El pensamiento de Tzvetan Todorov gira en torno a una pregunta: ¿cómo vivir? Al final, el hombre que estudió la poética de los formalistas rusos, la filosofía del lenguaje, la conquista de América, los campos de concentración, ciertas formas de la pintura y el pensamiento ilustrado, sólo tenía una gran duda terrenal. Cómo hacerlo aquí. Tal vez parezca una simpleza, pero es la cuestión que lo abraza todo. Y, sobre todo, que ahonda en lo único que nos golpea de frente, que nos atraviesa, que nos implica irremediablemente: la felicidad. Cómo alcanzarla. Ni siquiera la democracia la garantiza, reflexionaba. De hecho, no, no la garantiza en absoluto.
Decía Todorov -nacido en la Bulgaria comunista, afincado en Francia- que lo sagrado del mundo moderno es el amor. "Pocas personas se sacrificarían hoy día por Dios, por la nación o por la clase obrera, es decir, por abstracciones, pero muchos padres están dispuestos a sacrificarse si la vida de sus hijos está en peligro y lo mismo se podría decir de otras formas de amor", sostenía. El filósofo hablaba de lo tangible, de lo que entendemos. Por ejemplo, estudiaba cómo puede cambiarnos la vida un encuentro por azar con alguien en el metro. Ahí la transformación alquímica de los sentimientos: "Una persona sonríe a otra por la calle, y si los dioses están con nosotros, si se han echado los dados de una cierta manera, estos encuentros fortuitos se pueden transformar en la base, el fundamento de toda una vida".
Teníamos que callarnos y dejarlo hablar. Hoy, una buena forma de hacerlo es recopilando sus mejores frases, como un rosario de verdades vitales.
1. "Comprender al enemigo quiere decir también descubrir en qué nos parecemos a él".
2. "La inmensa mayoría de los crímenes colectivos fueron cometidos siempre en nombre del bien... Las causas nobles no disculpan los actos innobles".
3. "La guerra es más poderosa que las razones por las que se va a la guerra. Hoy casi todas las guerras que lidera Occidente se presentan como si fueran humanitarias".
4. "No deja de ser cierto que un terrorismo revolucionario precedió y convivió al principio con el terrorismo de estado, y que no se puede comprender el uno sin el otro".
5. "Creo que el rol de los intelectuales no es seguir la corriente, sino perseguir la libertad, preguntarse por ella, y transmitir los resultados de su pesquisa. Y no tener miedo".
6. "Cuando los acontecimientos vividos por el individuo o por el grupo son de naturaleza excepcional o trágica, el derecho (a la memoria) se convierte en un deber: el de acordarse, el de testimoniar".
7. "La humanidad no puede vivir sin ideales. Si no tuviera más ideales, habría habido una mutación de la especie. Hay momentos de ceguera e inconsciencia, pero uno se puede despertar de esos momentos".
8. "A veces los escritores, y también los críticos y los profesores, olvidan que la gran vocación de la literatura es hacer sentido de nuestra vida, y la encierran en un ejercicio estéril, puramente formal".
9. "La Historia nos ayuda a salir de la ilusión maniquea en la que a menudo nos encierra la memoria: la división de la humanidad en dos compartimentos estancos, buenos y malos, víctimas y verdugos, inocentes y culpables".
10. “Intento que mi vida sea tan rica como sea posible, aun en el simple hecho de cocinar. Es una acción que da sentido, porque la comida se hace para los otros, se comparte con los otros, es un don, es una obra efímera que desaparece de la noche a la mañana, es una obra para recomenzar todos los días...”.
11. “En sus cartas a Sand, Flaubert mantiene un credo que había formulado de este modo en una carta dirigida a otra amiga en 1857: La vida es tan espantosa que el único medio para poderla soportar es evitarla. Y se la evita viviendo en el Arte, en la búsqueda incesante de lo Verdadero que proporciona lo bello”.
12. "La democracia no ofrece la plenitud a sus ciudadanos. Tener buena seguridad social no lo hace a uno feliz. Tener una jubilación decente no hace que uno se sienta realizado. La democracia es eso: asegurar la jubilación, una buena cobertura médica, buenas condiciones de trabajo, etcétera. Pero ¿Y una vez que se obtuvo eso? Era un medio y no un objetivo en la vida".
13. "Si, como ser humano, al final de mi vida me preguntaran qué es el éxito, respondería que es haber vivido una vida en la que viví, amé y respeté y fui respetado por los otros a los que amé y respeté. Disculpe que use tanto la palabra "vida" o el verbo "vivir", pero prefiero no buscar ni sinónimos ni otras formas de decirlo. El éxito de una vida entera, de una vida completa, es el éxito en las relaciones humanas. Una vida sin amor habrá sido desastrosa".
14. "Si hoy en día me pregunto porqué amo la literatura, la respuesta que me viene a la cabeza de forma espontánea es: porque me ayuda a vivir. Ya no le pido tanto, como en la adolescencia, que me ahorre las heridas que podría sufrir en mis encuentros con personas reales; más que excluir las experiencias vividas, me hace descubrir mundos que se sitúan en continuidad con ellas y me permiten entenderlas mejor. Más densa y más elocuente que la vida cotidiana pero no radicalmente diferente, la literatura amplía nuestro universo, nos incita a imaginar otras maneras de concebirlo y de organizarlo".
15. "Héroe es quien permanece imperturbablemente concentrado".
16. "El poeta fracasa inevitablemente en todas las otras vías de realización. Habituado, acostumbrado (por él mismo) con el absoluto, exige de la vida lo que ésta no le puede dar".