A principios de 2019, los medios de todo el mundo repicaron el anuncio de Zahi Hawass durante una conferencia en Italia: la tumba de Cleopatra había aparecido en el templo de Taposiris Magna, situado a unos 45 kilómetros al oeste de Alejandría. Pero lo que hubiera sido el hallazgo del siglo resultó ser un simple error de traducción, tal y como justificó el controvertido egiptólogo. Este año anda pregonando que dicha teoría es errónea y ahora considera que la cámara funeraria de la última faraona egipcia está bajo el agua en la mítica ciudad mediterránea, según confesó en una entrevista con este periódico.
Pero la eterna búsqueda del lugar en el que fue enterrada la reina seductora e ilustrada, cuyas aspiraciones claudicaron ante el poder de Roma, ha vuelto a dar un giro de guion. El hallazgo de dos momias contemporáneas y de alto estatus en Taposiris Magna ha reavivado la hipótesis de que los restos de Cleopatra fuesen depositados en ese templo, construido en el siglo III a.C. por sus antepasados ptolemaicos. Los expertos consideran este descubrimiento "sensacional" porque revela la importancia de una necrópolis que se vincula con la faraona.
Los resultados de estas últimas excavaciones, dirigidas por la arqueóloga dominicana Kathleen Martínez, que lleva catorce años trabajando en el yacimiento, van a ser revelados en un documental que emite este martes la cadena británica Channel 5. La experta, después del revuelo causado por las palabras de Zahi Hawass, se muestra ahora más convencida que nunca que la tumba de Cleopatra está en Taposiris Magna, un sitio que solo ha sido explorado en un minúsculo porcentaje.
A pesar de que la cámara funeraria ha permanecido intacta durante 2.000 años, el estado de conservación de las dos momias descubiertas es bastante malo por las filtraciones de agua. Los arqueólogos, sin embargo, han sido capaces de determinar gracias a los análisis de rayos X que se trata de un varón y una mujer y que fueron recubiertos en su totalidad con láminas de oro, un lujo reservado tan solo a los niveles más altos de la sociedad egipcia.
En este sentido, la principal hipótesis que barajan los expertos es que se trate de dos sacerdotes —uno de ellos portaba una imagen de un escarabajo, símbolo de resurrección en el Antiguo Egipto— que desempeñaron un papel relevante defendiendo la causa de Cleopatra. Incluso surgieren que ambos individuos pudieron haber interactuado con la reina.
El descubrimiento ha sido grabado en directo por las cámaras de la citada cadena, siguiendo el espectáculo marcado en las últimas fechas por medios como National Geographic y que abre una nueva etapa en la manera de narrar la fascinación por el Antiguo Egipto. En el documental, The Hunt for Cleopatra’s Tomb (En busca de la tumba de Cleopatra), Kathleen Martínez aparece abriendo los sarcófagos por primera vez desde que fueron sepultados: "Oh Dios mío, hay dos momias. Mira esta maravilla", describe, según ha avanzado The Guardian.
La arqueólogo dominicana ha sido la artífice también de otros hallazgos de gran importancia en Taposiris Magna, como una estatua descabezada de un faraón, relacionada con Ptolomeo IV, una inscripción que muestra que el templo estaba dedicado al dios Isis —Cleopatra se consideraba la reencarnación humana de Isis— o en la zona del altar, donde los sacerdotes habrían conducido las ofrendas a las deidades, sacó a la luz 200 monedas con el nombre y la cara de la faraona. Las dos momias abren nuevas pistas para tratar de resolver uno de los grandes misterios de la historia.