Los hallazgos en un yacimiento de Dinamarca que revolucionan el origen de la expansión vikinga
Un estudio publicado en Nature sobre los artefactos identificados en el emporio de Ribe y una tormenta solar en el año 775 arroja luz sobre la cronología de las redes globales de comercio de principios de este periodo.
23 diciembre, 2021 06:05Noticias relacionadas
Los avances tecnológicos y las mejoras en la precisión de las dataciones radiocarbónicas están revolucionando el conocimiento sobre la época vikinga. El pasado mes de octubre, un estudio desveló la primera fecha exacta y segura, el año 1021, para la presencia de los aventureros nórdicos en América. Los científicos llegaron a esa conclusión tras identificar las evidencias de un insólito evento de rayos cósmicos en la madera —cortada con hojas de metal, un material desconocido para las poblaciones indígenas— con la que se elaboraron distintos objetos hallados en el yacimiento canadiense de L'Anse aux Meadows, en la punta norte de la península de Terranova.
Una nueva investigación publicada este miércoles en la revista Nature siguiendo esta misma metodología —encuadrar la estratigrafía arqueológica de un asentamiento en base a una curva de calibración de radiocarbono de un año en el que se registró un acontecimiento climático anómalo, como una tormenta solar— ilumina los orígenes de la expansión nórdica en la segunda mitad del siglo VIII y la cronología de las redes globales de comercio de la época. Los hallazgos en Ribe, Dinamarca, un emporio medieval clave en los intercambios en Eurasia, de artefactos procedentes de lugares tan lejanos como Oriente Medio o la costa ártica de Noruega, sugieren que el inicio de la época vikinga estuvo asociado con la competencia por las rutas comerciales.
El año 793, momento aproximado en el que se ha datado la aparición de objetos característicos de Escandinavia y fecha del ataque al monasterio de Lindisfarne, en Reino Unido, suele utilizarse como marcador temporal del arranque de este periodo. No obstante, los investigadores mantienen enrevesados debates sobre los tiempos y las dinámicas de las interacciones nórdicas a larga distancia. Unos apuntan que la aparición de un ciclo de comercio global, impulsado por el auge del Imperio islámico, proporcionó el catalizador económico para el comercio de la época vikinga y la prosperidad de Europa occidental durante el reinado de Carlomagno. Otros cuestionan la fecha y el impacto de este comercio y argumentan que el desarrollo de los territorios nórdicos y el Imperio carolingio fueron principalmente regionales.
Las piezas arqueológicas documentadas en el yacimiento de Ribe han permitido a los científicos de la Universidad de Aarhus (Dinamarca) y el Museo de Jutlandia arrojar luz sobre estas cuestiones. Durante las excavaciones realizadas entre junio de 2017 y agosto de 2018 en un área de 87 metros cuadrados que cubría una finca y un camino se recuperó numeroso material dividido en varios grupos en función de su procedencia. Los investigadores, liderados por Bente Philippsen, han podido dibujar una cronología exacta de la llegada de los distintos productos al emporio relacionados con el mundo vikingo.
Durante sus primeras fases de ocupación, en Ribe solo desembarcaron a través del mar del Norte objetos procedentes de Europa occidental, como cuentas de vidrio que reutilizaron cristales de vasos rotos o mosaicos romanos y cerámicas originarias del área del Rin. Las piedras de afilar hechas de roca noruega pueden ser fechadas en torno a 740, "lo que implica que el comercio marítimo estaba creciendo en Escandinavia antes de las incursiones vikingas de la década de 790", destacan los expertos. Las comunicaciones con la región del mar Báltico (750-790) se confirman por la presencia de unas características cuentas con forma de avispa también documentadas en Suecia; mientras que la llegada de las piezas ornamentales de Oriente Medio y la producción de broches de estilo Borre se produjo entre los años 785 y 810.
"Las redes marítimas en Escandinavia estaban aumentando antes de acontecimientos específicos que tradicionalmente se han utilizado para definir el inicio de la época vikinga, como el ataque a Lindisfarne en 793, y de cualquier vínculo tangible con el mundo islámico", concluyen los investigadores. "El comercio con emporios como Ribe influyó en grandes zonas de Escandinavia décadas antes del inicio de las incursiones, lo que refleja el caso de una conexión buscada previamente. Los vínculos más lejanos delimitados por las cuentas de Oriente Medio constituyen la prueba del mayor alcance de estas redes en vez de articularse como el vector original que las catalizó".
La datación precisa de los artefactos se realizó tomando como partida una tormenta solar que tuvo lugar en el año 775 y que aumentó los niveles de carbono atmosférico. Esta anomalía, conocida como "evento Miyake", quedó registrada en los anillos de los árboles, como ha revelado el análisis en el laboratorio de tres muestras de robles procedentes de otros tantos lugares de Dinamarca. Los autores del estudio destacan la pertinencia de esta metodología para vincular las dinámicas locales con las globales e identificar las respuestas culturales y económicas de una sociedad a este tipo de perturbaciones climáticas.