Don DeLillo: “La muerte no es importante, no pienso en ella”
El escritor ha presentado su nueva novela, 'Cero K', una historia sobre la vida y la inmortalidad, y ha analizado las claves de su carrera.
10 junio, 2016 15:21Noticias relacionadas
Está a punto de cumplir 80 años, pero sus palabras, las que escribe, retumban con la fuerza de un veinteañero. Don DeLillo sigue siendo un puñetazo en el estómago del lector. Le obliga a no acomodarse, a estar alerta. Las novelas del escritor norteamericano incomodan y hacen cuestionar todo. Así ha sido desde que Ruido Blanco (Seix Barral) entrara como una revolución en el panorama literario y lo sigue siendo ahora con Cero K (Seix Barral), una obra en la que se separa de la realidad y viaja a un futuro distópico en el que es posible comprar la inmortalidad.
Cuando uno ve DeLillo no es consciente de que tiene delante a uno de los mejores escritores de las últimas décadas. Aquel que junto a Thomas Pinchon, Cormac McCarthy y Phili Roth forma ese póker de figuras literarias que dieron la vuelta a todo. Ninguno de ellos, por cierto, ha ganado el Nobel. El autor da la mano nada más entrar y su voz pausada y algo rota resuena mucho más dulce que cuando se convierte en páginas, a pesar de que según avanza la conversación se vaya apagando por el esfuerzo.
Cero K habla de muerte, de comprar la vida eterna, de padres, de hijos y hasta de amor. Y a pesar de la presencia importante de la ciencia en la novela asegura que se ha documentado más bien poco, aunque lo suficiente para haber descubierto la leyenda urbana de que Walt Disney está crionizado en Arizona. “No lo sabía”, dice con cara de susto.
En la novela habla del avance de la ciencia. De como esta entrega la inmortalidad. ¿Cree que es posible que termine ocupando el lugar de la religión y que esta desaparezca?
No creo que la religión vaya a desaparecer, aunque no sé que pasaría si el sistema de crionización se extendiera, ya que la religión promete una vida espiritual eterna, y la gente podría sentirse abrumada por el hecho de que la ciencia ofreciera una vida física eterna, pero la religión es tan profunda y está tan arriagada en ciertas partes del mundo que no podría desaparecer, aunque en otros lugares sí que podría ir retrocediendo.
En Cero K la vida y la muerte son una cuestión económica, ¿sólo el dinero puede comprar la vida y la muerte?
La gente intenta comprar todo, incluso la vida y la muerte. Hay tanta desigualdad y tanto dinero a esos niveles que es casi inevitable que lo quieran todo.
La gente intenta comprar todo, incluso la vida y la muerte. Hay tanta desigualdad y tanto dinero a esos niveles que es casi inevitable que lo quieran todo
¿No es eso el punto álgido de un capitalismo feroz?
En cierta forma sí, pero no creo que sea sólo capitalismo.
¿Cree que la ciencia puede acabar con nuestros miedos y nuestras decepciones?
La ciencia suele prometer que resolverá problemas que no tiene solución, se usa en los hospitales, hay medicaciones que hacen sentir mejor a la gente, pero eso es temporal, a menos que lo uses todos los días el resto de tu vida. Pero eso no soluciona los problemas de la gente, podríamos decir que es algo superficial, pero no lo es, porque desde el punto de vista del individuo sentirse mejor no es poca cosa. Si te sientes mejor todo es diferente.
La muerte es una constante en su carrera, ¿cómo es su relación con ella?
Bueno, espero morir algún día, pero no tengo mucho que decir al respecto. No creo que sea un asunto tan importante. No pienso en ella, lo hacía mucho más cuando tenía 55 años que ahora mismo. Mis novelas hablan de esa idea de la muerte, en algún nivel. Cada novela acaba con la muerte, aunque no sea necesariamente de un personaje. El propio final de una novela es una forma de muerte, porque la mayoría de las veces has estado hasta cinco años trabajando en ella. Cuando pasas tanto tiempo trabajando en algo, hay algo diferente. Hay un sentimiento de hacerte viejo de una forma mucho más exagerada de lo que lo serías si no hubiera escrito esa novela durante ese tiempo.
¿Sigue escribiendo con máquina de escribir?
Sí, con una antigua Olympia.
¿No es una paradoja que escriba del futuro desde un objeto del pasado?
Siempre mezclo pasado y futuro, es la única forma en la que me siento cómodo como escritor. Lo he hecho toda mi vida. Esta es sólo la segunda maquina de escribir que tengo en toda mi carrera, te requiere mucho trabajo, pero así es cómo lo hago, aunque tendría que encontrar una que no hiciera tanto ruido.
¿Y para las correciones?
Suelo usar un lápiz, a veces bolígrafos y tacho, subrayo o raspo palabras. También escribo en los márgenes y a veces reescribo la página.
En esta novela se ha desprendido de la realidad y se ha adelantado a ella. ¿Ha usado el futuro para hablar del presente?
De alguna forma el libro habla del futuro y de la idea de la crionización y de sobrevivir a los próximos 30 años. Hay un elemento que introduzco que es el de 'el fin del mundo'. Lo oímos en los diálogos de algunos personajes que hablan de los peligros de nuestro planeta y por eso este sitio, este centro, está debajo del nivel de la tierra, y esto pasa también en la realidad.
Esta era ya ha sido definida como la Tercera Guerra Mundial, hay conflictos en todos los países, a cualquier nivel, desde pequeños grupos terroristas a ejércitos o países enteros
¿Cuáles son los problemas de nuestra sociedad?
El terrorismo, la guerra… son nuestros principales problemas. Esta era ya ha sido definida como la Tercera Guerra Mundial, hay conflictos en todos los países, a cualquier nivel, desde pequeños grupos terroristas a ejércitos o países enteros. Mira Siria, Irak... mires donde miras hay conflictos.
¿Y Donald Trump es un problema?
Sí, claro que Donald Trump es un problema.
Como ha dicho, Cero K habla de asuntos reales. De terrorismo, de guerra, de tecnología… ¿Cómo diferenciar entre realidad y ficción?
Sólo la gente involucrada lo sabe a ciencia cierta. A veces no descubrimos hasta años después qué era realidad y qué era ficción. Los reporteros que estuvieron años en Vietnam ahora han dicho que estaban dando una idea equivocada de forma inintencionada de lo que estaba ocurriendo. Y creo que esto pasa todo el tiempo.
A veces no descubrimos hasta años después qué era realidad y qué era ficción
La novela es también una historia de un padre y un hijo. ¿A qué se tiene miedo como padre?
Bueno yo no soy padre… Pero tengo sobrinos y el miedo es siempre su seguridad. Son frágiles. Algo puede pasarles a cada segundo cuando vives en una gran ciudad. Siempre hay elementos de riesgo: coches, el tiempo... todo es un peligro.
Su estilo siempre ha tenido mucha fuerza. ¿Contra qué o contra quién escribe?
Nunca pienso en escribir contra algo o contra alguien, sólo sigo a mis personajes.