“La lectura debe ser una de las formas de la felicidad”. Lo dijo Jorge Luis Borges y un estudio reciente lo confirma: los lectores son más felices que los que no leen. La investigación, elaborada por el grupo editorial italiano Mauri Spagnol, en colaboración con la Universidad de Roma Tre, desvela que los amantes de los libros están mejor preparados para enfrentarse a las emociones negativas y aprovechan mejor su tiempo libre.
“Más allá de la satisfacción que produce el consumo de un libro en determinado momento, queríamos saber si la lectura mejoraba la vida de nuestros lectores en general”, dice el grupo editorial en el estudio. La respuesta es afirmativa. Según la encuesta realizada por teléfono a una muestra de 1.100 italianos de más de 14 años, los lectores son también más optimistas y menos agresivos.
Con el objetivo de “descubrir el papel que tiene la lectura a nivel cognitivo y emocional”, la conclusión principal del estudio es que la percepción de la felicidad entre los que leen es mayor. Siguiendo la escala de Veenhoven, que va de uno a 10, los lectores clasifican su felicidad con un 7.44, una puntuación por encima de los que no leen (7.21) pero también de la media italiana, que ronda los 7.30.
La lectura ofrece herramientas cognitivas que ayudan a superar las situaciones difíciles
Las emociones positivas también tienen una mayor presencia entre los amantes de los libros, con una diferencia de casi un punto con relación a los no lectores. Paralelamente, si nos centramos en las emociones negativas, la diferencia se mantiene, siendo los lectores los que menos frecuentemente las sienten. “Los lectores experimentan menos episodios de rabia, lo que confirma que la lectura ofrece herramientas cognitivas que ayudan a superar las situaciones difíciles”, dice el informe.
La lectura no sólo mejora la percepción de la felicidad, sino que aumenta el grado de satisfacción con el modo como se ocupa el tiempo libre. Éste es mayor entre los lectores, que dedican a los libros un porcentaje importante del tiempo destinado al ocio: “Es su principal actividad, seguida de la música, la información y el ejercicio físico”. Sin embargo, pese a que es su mayor afición, la lectura ocupa tan sólo el cuarto puesto cuando preguntados sobre las actividades que generan sensaciones de bienestar, algo que, según el estudio, tiene que ver “con la mayor capacidad de los lectores de disfrutar de su tiempo libre con más actividades”. La era de las pantallas.
Igualmente importante es el hecho de tener a alguien cercano capaz de transmitir el amor por la lectura, para que se transforme en una afición perenne. La mayor parte de los lectores señala a los padres y a los profesores como los principales impulsores de su pasión por los libros.
El estudio pretende fomentar la lectura en un país que, según se indica en la investigación, “tiene una de las tasas de lectura históricamente más bajas, cuando comparado con la mayor parte de países occidentales”. En España, el panorama tampoco es alentador. La última encuesta del CIS revela que la mitad de los españoles no compra libros, sólo un tercio lee todos los días y que un 35% de la población no lee nunca.
Preguntados directamente por la influencia de la lectura en su felicidad, el 88% de los lectores italianos no duda en señalar que esta actividad la aumenta. Así que, si tiene dinero, gásteselo en libros. Será más feliz.