Las excavaciones que se están desarrollando en el Foro Romano, en la zona del Comitium, frente a la Curia Julia, han arrojado un hallazgo excepcional: una cámara funeraria que escondía un sarcófago de toba, una piedra caliza muy porosa y ligera, de aproximadamente 1,40 metros de longitud y que está asociado con un elemento circular, probablemente un altar. Según ha anunciado Alfonsina Russo, directora del Parque Arqueológico del Coliseo, la tumba se remonta al siglo VI a.C.
El templo recién descubierto se encuentra debajo de la escalera de entrada a la Curia, un edificio que ordenó construir Julio César en el año 44 a.C. —restaurado en la década de 1930—. El Comitium fue un espacio público de reunión en la Antigua Roma donde se realizaban las asambleas políticas desde el siglo VII a.C. y que contaba con una tribuna de oradores y se situaba a cielo abierto.
Según ha avanzado Russo, este es el lugar donde algunas fuentes antiguas como Horacio o el escritor Varrón sostienen que Rómulo, el legendario fundador de la ciudad, fue enterrado. Los expertos actuales creen que ahí pudo colocarse el altar circular que se ha desenterrado como una suerte de monumento funerario cuyo estudio podría verter luz sobre los orígenes del culto del primer rey.
"No es casualidad que el Lapis Niger, la piedra negra [hallada en 1899] que se revela en un cenotafio relacionado con la muerte de Rómulo, se encuentra en eje con la cámara subterránea", han recalcado desde el Parque Arqueológico del Coliseo. "Este es un descubrimiento extraordinario. El Foro nunca deja de producir nuevos e increíbles tesoros", ha añadido Alfonsina Russo, que ofrecerá más información sobre el descubrimiento este jueves.
Aunque la noticia ha desatado todo tipo de teorías sobre la posibilidad de que en este sarcófago —cuyo interior está vacío, no hay huesos— fuese enterrado Rómulo, hay que señalar que lo más probable que este personaje fuese una invención de los propios romanos para glosar unos orígenes épicos de su pueblo —el abandono en el río Tíber con su hermano Remo y el posterior rescate de la loba— y no una persona histórica.
De hecho, según recoge el arqueólogo Néstor F. Marqués en su libro Fake News de la Antigua Roma (Espasa), varias son las leyendas de gloria y traiciones que envuelven la muerte del fundador de Roma. Según uno de los relatos antiguos, Rómulo se encontraba arengando a las tropas romanas en el Campo de Marte cuando se desató una terrible tempestad que oscureció el cielo. Cuando el viento y la lluvia amainaron, no había rastro del rey. Algunos senadores refirieron que se lo había llevado su padre, el dios Marte, al cielo tras haber cumplido su misión terrenal.
Otra versión señala que hubo un complot contra su vida auspiciada por los nuevos ciudadanos que se sentían despreciados. Según este mito, Rómulo, al haberse convertido en un tirano, fue asesinado y descuartizado por los patricios de la ciudad; cada uno de ellos habría escondido bajo sus ropajes un trozo del cuerpo y lo habrían enterrado por separado para que nunca se pudieran hallar sus restos.
Posteriormente, según recoge Tito Livio acrecentando los tintes legendarios, Rómulo se le apareció a un campesino de Alba Longa, diciéndole: "Ve y anuncia a los romanos que es voluntad de los dioses que mi Roma sea la capital del orbe; que practique por consiguiente el arte militar; que sepan, y así lo transmitan a sus descendientes, que ningún poder humano puede resistir a las armas romanas".
Hallar ahora su tumba parece una imposibilidad histórica, una exageración enmarcada dentro de las excavaciones que buscan desde hace un año poner en valor esta zona del Foro Romano y que siguen las prospecciones realizadas a principios del siglo pasado por el arquitecto Giacomo Boni, quien ya había referenciado esta estancia subterránea en sus estudios.