, ha arrancado con un hallazgo de dimensiones considerables. Según ha anunciado este jueves el Ministerio de Turismo y Antigüedades, un total de dieciséis tumbas de sacerdotes con veinte sarcófagos y más de 700 amuletos de distintos tipos y materiales han sido desenterradas en el área de Al-Ghoreifa, localizada en la provincia de Menia, al sur de El Cairo.
Los ataúdes contienen los cuerpos momificados de sacerdotes y altos mandatarios de la Dinastía XXVI, que gobernó en torno al 672 y 525 a.C. En las cámaras funerarias, encontradas a ocho metros bajo tierra, destacan cinco sarcófagos con forma humana tallados en piedra caliza y grabados con jeroglíficos y otros tantos decorados con los nombres y títulos de las personas que conservan.
Las misión arqueológica, liderada por Mustafa Waziri, el secretario general del Consejo Superior de Antigüedades, ha hallado también más de 10.000 figuras de ushbetis —pequeñas esculturas que se depositaban en las tumbas y que servían a los muertos en el viaje al más allá—. Entre los amuletos y la cerámica encontrada destacan los de oro puro, un escarabajo en forma de corazón y otro que tiene apariencia de cobra con alas.
Pero el descubrimiento no termina ahí: se han desenterrado, además, numerosos recipientes de distintas formas que eran utilizados para los rituales funerarios y religiosos y herramientas probablemente utilizadas durante las labores de sepultura, como martillos de madera y otros utensilios para mover los ataúdes y cortar piedras.
En cualquier caso, lo más destacable de este primer hallazgo del año se circunscribe a los sarcófagos. Uno de ellos pertenece al hijo del faraón Psamético I, que era el encargado del tesoro real y a quien le concedieron los títulos de sacerdote de los dioses Osiris y Nut. Otro de los ataúdes, que según los expertos es uno de los más importantes que se han descubierto en los últimos años por tener inscritos los nombres de los gobernantes de la región central de Egipto, corresponde a un hombre llamado Djed of Djehuty Luf Ankh.
En la misma tumba, donde también han aparecido cráneos y esqueletos humanos, se han documentado cofres sellados de dos nobles de nombre Hr y Epy, además de otro de tamaño más reducido que podría ser el de alguno de sus hijos.
La misión arqueológica lleva excavando esta zona desde 2018 y con anterioridad ya había descubierto 19 tumbas que escondía 70 sarcófagos de piedra. "Menia sigue revelando sus secretos y está lista para ser colocada en el mapa turístico de Egipto por sus yacimientos arqueológicos", ha destacado Khaled El-Enany, ministro de Turismo y Antigüedades.