Un anfiteatro romano, donde se celebraban las luchas de gladiadores y otros espectáculos, ha salido a la luz en la antigua ciudad de Mastaura, ubicada en la provincia turca de Aydin, en la costa oriental del mar Egeo. El edificio, construido a principios del siglo III d.C., durante la dinastía severa, y con una capacidad para entre 15.000 y 20.000 espectadores, se encontraba oculto bajo tierra entre olivos, arbustos e higueras.
Se trata de un descubrimiento singular, según la arqueóloga Sedat Akkurnaz, de la Universidad Adnan Menderes y directora de los trabajos. "No hay ningún ejemplo anterior de un anfiteatro de este tipo en Anatolia y sus alrededores inmediatos. Es el único que ha sobrevivido de esta forma tan sólida", ha señalado.
La estructura, aunque de menores dimensiones -unos 100 metros de diámetro en su lado más largo y unos 14m de altura en sus muros externos-, ha sido comparada por su tipología con el Coliseo de Roma. Las secciones del edificio enterradas están "muy bien conservadas", según los expertos. También se aprecian partes de la grada y de la zona donde se registraron los combates. "Las técnicas de construcción arqueadas y abovedadas de la arquitectura romana se ven muy bien", ha apuntado la arqueóloga.
Durante el siglo XIX, varios viajeros dejaron constancia por escrito de la existencia de este testimonio arquitectónico de la Antigua Roma en la localidad de Mastaura. Su memoria también quedó enterrada hasta que en fechas recientes los investigadores repasaron estos diarios y memorias. Al toparse con las menciones a un anfiteatro, iniciaron una serie de prospecciones que han dado resultado.
Importante ciudad
El aforo del edificio era muy grande para la población local, por lo que los expertos aventuran que gentes de ciudades cercanas como Éfeso, Mileto o Priene se desplazaban para contemplar los espectáculos de gladiadores y en los que también tomaban parte animales salvajes.
Aunque la construcción del edificio se fecha en el periodo severiano, que incluyó a emperadores como Caracalla o Septimio Severo, no se ha podido determinar bajo qué reinado se iniciaron los trabajos. "Las técnicas de mampostería son de la misma época de la dinastía severa, cuando la ciudad de Mastaura era muy rica y estaba muy desarrollada. Los gobernadores romanos contribuyeron mucho a esto y hubo un gran aumento en la cantidad y variedad de monedas", ha explicado Sedat Akkurnaz.
Los arqueólogos han limpiado la maleza y los árboles que escondían la estructura. En las próximas semanas, con la ayuda del gobierno local, empezarán a trabajar en la conservación de las partes más dañadas del anfiteatro. "Hay grietas en las paredes del edificio y algunas piedras de mampostería se están cayendo", ha explicado la investigadora. Aunque lo más sorprendente de todo es que en el siglo XXI se descubra prácticamente intacta una edificación de hace 2.000 años de semejantes dimensiones.