Un equipo de arqueólogos británicos ha descubierto un enorme anillo de ejes prehistóricos, construido hace aproximadamente 4.500 años, cerca de Stonehenge, el monumento megalítico ubicado en el sur de Inglaterra y uno de los lugares más visitados por los turistas. El hallazgo es de una gran relevancia, pues los expertos señalan que se trata de la mayor estructura prehistórica documentada en suelo británico.
Se trata de un círculo de unos dos kilómetros de diámetro que cuenta con varios ejes alineados -se ha contabilizado una veintena- de más de 10 metros de diámetro y 5 de profundidad, ubicado a unos tres kilómetros de Stonehenge. La estructura parece haber sido un límite que guiaba a los habitantes neolíticos hacia un área sagrada ya que Durrington Walls, uno de los monumentos prehistóricos más grandes de Gran Bretaña, se encuentra precisamente en su centro.
Vincent Gaffney, uno de los arqueólogos que lidera las investigaciones, ha valorado así el hallazgo: "Es un descubrimiento sin precedentes y de enorme importancia en Reino Unido. Los expertos en Stonehenge y su paisaje se han sorprendido por la escala de la estructura y el hecho de que hasta ahora no se hubiera descubierto pese a estar tan cerca". En este proyecto han trabajado expertos de las universidades británicas de St Andrews, Birmingham, Warwick, Glasgow y Trinity Saint David de Gales, informan este lunes los medios locales.
Este descubrimiento es todavía más extraordinario porque ofrece la primera pista de que los primeros habitantes de Reino Unido, principalmente comunidades agrícolas, desarrollaron una forma de contar, según recoge The Guardian. La construcción de una estructura de semejante tamaño con un posicionamiento tan cuidadoso de sus elementos solo podría haberse hecho siguiendo cientos de pasos, han señalado los expertos. También demuestra el deseo de las comunidades neolíticas de registrar sus sistemas de creencias en formas y a una escala que los investigadores nunca habían anticipado.
"Los sensores remotos y un muestreo cuidadoso nos dan una idea del pasado y muestran a una sociedad mucho más compleja de lo que nos hubiéramos imaginado", ha señalado Richard Bates, de la Escuela de la Tierra y el Medioambiente de St. Andrews. "Unas prácticas claramente sofisticadas demuestran que la gente estaba a tono con los eventos naturales hasta el punto de que apenas pueden ser concebidas en el mundo moderno".
Los arqueólogos han resaltado que este hallazgo permite conocer un poco más sobre el paisaje de Stoneheng, un crómlech construido entre el final del Neolítico y principios de la Edad de Bronce cerca de la localidad de Amesbury, en el condado de Wiltshire, y se estima que era utilizado como templo o centro de reunión. Para Nick Snashall, arqueóloga del National Trust (un organismo que preserva lugares históricos), el descubrimiento permite conocer más sobre la vida y las creencias de los antepasados neolíticos.
Los expertos utilizaron una mezcla de trabajo arqueológico y labores detectivescas para llegar a este "extraordinario descubrimiento" y redactar "un nuevo capítulo en la historia del paisaje de Stonehenge", ha añadido Snashall.