Las redes sociales se han apoderado de todo. Ahora cuentan los followers, los likes y los reuits. Lo saben en la Universidad Autónoma de Madrid, que acaba de anunciar un curso para convertirse en ‘influencers’, y lo saben en el PSOE que ha convertido a sus miembros en youtubers culturales durante el verano para hacer recomendaciones literarias. Hasta han creado una nuevo término para definirse: ‘booktubers’. Mediante un hashtag irán colgando los vídeos, que también se podrán ver en su página web y por los que pasarán personalidades del partido con las obras que pretenden leer este verano.
En la primera publicación de los ‘booktubers’ ya han hecho acto de presencia nombres como Carmen Calvo, que ha recomendado Ensayos sobre el bien y el mal, de Amelia Valcárcel, que ha explicado que, como dice su título, hablan sobre el bien y el mal. Tras la vicepresidenta aparece Ander Gil, que ha aconsejado leer Memorias de Adriano.
La vicesecretaria general y portavoz del grupo parlamentario socialista en el Congreso, Adriana Lastra, enseña los dos libros que se va a llevar este verano. El primero, Las virtudes cotidianas, de Michael Ignatieff, y El fuego invisible, de Javier Sierra. Dos títulos se lleva también Cristina Narbona, La carne de Rosa Montero, y una biografía de Jane Goodall.
Ibán García del Blanco, Secretario ejecutivo de Cultura y Deportes de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE, director de la Fundación Pablo Iglesias, y recientemente elegido presidente de AC/E, se decanta por Limónov, de Emmanuel Carrère y por un clásico de Lorenzo Silva, la aventura de sus detectives Bevilacqua y Chamorro con la que ganó el Premio Nadal: El alquimista impaciente.
Para cerrar el vídeo han elegido a Patxi López, que justo antes de que se corte esta primera edición de ‘booktubers’ se decanta por “una buena novela negra” porque “el verano es tiempo de desconectar”. Elige Total Kheops, de Jean Claude Izzo.
A partir de ahora, “cada día un miembro de la dirección socialista desvelará cuál es su libro elegido”, según la web del PSOE en la que defienden su iniciativa porque “la literatura sirve para aprender, imaginarse otros mundos o, simplemente, desconectar, y el verano es una época perfecta para disfrutar con un buen libro”.