El Palacio de Versalles fue durante siglos la Casa Real de la monarquía francesa. Desde 1682 hasta 1789, el palacio cobijó a los miembros de la corona y a sus lujosas y lujuriosas costumbres. Fue, asimismo, el núcleo donde se produjeron numerosos escándalos sexuales que influyeron negativamente en el respeto que infundía el pueblo hacia la corona.
Luis XIV, conocido como el Rey Sol y el hombre con mayor poder en Francia desde el año 1643 hasta el 1715, tuvo que lidiar con un entorno familiar que se veía envuelto en escándalo tras escándalo. Incluso su hijo, Luis de Borbón y Conde de Vermandois, avergonzó a su padre hasta el punto de ser expulsado de la corte.
El hecho de que se le conozca como Luis de Borbón en lugar de Luis de Francia responde a su origen bastardo. El joven era hijo del Rey Sol y de Luisa de la Vallière, noble gala y amante del monarca absolutista.
Ya desde su infancia, Luis de Borbón era conocido por su belleza. Había heredado los rasgos maternos y las mujeres aristócratas pronto se fijarían en él. No obstante, esta fijación no sería recíproca, puesto que el joven Borbón amaba a los hombres.
Desterrado
En aquella corte polémica conoció a su tío Felipe de Lorena, noble francés y miembro de la Casa de Guisa. De hecho, Felipe había mantenido relaciones homosexuales con otro miembro de la realeza: Felipe I de Orleans. Ambos participaban en fiestas grupales prohibidas y la relación entre Felipe de Lorena y un joven Luis de Borbón no tardaría en florecer.
El joven Conde de Vermandois se unió en ocasiones a un grupo secreto conocido como La Sagrada Fraternidad de Gloriosos Pederastas. Así lo expresa el escritor Will Bashor en Marie Antoinette's World: Intrigue, Infidelity, and Adultery in Versailles, donde narran las privadas celebraciones de este pequeño grupo que se dedicaba a las prácticas orgiásticas con menores de edad.
El propio Luis de Borbón apenas tenía 15 años cuando acudía al céntrico barrio parisino de Le Marais junto con nobles y burgueses que pretendían pasar desapercibidos. No obstante, aquellas orgías eran demasiado numerosas y sus protagonistas demasiado poderosos.
Finalmente, los rumores llegaron hasta el máximo responsable del reino. Luis XIV, siguiendo la rutina homófoba de aquellos siglos donde las relaciones con personas de mismo sexo eran repudiadas, y con el conocimiento de la existencia de aquellas inmorales y "sodomitas" fiestas, decidió tomar cartas en el asunto. En primer lugar, con intención de eliminar cualquier sospecha sobre su orientación sexual, se pensó en casarle con Ana Luisa Benedicta de Borbón, aunque el monarca optó por un castigo mayor para su hijo.
"Indignado, lo mandó azotar en su presencia y lo exilió junto con Felpe de Lorena y varios otros nobles que también estaban involucrados", explica Bashor. Asimismo, el catedrático y académico Louis Crompton afirma en su libro Homosexuality and Civilization que el monarca francés quería aleccionar a su hijo por sus relaciones con otros jóvenes.
Así, en junio de 1682 Luis fue desterrado a Normandía. Arrepentido, trató de ganarse el aprecio de su padre y abandonó las fiestas que le habían llevado al exilio. Fue enviado como soldado a Flandes, tierras que en ese momento estaban ocupadas por tropas francesas. Mientras se encontraba en Flandes se sintió indispuesto y enfermó, pero el Conde de Vermandois ignoró las recomendaciones de sus médicos y siguió entrando en batalla.
En 1683, con 16 años, Luis de Borbón murió sin haber recuperado el amor de su padre. Solamente su tía y su hermana Mademoiselle de Blois lloraron su muerte. Su cuerpo fue sepultado en la Catedral de Arras.