Desde principios del siglo XX se tenía constancia del yacimiento romano del Roser, formado por un antiguo centro vitivinícola y una residencia en gran estado de conservación. Pequeñas excavaciones realizadas en la década de los setenta y ochenta reflejaban el valor arqueológico de un área poco analizada. Ahora, debido a unas polémicas obras de construcción de un supermercado Aldi en Calella, se ha retomado el trabajo de investigación de este enclave ubicado en el municipio costero de la comarca del Maresme (Barcelona).
De hecho, la propia excavación está sufragada por el supermercado, en el marco de un convenio rubricado con el ayuntamiento que contempla además la edificación de 32 pisos de alquiler social y 144 plazas de aparcamiento. El acuerdo al que ha llegado la cadena de origen alemán contempla la conservación, visualización y museización del yacimiento hasta que pase a manos municipales. Según Montserrat Candin, alcaldesa de Calella, el objetivo es "encontrar un equilibrio entre la preservación y la socialización" de las ruinas, aunque la noticia ha generado críticas entre numerosos vecinos que ven peligrar el patrimonio de su hogar.
Por un lado, se ha creado la Plataforma por la Dignificación de la Villa Romana de Calella, mientras que otros han lanzado una campaña en Change.org con el propósito de exigir la paralización de la construcción del supermercado. Buscan que los vestigios antiguos queden al descubierto para fomentar el turismo y el comercio local. "Se debe iniciar un proyecto a medio y largo plazo para la dignificación de estas obras, para dejarlas a la luz, para recuperar el máximo posible de toda esta villa", ha exigido la plataforma en TV3 y deja claro que la superficie comercial no puede coincidir con el yacimiento.
EL ESPAÑOL se ha puesto en contacto con la empresa In situ S.C.P., que ofrece un abanico de servicios arqueológicos, antropológicos y culturales. Ellos son los encargados de llevar a cabo la excavación previa a la construcción del supermercado para averiguar el alcance de este yacimiento romano.
"Periódicamente se van haciendo reuniones y se va acordando qué estrategias se van tomando", explica Natalia Colomeda, codirectora del proyecto. Entiende que la ciudadanía esté preocupada, ya que se conocía muy poco acerca de los detalles de esta iniciativa, aunque asegura que tanto ella como su compañera Almudena García se encuentran en contacto con los arquitectos del supermercado. Son ellas quienes determinan en qué zona exacta se puede edificar y en cuál no, siempre bajo los parámetros de protección del patrimonio. "Haremos lo que nos aconsejen los expertos", ha zanjado la alcaldesa.
Museizar la villa
"Años atrás se habían realizado una serie de intervenciones y se sabe que había hornos donde se producían ánforas y dependencias de fabricación de vino", comenta Colomeda. La villa romana fue construida a finales del siglo I d.C. y entre los vestigios han hallado suelos de signinum y paredes pintadas.
Una de las características más importantes de este gran yacimiento, que podría abarcar una extensión de más de 2.000 metros cuadrados entre el centro de producción de vino y la casa, es su estado de conservación. "Normalmente, se suelen encontrar los muros de los edificios romanos muy arrasados. En este caso, se conservan muros de dos y tres metros de altura", relata la codirectora del proyecto.
Asimismo, también se han documentado algunas puertas y restos de ventanas y una parte que correspondería a los baños de la villa. "No es usual. El estado de conservación es excepcional", añade, y apunta que "estas villas eran muy comunes en la costa para comerciar con vino con otros pueblos".
El yacimiento romano del Roser se extendió gracias al comercio en la época del emperador Nerón y fue abandonado bajo el gobierno de la dinastía Flavia, en mitad de una crisis política y social que sufrió el Imperio romano.
La zona concreta en la que se erigirán el supermercado, los 32 pisos de alquiler social y 144 plazas de aparcamiento acordados representarían la zona residencial de la villa. De esta forma, el equipo de expertos continua trabajando en el terreno para verificar dónde es seguro construir y qué áreas se deben delimitar.
El convenio con Aldi contempla la conservación, visualización y museización del yacimiento hasta que pase a manos municipales. "La intención es dejar un subsuelo arqueológico; toda una zona quedará debajo del parking con un acceso exterior que podría ser visitable", dice Natalia Colomeda, aunque considera que todavía es demasiado temprano para hablar de procedimientos. "Todavía está por ver", argumenta.
Los arqueólogos esperan seguir excavando durante dos meses más, a medida que documentan cada nuevo hallazgo proveniente de este yacimiento que a lo largo de décadas ha estado bajo el suelo y ahora espera estar al descubierto, al menos una pequeña parte.