Oficial soviético llevando a sus soldados a la batalla contra el ejército alemán (12 de julio de 1942).

Oficial soviético llevando a sus soldados a la batalla contra el ejército alemán (12 de julio de 1942). Maks Álpert RIA Novosti Lugansk

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Así sacrificaba Stalin a sus soldados a base de alcohol: el estúpido asalto del ejército soviético

Aunque algunos crean que es un tópico, a los soldados soviéticos se les proporcionaban grandes dosis de vodka antes de lanzarlos al ataque.

11 mayo, 2020 10:49

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La leyenda de Vladímir el Grande sobre la cristianización de Rusia dice lo siguiente: el joven gobernante invitó a emisarios de las grandes religiones para que lo convencieran de adoptar su creencia. Descartó a los judíos porque no tenían patria. Los musulmanes le interesaron cuando estos le mostraron los placeres carnales del paraíso, pero cuando averiguó que el islam prohibía el alcohol no tuvo ninguna duda. "Beber es la alegría de los rusos. Sin ese placer no existimos", afirmó el zar. Y Rusia se hizo cristiana.

Todos los clichés sobre el país más grande del mundo giran en torno a lo mismo y, aunque se trate de una generalización, la verdad se deja entrever en los datos. Tal y como explica el escritor Mark Forsyth en Una borrachera cósmica: Una historia universal del placer de beber (Ariel), si vives en Rusia en la actualidad, existe un 23,4 por ciento de probabilidades de que tu muerte tenga que ver de algún modo con el alcohol.

Durante la Segunda Guerra Mundial, todos los ejércitos de todos los países utilizaban la bebida y otras sustancias como modo de evasión de una realidad cruel. A lo largo de la década de los treinta, en Alemania se diseñó una droga llamada Pervitín —una derivación de la metanfetamina y con características similares al efecto del speed—. Hasta 35 millones de pastillas fueron repartidas entre los soldados de la Wehrmacht en tiempos de la guerra según las investigaciones de Norman Ohler.

Soldados soviéticos del Primer Frente Báltico durante un ataque en la ciudad letona de Jelgava (16 de agosto de 1944).

Soldados soviéticos del Primer Frente Báltico durante un ataque en la ciudad letona de Jelgava (16 de agosto de 1944).

Los Aliados descubrieron la estrategia química que empleaban los enemigos y decidieron fabricar su propia droga de diseño. Dicho compuesto fue apodado como Benzedrina y podía ser inhalada aunque también existía en forma de pastilla. Pese a que no era una droga tan adictiva y peligrosa como el Pervitín, seguía siendo nociva a largo plazo —impedía el sueño pero no detenía el agotamiento—.

Los altos mandos soviéticos empleaban el alcohol entre sus hombres, lo cual favorecía enormemente a los enemigos. "Aunque algunos crean que es un tópico, a los soldados soviéticos se les proporcionaban grandes dosis de vodka antes de lanzarlos al ataque. Infundía en ellos un falso valor, y en cambio anulaba su capacidad de reacción. Ese «asalto de infantería» era el momento débil de toda ofensiva soviética", narra el licenciado en Historia por la Universidad de Alicante Carlos Caballero Jurado en La División Azul: de 1941 a la actualidad (La esfera de los libros).

De esta manera, en lugar de avanzar bajo la protección directa de una pantalla de fuego, la infantería rusa realizaba siempre un asalto puro y duro: "miles de hombres salían de sus trincheras y formando largas hileras avanzaban casi mecánicamente, aparentemente insensibles al fuego". Considera Caballero Jurado que tales ataques suicida se debían al bajo nivel técnico militar de los oficiales subalternos y al "absoluto desprecio" que sentían estos por la vida de sus propios soldados, lo cual hacía que los sacrificaran en grandes cantidades.