Para aquellos que suelen comprar libros, ya sean de papel o electrónicos, a través de Amazon, la rutina se ha vuelto imperceptible. Si uno busca Patria de Fernando Aramburu o Pureza de Jonathan Franzen, esta web solía, hasta hace bien poco, 'premiar' a la editorial que se había encargado de publicarlo situándola en el lugar más destacado del pedestal.
Más abajo, y con un tipo de letra más pequeño, aparecen los ejemplares usados, vendidos a un precio generalmente más económico (salvo algunas rarezas o primeras ediciones). Ahora, el sector editorial estadounidense denuncia un cambio en el algoritmo de Amazon que podría echar abajo el negocio que minuciosamente han construido durante décadas.
Las nuevas condiciones para vendedores en Amazon comenzaron a aplicarse el pasado 1 de marzo y es su artículo 2 el que ha soliviantado a la industria editorial. Antes, esa buy box destacada estaba destinada exclusivamente a las editoriales que vendían libros nuevos, pero ahora casi cualquiera puede competir por ella si cumple las condiciones: cuanto más barato sea un libro y más gratuidad de envío para el cliente incluya, más posibilidades.
Los recientes cambios permiten a los vendedores de libros nuevos aparecer como 'oferta destacada' en la página de un libro
Desde el Author's Guild, influyente organización de escritores y editores fundada en 1912, han denunciado que ahora, "un algoritmo secreto, que al parecer tiene en cuenta factores como el precio, la disponibilidad y el tiempo de reparto, decidirá qué vendedor se lleva el lugar destacado".
Pese a lo escueta y opaca que suele ser la empresa estadounidense, hace unos días se dignó a contestar a Publisher's Weekly, una revista especializada en el mundo editorial: "Hemos ofrecido y vendido libros, tanto nuevos como usados, de terceros vendedores durante muchos años. Los recientes cambios permiten a los vendedores de libros nuevos aparecer como 'oferta destacada' en la página de un libro, lo que quiere decir que nuestra librería funciona ahora como el resto de Amazon, donde terceras partes compiten con Amazon por la venta de artículos nuevos. Sólo las ofertas para libros nuevos cumplen los requisitos para ser destacadas".
Tirar los precios
La clave en todo esto es el concepto "nuevo", o más bien, "como nuevo", los únicos ejemplares para los que Amazon abre la puerta de la buy box. La novedad no requiere que sean novedades editoriales, sino simplemente ejemplares que tengan un aspecto saludable, que no haya sido leído y conserve la cubierta o la faja original. Estos libros suelen venderse hasta a 0,01 euros más gastos de envío.
La principal amenaza para las editoriales, evidentemente, está en el fondo de sus catálogos: libros que llevan meses o años en el mercado y que alguien puede revender a una fracción testimonial de su valor original.
Quien vende el libro a un céntimo se lleva unos 2,66 euros, y descontando los gastos de envío le quedaría un margen de entre 25 y 30 céntimos por libro
¿Pero de dónde salen estos libros que están como nuevos y se venden en Amazon a uno o varios céntimos más portes? Desde el gremio especulan que pueden ser devoluciones de librerías, lo que significaría que, por nuevos que parezcan, no generan nuevos ingresos para el editor ni regalía alguna para el autor.
Vender a un céntimo
En Amazon, un autor gana dinero vendiendo un libro a un céntimo de la siguiente manera: el usuario compra el libro, pero acaba pagando a Amazon otros 3,99€ de gastos de envío, de los que la empresa se queda 1,35€ como tasa y da al vendedor el resto. En total, quien vende el libro a un céntimo se lleva unos 2,66 euros, y descontando los gastos de envío le quedaría un margen de entre 25 y 30 céntimos por libro. Amazon, recuerden, se quedó con 1,35 euros por intermediar.
Desde Publisher's Weekly y el Author's Guild manejan la teoría de que Amazon hace esto para forzar a las editoriales a llegar a acuerdos con la empresa de Seattle para su servicio print-on-demand, es decir, que sea la propia Amazon la que haga la impresión y envío del libro pagando una tasa a las editoriales. Fuentes de Amazon han aclarado que no existe conexión entre ambas, y que el print-on-demand sigue siendo un servicio opcional para los editores.
España, blindada
Ante la pregunta de si en nuestro país está sucediendo lo mismo, un portavoz de Amazon España contesta a EL ESPAÑOL: "No compartimos informacion sobre nuestros algoritmos de recomendaciones y su funcionamiento". Amazon es quien manda y está en la mejor posición para llevarse la mayor parte del pastel, pero la Ley del precio fijo del libro protege a los editores y autores de tirar los precios.
Los editores han acusado a la empresa fundada por Jeff Bezos de tener, no sólo el monopolio sobre el comercio de libros, sino también el monopsonio.
La guerra -si es que a esto se le puede llamar guerra- promete prolongarse.