Acostumbrados al blanco y negro, una inmersión en color en la historia la convierte en una experiencia más apasionante, más escalofriante, más cercana. La conmoción de subirse al barco de los soldados estadounidenses que están a horas de ser masacrados en el Día D es mayor al descubrir los tonos de sus pieles, los colores de sus ojos temerosos. También hipnotizan más los bailes de la espía Mata Hari al revelarse los brillos rojos y verdes de las piedras preciosas que cubren su cuerpo.
No es una sensación imaginada, sino lo que produce pasar las páginas de El color del tiempo (Desperta Ferro), una obra ilustrada de la artista brasileña Marina Amaral y el historiador británico Dan Jones que reúne dos centenares de fotografías históricas —retratos, batallas, escenas cotidianas, catástrofes, avances tecnológicos, etcétera— que cronológicamente abarcan un siglo, desde 1850 hasta 1960. Están todos los personajes y acontecimiento relevantes de estas convulsas décadas, que desvelan ahora su verdadera esencia, su rostro real, toda su dureza.