Una espectacular cruz de plata anglosajona ha recuperado todo su esplendor después de pasar mil años enterrada en Escocia. La pieza, ricamente decorada, formaba parte del Tesoro de Galloway, la colección más rica de objetos únicos de la era vikinga jamás encontrada en Reino Unido. Su minuciosa restauración y limpieza durante varios meses ha arrojado un testimonio "supremo" de la orfebrería inglesa medieval.
El conjunto fue hallado en 2014 en un campo del sur de Escocia por un particular que estaba sondeando la zona con su detector de metales. Lo que emergió de debajo de la tierra fue un "increíble" tesoro enterrado a principios a finales del siglo IX y formado por un centenar de objetos de oro, plata y otros materiales de la época vikinga, como brazaletes, lingotes, joyas o una gran vasija carolingia de plata con tapadera, un elemento nunca documentado en suelo británico hasta ese entonces.
Uno de los objetos en peor estado de conservación del lote, adquirido en 2017 por el Museo Nacional de Escocia, era la cruz, que en cada brazo tiene grabadas referencias a los cuatro evangelistas: San Mateo aparece representado como un ser humano, San Marcos como un león, San Lucas como un becerro y San Juan como un águila. La pieza está decorada con pan de oro y un tipo de aleación metálica. Por su riqueza, los expertos consideran que pudo pertenecer a un clérigo de gran importancia o incluso a un rey.
"La cruz pectoral, con su sutil decoración de símbolos evangelistas y follaje, brillantes incrustaciones de oro y su cadena delicadamente enrollada, es un ejemplo sobresaliente del arte del orfebre anglosajón", ha asegurado Leslie Webster, exconservadora del Museo Británico. "Las cruces anglosajonas de este tipo son excepcionalmente raras, y solo se conoce otra, mucho menos elaborada, del siglo IX. Su descubrimiento, en un contexto tan notable, es de gran importancia para mejorar nuestra comprensión de las interacciones vikingas y anglosajonas en este período turbulento".
Martin Goldberg, conservador de las colecciones medievales y vikingas del Museo Nacional de Escocia, ha manifestado su sorpresa por la "maravillosa" cruz: "Es espectacular, no tiene paralelo. Y eso se debe en parte a la época de la que procede. Imaginamos que un montón de tesoros eclesiásticos fueron robados de los monasterios durante la época vikinga porque eso es lo que nos describen las fuentes. Esta es una de las que ha sobrevivido. La calidad del trabajo del metal es increíble. Es un verdadero privilegio ver esto después de mil años", ha señalado a The Guardian.
Tras su limpieza y restauración, se ha podido datar el objeto religioso en el siglo IX. "Parece el tipo de cosas que se encargarían en los niveles más altos de la sociedad anglosajona: los primeros hijos solían ser reyes y señores, los segundos hijos se convertirían en clérigos de alto rango. Es probable que la cruz provenga de una de estas familias aristocráticas", ha señalado Goldberg. El conjunto se descubrió en una zona que perteneció en la Edad Media al reino de Northumbria.
El Tesoro de Galloway, que pudo ser escondido tras un saqueo vikingo para ser recuperado más tarde, se enterró en cuatro montones distintos. La cruz apareció en una capa superior junto a lingotes de plata. En la inferior se descubrió otro conjunto de lingotes de plata envuelto en cuero y el doble de grande; un grupo de cuatro brazaletes de plata elaboradamente decorados y que escondían en medio una pequeña caja de madera con tres piezas de oro; y un recipiente plateado con tapa envuelto en capas de tela y lleno de abalorios, colgantes, broches y reliquias.
La investigación y la conservación de estos inusuales materiales orgánicos que han sobrevivido y los objetos inorgánicos que envolvían sigue en marcha. Una exposición el próximo febrero mostrará por primera vez al público algunas de estas piezas excepcionales, como la espectacular cruz.