Laura Ferrero: “La vida empieza cuando terminan las películas”
La escritora publica su primera novela, 'Qué vas a hacer con el resto de tu vida', un título que desvela el accidente mortal entre sueños y realidad.
14 noviembre, 2017 16:50Hola, paradoja: la realidad es la ficción y la ficción es la realidad. Imagina dos relatos paralelos e irreconciliables: uno es de color rosa y el otro marrón desvaído. En uno todo es posible, incluso la felicidad; en otro, son posibles todas las perrerías. Uno lo escribe la publicidad, el otro es la vida. Y cuando tratas de unirlos y forzar que la vida sea tal y como es en un anuncio llegan los golpes y las decepciones y la frustración a granel. Y luego las fugas y las huidas: romperlo todo, romper con todo para que el resto de tu vida sea eso, un anuncio.
La protagonista de la primera novela de Laura Ferrero (Barcelona, 1984) vive atrapada entre ambos mundos, tratando de entender que el problema es soñar por encima de las posibilidades de los sueños. Para Laura, la protagonista, la felicidad se parece a Nueva York. Por eso ha decidido huir a la ciudad donde todo es posible, donde empezar de nuevo para que todo lo que le habían prometido se cumpla de una vez. “Nos han hablado tanto de Nueva York que ya no sabemos qué es”, escribe la autora que escribe la protagonista. Porque Qué vas a hacer con el resto de tu vida (Alfaguara) es una novela con la necesidad de contar lo que sobra. Ahí las dos Lauras coinciden, en la angustia.
Su protagonista estalla el día en que descubre que las garantías y las soluciones eran mentira. Y decide escribirlo, para no sentirse sola, para dejar constancia del engaño, para rebelarse contra el relato que le había dado vida hasta el momento en que descubre que se la está quitando. Pero la vida no tiene solución, es un colapso constante.
Nadie normal
Lo único deseable es un anuncio, una solución para todo o la solución a todo. Lo que el relato de las industrias culturales y financieras dicen que es una vida normal. “¿Pero qué es la normalidad?”, se pregunta la escritora. “Una incógnita y una incertidumbre”, responde. “La vida empieza cuando acaban las películas. Después del “The End”. No es que no haya nadie normal, es que todos hacemos lo que podemos. De cerca nadie es normal. Cada uno vive de sus propias mentiras”, explica la escritora.
¿Qué es una familia normal? La de Laura, aunque a ella le gustaría que su familia hubiera sido distinta. Fácil, invisible. Una que no dé problemas, una de mentira. La familia también es como la felicidad que es como Nueva York: nos han hablado tanto de ella, que no sabemos qué es. La literatura escribe y escribe sobre la familia -¿acaso hay otros temas?-, tratando de encontrar instrucciones para sobrevivir y salir indemne. Conflictos, rencores, reproches, aventuras, la verdad. Cruel.
La familia es la versión de bolsillo de la sociedad y el arte nace de los conflictos que produce nacer y criarse en una. Laura Ferrero ha decidido hacerlo en primera persona, al borde de la autobiografía, haciéndolo todo mucho más creíble y veraz. Porque todos los lectores tienen una habitación cerrada y un muerto en el armario de la infancia; porque todos los escritores son animales de memoria que deben trabajar para sacar a la luz las porquerías.
La renuncia es libertad
“La incertidumbre es el relato de la literatura. La realidad es distinta a lo que nos venden. Ahí es donde surge el malestar contemporáneo: quieres cosas que fabrican para ti, pero que no son tú. Cuesta mucho asumir que vivimos en una mentira o en una verdad con muchas aristas”, asegura a este periódico. “La posibilidad de la infinita elección nos hace mucho daño. Hay tantas posibilidades, puedes tenerlo todo y nos cuesta mucho renunciar. Tenerlo todo es no tener nada. Lo tienes todo al alcance de la mano, pero no tienes nada”. La renuncia os hará libres, no el deseo.
“Tenemos una idea tan estereotipada de las cosas, que llega la realidad y no la sabemos reconocer”. Cuando las cosas no son tal y como las imaginamos, cuando la realidad se impone a los ideales llega el accidente mortal. “No aceptas tu vida tal y como porque no existe y ese es el origen de la frustración. Somos infelices porque no sabemos vivir la realidad. La ansiedad surge cuando la realidad va por un lado y tus planes por otro”, declara la autora de Piscinas vacías.
Golpe a la realidad
Qué vas a hacer con el resto de tu vida es un golpe de realidad y contra esa realidad, en una novela. Mejor dicho, es un golpe contra la realidad (adulterada por la publicidad). “Juegan con los sueños de la gente. ¿Qué es eso de emprendedor? El sistema que han montado es contraproducente con la felicidad. Mi abuelo me dice que la felicidad es no querer nunca más de lo que tienes”, explica. El abuelo de Laura Ferrero sería hoy un antisistema.
“No queremos saber nada de nuestros abismos. Quizá porque, como dijo Nietzsche, cuando miras mucho tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de ti”, escribe la Laura escritora personaje. Pero es una declaración compartida por ambas Lauras. Pero, ¿cuál de las dos es la más real?
Infiernos familiares
Para la autora que vive fuera de la novela un escritor valiente es no tener miedo a decir lo que quieres decir, aunque sea contraproducente decirlo. “Es el único compromiso del autor, comprometerme con lo que quiero decir”. Por eso un escritor no es una persona feliz, porque es un excomulgado que no tiene cosas mejor que hacer que escribir y soltar lastre. La autora ha acordado con el lector ser su guía por los infiernos familiares.
Y amorosos. No hay tregua. El amor también es como la familia que también es como la felicidad que es como Nueva York: nos han hablado tanto de él, que ya no sabemos qué es. “Hemos convertido el amor en un “like”. Nadie sabe qué es el amor. Todos tenemos miedo a ser valientes”.