Para la Seguridad Social el creador mayor de 65 años, que tenga pensión de jubilación y cobre por sus derechos de autor es un estafador. Con la jubilación tiene que tomar uno de los dos caminos: la pensión o sus derechos adquiridos a lo largo de su trayectoria. Están condenados a dejar de crear y a dejar de compartir su experiencia con el resto de la sociedad, a guardar silencio.
La primera paradoja de este absurdo puesto en marcha con la reforma de las pensiones que el Gobierno ejecutó a partir del uno de enero de 2013 es que dos ministerios se cruzan el fuego sobre el cuerpo de los artistas, músicos, escritores, etc: Hacienda quiere que mantengan su actividad (premios, conferencias, artículos, talleres y derechos de autor) para ingresar impuestos; Empleo quiere que dejen de cobrar su pensión o la mitad si se decantan por la jubilación anticipada. Según este ministerio es incompatible cobrar una pensión e ingresar por una actividad que supere el salario mínimo interprofesional, es decir, 9.000 euros.
Según el Ministerio de Empleo es incompatible cobrar el 100% de la pensión e ingresar por una actividad que supera el salario mínimo interprofesional, 9.000 euros
Más absurdos: los herederos sí pueden beneficiarse de derechos generados por las creaciones de sus antepasados y, al tiempo, cobrar el 100% de su jubilación. En vida, los creadores sólo podrán disfrutar de sus derechos cuando estén en activo. Luego, tendrán que enterrarse en vida y, por ejemplo, rezar para que a una editorial no tenga la ocurrencia de premiarles por una novela. Porque en ese caso deberá decantarse por su pensión o el premio. Y aquí la nueva incongruencia: si es un premio por toda una vida, como el Cervantes, no hay problema, pero si es ocasional habrá sanción por defraudar al Estado.
“La Seguridad Social exige que demuestres que los ingresos de derechos de autor no se generan a partir de tu actividad habitual. Si no puedes demostrar que has dedicado toda tu vida a otra cosa eres culpable”, explica a este periódico Carlos Muñoz, asesor jurídico de la Asociación Colegial de Escritores, donde este año conocieron las primeras reclamaciones de autores asociados por las inspecciones de Empleo. Tal y como ha podido saber EL ESPAÑOL, los dos primeros casos que aparecieron fueron los de los poetas Antonio Gamoneda y José Manuel Caballero Bonald.
Desde entonces, los casos no han dejado de crecer en medio año y ahora mismo pleitean para defender a 12 escritores, entre ellos Javier Reverte. Eduardo Mendoza también sufrió la reclamación y tuvo que pagar la multa. Empleo actúa de la siguiente manera contra estos “defraudadores”: se ponen en contacto con ellos y les reclama cuatro años de pensión.
Este periódico ha podido saber que en Cataluña se tiende a llegar a un acuerdo, pero en Madrid la orden es “no perdonar”
Si se llega a un acuerdo entre las partes puede quedarse en multa económica. Acuerdan con Empleo pagar lo que se debe a plazos. Este periódico ha podido saber que en Cataluña se tiende a llegar a un acuerdo, pero en Madrid la orden es “no perdonar”. Algunos escritores madrileños bromean con irse a escribir a Barcelona. Pero además hay otro castigo: si quieren volver a cobrar la pensión tendrán una penalización de seis meses sin ver un duro antes de recuperarla.
Mejor, alquila pisos
Las entidades de gestión de derechos de autor como VEGAP y SGAE denuncian más casos similares entre sus asociados. “Los derechos de autor son rentas de otra naturaleza diferente a la laboral según Hacienda. No tiene sentido que al dejar de trabajar en los oficios que estos autores hayan mantenido -profesores universitarios, periodistas, funcionarios- pasen a considerarse de naturaleza laboral. Hay muchos casos que dejan de cobrar los premios y los derechos de autor para no perder las pensiones. Esto es una triste demostración de desafección por nuestros creadores”, cuenta a este periódico Javier Gutiérrez, director general de la VEGAP.
Es un daño de proporciones incalculables al desarrollo intelectual de nuestro país
El escritor Manuel Rico, presidente de la Asociación Colegial de Escritores, cuenta a este periódico que hay varios casos de reclamación de la cantidad total de la pensión generada en cuatro años. “En Hacienda nos dijeron que los libros anteriores a la jubilación no deberían computar, pero la verdad es que Empleo están computándolos. Parece mentira, pero, por ejemplo, si un escritor tiene pisos en alquiler podrá recibir los ingresos de estos sin renunciar a su pensión íntegra. Con otro tipo de inversiones tampoco tendrá problemas”, explica Rico.
El sector cultural apunta serias consecuencias de esta medida que no discrimina entre la naturaleza laboral de los derechos de autor: un daño "de proporciones incalculables al desarrollo intelectual de nuestro país impidiendo que nuestros autores puedan seguir aportando en una etapa de su vida en la que el grado de madurez, experiencia y sabiduría puede ser volcado en mejorar una sociedad cada vez más necesitada de peso intelectual".
La mayoría de los acusados cotizaron por sus oficios, no como escritores. El 90% de los escritores no gana más de 20.000 euros en derechos de autor
Desde 1998 la pensión y los derechos de autor eran compatibles. Pero desde hace dos años el Gobierno decretó la incompatibilidad. Si lo declarado por derechos de autor es mayor que los 9.000 euros eres un defraudador. La Seguridad Social quiere ahorrar y no hace distinciones, a pesar de que Hacienda sí. Las asociaciones se han reunido y presentado un manifiesto el pasado noviembre contra la medida, encabezados por Juan Goytisolo, Forges y José Mercé. El Ministerio de Empleo y Seguridad Social, al que a este periódico le ha sido imposible contactar, no les ha contestado todavía.
“En Europa es totalmente compatible la realización de trabajos intelectuales con una pensión al 100%”, cuenta Carlos Muñoz. “La mayoría de los acusados cotizaron por sus oficios, no son cotizantes como escritores. El 90% de nuestros asociados no gana más de 20.000 euros en derechos de autor”. Y avisa a los escritores mayores de 65 años: si ganas el Premio Planeta (600.000 euros) ya puedes renunciar a tu pensión.