El último Premio Cervantes concedido a una mujer fue en 2013, a Elena Poniatowska, que subió a los anales del reconocimiento más importante de las letras en castellano como cuarta galardonada. El último premio a Sergio Ramírez es el número 35 para ellos. En los Premios Nacionales de las Letras hay una situación similar: 34 premiados, de los cuales cinco son mujeres. En el Premio Nacional de Narrativa, también concedido por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, es el más escandaloso: tres mujeres de 40 premiados (desde 1977). El Premio de la Crítica de la narrativa en castellano, otorgado por la Asociación de críticos, no altera la tónica: se ha concedido en 62 ocasiones y una escritora lo ha recibido en cuatro ocasiones.
Los referentes femeninos en la novela también faltan en las clases. Los libros de texto necesitan una revisión que favorezca la igualdad, porque hasta el momento el reflejo de la literatura reconstruida en los manuales está construido a imagen y semejanza de los hombres. Es un reflejo distorsionado, que hace invisibles a las escritoras, frente a la mayoría absolutista de los escritores, aupados por las instituciones culturales y órganos de reconocimiento y prestigio.
La cultura tiene serios problemas con la igualdad. La industria editorial, también. Hace unos días, Laura Freixas (Barcelona, 1958) denunciaba en este periódico que las escritoras son fogonazos que no se cuidan, que no se apuesta por ellas, que no se difunde ni se fomenta. Estrellas fugaces erigidas en una industria… confeccionada por las mujeres. En la Real Academia de la Lengua sólo hay 8 mujeres (y 38 hombres). Aunque la voz de la autoridad sigue siendo la masculina, las editoras y editoriales están guiadas por mujeres en su mayoría... en apariencia.
¿Dónde están las escritoras?
Revisando las apuestas de alguno de los sellos editoriales de los dos grandes grupos españoles, encontramos que en Planeta, bajo el sello de Tusquets, han aparecido, en el último año y medio, 70 títulos, de los que 16 los firma una escritora (22,8%). En Seix Barral publicaron 75 títulos en el mismo periodo y 26 son de una escritora (34,6%). En Penguin Random House, Alfaguara lanzó a las librerías 128 títulos y 27 de escritoras (21%). El sello Literatura Random House ha publicado en este año y medio 32 títulos escritos por una mujer, de 117 publicados (27,3%). En Destino, de 82 títulos, 28 son de escritoras (34%).
Freixas explicaba que a las editoras les interesa lo que hacen las escritoras, pero les cuesta apostar por lo que no pasará a los manuales. Además, apuntaba que la cúpula es de ellos, que son quienes filtran lo que se publica. “Nuestra idea de la literatura es la literatura que escriben y definen los hombres”, asegura la autora que acaba de publicar Todos llevan máscara (Diario 1995-1996), publicado en Errata Naturae.
La cúpula de los machos
Revisemos el organigrama de las dos grandes empresas productoras de narrativa que operan en este país para comprobar si es cierto que la última palabra en la imposición del gusto literario la tienen ellos. Para empezar, los dos grupos están controlados por dos hombres. El techo de cristal existe: Penguin Random House tiene a Markus Dohle como CEO y Planeta a Jesús Badenes. Son empresas estructuradas de manera diferente, pero en la parte más alta ellos dos dirigen.
Penguin Random House ha estudiado el número de empleados hombres y mujeres que tienen contratados y el resultado es que de 479 empleados, ellas son 294 y ellos 185. Mayoría femenina aplastante, con un 61,4%. Sólo son los datos que desvela la multinacional en su actividad en España, sin contar los puestos de Latinoamérica.
De las 59 personas que conforman la segunda línea de dirección, es decir, trabajadores que dependen del comité de dirección, 43 son mujeres y 16 son hombres. Casi un 73% favorable a las mujeres. Este dato contrasta de manera sobresaliente con las cifras de escritoras publicadas por ambos grupos.
Paridad en Penguin
El Comité de Dirección de PRH, tal y como informa la empresa a este periódico, está formado por diez miembros, cinco hombres y cinco mujeres. Al frente está Núria Cabutí y de ella dependen Marta Grau (Directora de Recursos Humanos), Miquel Illa (Director Financiero), Carlos Ciria (Director Informática), Carmen Ospina (Directora de Comunicación), Patxi Beascoa (Director Comercial), Claudio López (Director editorial del Grupo, Literatura Random House y Reservoir Books), Juan Díaz (Director división infantil y juvenil, Debolsillo y Ediciones B), Núria Tey (Directora editorial Plaza & Janés y Reference) y Pilar Reyes (Directoral editorial Alfaguara y Lumen).
En la siguiente línea de jerarquía aparecen los directores literarios, que reciben las órdenes de los directores editoriales. En total son ocho mujeres y tres hombres. Dependen de Pilar Reyes: Pilar Álvarez (Alfaguara), Miguel Aguilar (Debate y Taurus) y María Fasce (Lumen y Alfaguara negra). Núria Tey tiene a sus órdenes a Ana Liaras (Grijalbo), Carlos Martínez (Conecta, Grijalbo no ficción y Rosa dels Vents), David Trías (Plaza & Janés autores españoles, Aguilar y Suma Hispánica), Inés Vergara (Plaza & Janés autores internacionales y Suma Internacional) y Teresa Petit (Reference). Con Juan Díaz trabajan Gemma Xiol (Infantil y juvenil), María Casas (DeBolsillo) y Berta Noy (Ediciones B).
Bajo esta categoría aparece la pléyade de editores que trabajan para los directores literarios. Son 29 mujeres y once hombres. Además, el área de Comunicación y Marketing está dirigido por Carmen Ospina. En total, el departamento de comunicación de sellos tiene 21 personas, con 18 mujeres y 3 hombres. En marketing trabajan 22 personas… y sólo hay un hombre. La única división en la que los hombres son mayoría es en la de informática (con 18 frente a 2 mujeres).
Desigualdad en Planeta
Frente a esta paridad en Penguin Random House, y la incorporación de un puesto puente entre el CEO y el equipo editorial (Núria Cabutí), la cúpula del grupo Planeta es absolutamente masculina: Jesús Badenes es el máximo responsable de la División Editorial de la multinacional. Bajo él aparecen Carlos Revés (Director del área editorial, lo más similar a Cabutí), Santos Palazzi (Directora del área Mass Market y Digital) y Joaquín Álvarez de Toledo (Director de Nuevos Negocios e Innovación). Ni una mujer al frente.
En la siguiente línea jerárquica, a las órdenes de Carlos Revés, aparecen las direcciones editoriales: cinco mujeres y tres hombres. A saber: Ana Rosa Semprún (Directora editorial Espasa), Elena Ramírez (Directora editorial ficción internacional y Seix Barral), Maria Guitart (Subdirectora editorial ficción internacional), Belén López (Directora editorial Planeta), Emili Rosales (Director editorial Destino y Grup 62), Juan Cerezo (Director editorial Tusquets), Carmen Esteban (Subdirectora editorial área ensayo) y Ramón Perelló (Director editorial de Península).
Es decir, mientras la cúpula es cipotuda en su totalidad, la producción del gusto literario está en manos de cinco mujeres y tres hombres. Los puestos de dirección de las tres áreas tienen 16 cargos, en los que hay 10 mujeres. La editorial no ha facilitado más detalles sobre el organigrama, como el reparto de editores contratados en cada editorial.
Es posible encontrar en las estructuras de poder de la industria editorial una razón más a incluir entre los motivos por los que la literatura parece ser un asunto de escritores, que trabajan para sus lectoras. Recuerden que, según el barómetro de hábitos de lectura, la lectura de libros en tiempo libre sigue siendo mayor entre las mujeres, 64,9% que en los hombres 54,4%, diez puntos porcentuales de diferencia. Un 40% de la población no lee nunca o casi nunca.