La historia solo muestra aquello que quiere ser revelado. No obstante, los datos y la información están al alcance de todos, escondidos en antiguos libros y archivos históricos. Conocemos grandes hazañas bélicas, conquistas, obras de teatro y reyes ambiciosos que lo hicieron todo por el poder. De sus relaciones amorosas también nos han llegado grandes anécdotas. Sin embargo, cuando se trata de un amor entre personas del mismo sexo, se ha mantenido un silencio sepulcral.
Esto mismo es lo que revela Maricones de antaño (Egales), un nuevo libro escrito por el doctor en Filología Ramón Martínez. El autor ha querido apropiarse de la palabra "maricón", comúnmente empleada como insulto, y recorre el pasado histórico para reivindicar antiguas figuras homosexuales que tuvieron que esconder su orientación sexual.
"Nos han explicado en clase una y otra vez los enredos amorosos de grandes autores y personajes históricos, pero solo cuando eran heterosexuales", inicia el libro. "Nadie nos ha contado nunca que también existieron cientos de personas LGTB que lograron amar y expresarse con cierta libertad y dejaron testimonio de sus experiencias", añade.
Las personas que se muestran a continuación marcan la historia de España de alguna manera, aunque su faceta amorosa fuera obviada porque simplemente amaron a alguien de su mismo sexo.
Jaime de Aragón
Nacido en el año 1296, era el primogénito de Jaime II de Aragón. Por lo tanto, era el heredero al trono y quien debía prepararse para reinar tras la muerte de su padre. De hecho, fueron muchas las ocasiones en las que Jaime II trató de convencer a su hijo de contraer matrimonio.
Sin embargo, los intereses del sucesor eran más bien religiosos que políticos. "Finalmente, Jaime accedió a casarse, si bien nada más terminada la ceremonia renunció a todos sus derechos, abandonó a su mujer y se internó en un monasterio", escribe Ramón Martínez.
Tomó el hábito de la Orden de San Juan de Jerusalén en el convento de los dominicos de Tarragona, con el propósito de llevar una vida devota. "Sus verdaderas inclinaciones estaban más cerca de la vida compartida con otros frailes, con los que poder realizar determinadas actividades, que de la corona y la santidad del matrimonio heterosexual", considera el autor.
Juan II de Castilla
También existen precedentes en el otro importante reino de la Península Ibérica. Juan era hijo del rey Enrique III el Doliente y de la reina Catalina de Lancáster. Ya en su minoría de edad, el futuro monarca tuvo que hacer frente a un golpe de Estado perpetrado contra su persona.
El infante de Aragón don Enrique se apoderó del rey, aunque este pudo escapar del cautiverio gracias a Álvaro de Luna, quien le dio refugio en el castillo de Montalbán. "Hijo bastardo de un noble aragonés, su carisma y atractivo causaron tal sensación en la corte que se convirtió rápidamente en paje del joven rey", apunta Martínez.
Álvaro de Luna ascendió rápidamente y llegó a alcanzar el puesto de condestable de Castilla, puesto parecido a la jefatura del Gobierno. El hecho es que Juan siempre quiso a Álvaro de su lado, puesto que estaba enamorado de él. Sus matrimonios fueron estrictamente políticos y dinásticos, ya que si con alguien dormía el rey, era con Álvaro de Luna.
Los rumores se extendieron por todo el reino, y llegaron a circular poemas y coplas sobre la relación del rey y su amante varón. Desde la corte no podían tolerar tal escándalo y se convenció al rey para que se alejara de su amado. Finalmente, Álvaro de Luna fue decapitado en Valladolid en 1453 y Juan moriría un año después. "Naciera yo hijo de un labrador e fuera fraile del abrojo, que no rey de Castilla", fueron sus últimas palabras.
Enrique IV de Castilla
Al parecer, su hijo siguió los pasos del padre. Quizá Enrique IV sea la figura de la cual más se conoce su posible amor por los hombres. Conocido como el Impotente, siempre se ha destacado su supuesta incapacidad reproductora.
Asimismo, el historiador Alonso de Palencia dejó constancia de la orientación sexual del rey: "Empezaron a circular atrevidos cantares y coplas de palaciegos ridiculizando la frustrada consumación del matrimonio y aludiendo a la mayor facilidad que don Enrique encontraba en sus impúdicas relaciones con sus cómplices".
Miguel de Cervantes
Dentro de lo que concierne a España, no solo existen personalidades de la realeza que amaron a una persona de su mismo sexo. En el caso de Miguel de Cervantes, aunque el autor confiesa que existen dudas acerca de su homosexualidad, quedan evidencias para poder afirmarlo.
"Un soneto atribuido a Lope ataca a don Miguel diciendo que 'no sé si eres, Cervantes, co- ni cu-', palabras truncadas que se entienden mejor añadiendo el -ño y el -lo que faltan y que dejan clara la ambigüedad con la que el dramaturgo describe a nuestro autor", explica Martínez. Asimismo, comparaba a Cervantes con un buey, animal que por haber sido castrado era "uno de los principales símbolos de la indefinición sexual".
Cervantes huyó de Madrid en 1569 para escapar de la justicia, ya que se especulaba que pudiera ser un "sodomita". Se instaló en Italia para servir a Giulio Acquaviva, un joven religioso aficionado a los placeres con otros hombres.
Tras la batalla de Lepanto, el creador de Don Quijote de la Mancha recaló en Argel, que en aquella época era conocida como una moderna ciudad de Sodoma donde los hombres buscaban poder amar libremente. El hispanista y cervantista Daniel Eisenberg escribió sobre estos rumores que quizá no eran tan "descabellados", aunque definió al escritor español más grande como "homoamical" más que "homosexual".
Francisco de Goya
La correspondencia entre el pintor Francisco de Goya y Martín Zapater confirma que entre ellos hubo algo más que amistad. En una misiva fechada el 10 de noviembre de 1790, en vez de la cruz que se solía incluir en las cartas de la época, luce un enorme corazón, puro "símbolo romántico, cuidadosamente detallado y henchido por las arterias". En otra misiva de ese mismo mes, Goya había dibujado un pene para Zapater.
De la misma forma que ocurre con otros personajes, tal y como escribe Ramón Martínez, de la vida del pintor aragonés son conocidos popularmente muchas relaciones que mantuvo con mujeres a lo largo de su vida. "Parece, así, que Goya fue en su vida personal un hombre bastante tradicional, pero eso es algo que solo puede pensarse antes de leer sus cartas".
Es exactamente lo que sucede con la mayoría de personas cuya orientación sexual ha sido ocultada. Debido a que en su tiempo hubieran tenido problemas, dejaron pocos indicios para los historiadores e intelectuales posteriores. Ahora, gracias a Ramón Martínez se ofrece todo un recorrido con numerosos ilustres de España y de todo el mundo que fueron homosexuales.