¿Y si el cuento de hadas francés de La Bella y La Bestia fuera en realidad una adaptación ficticia de la vida de Petrus Gonsalvus (Pedro González)? El tinerfeño nacido en el año 1537 padecía de hipertricosis, una enfermedad que hace crecer el vello en zonas del cuerpo donde habitualmente no crece.
La periodista y escritora madrileña Emma Lira publica la vida del peludo hombre de la mano de la editorial Espasa y dota al protagonista de un ansia por vivir que le llevará a sobreponerse a las adversidades que pueda causarle su condición. “Esta es la historia de un hombre. De un monstruo que desea vivir como un hombre normal”, ha declarado Lira a EL ESPAÑOL. Petrus es consciente de lo que es a lo largo de toda la novela. Y aún así desea aferrarse a la vida: "Me soltó en el suelo, temerosa, al borde del precipicio y cuentan que, aunque acababa de nacer, rodé sobre mí mismo hacia el interior y la seguridad de la cueva (...) Eso fue lo que me salvó la vida".
Escribió Kafka un siglo atrás ‘Informe para una academia’, donde se aprecia cómo el acto del habla le otorga a uno la naturaleza de ser humano. “‘¡Escuchen, habla!’ lo sentí como un beso en mi sudoroso cuerpo”. Es a partir del uso de la palabra cuando Petrus explica desde su perspectiva quién es. “Yo no nací. Puedo decirlo ahora, que domino el lenguaje. No nací porque mi nacimiento no requirió de mi voluntad. A mí me nacieron…”, así comienza el libro.
Hasta la edad de los ocho años será conocido como Guancancha, que significa hijo de perro, por su aspecto. Vivirá en la actual Tenerife mientras su pueblo combate las tropas castellanas. "A nosotros nos gustaba más la palabra castellana que simbolizaba nuestro levantamiento: los alzados". Su físico, por el momento, no parecía un tema crucial en la vida del joven. "Mientras fui muy niño, crecí sin ser verdaderamente consciente de mi monstruoso aspecto. Los demás se habían acostumbrado a él y, afortunadamente, no eran muchas las ocasiones en las que yo podía ver mi propio reflejo".
Debido a supersticiones y malentendidos, su pueblo le acabará dando la espalda."Nunca has sido de los nuestros, Guancancha" le revela el faycán —líder espiritual guanche—. Es en ese preciso instante, al ver que ni siquiera encuentra consuelo en sus familiares, cuando el joven Guancancha se siente por primera vez en su vida "solo".
Tras su destierro, Petrus es apresado por esclavistas y llevado como presente al Rey Enrique II de Francia. Sin embargo, este decide ingresarle en su corte y es allí donde será educado junto a los hijos del monarca. Se convierte en gentilhombre del Rey y gozará de su confianza. Conocerá a Diana de Francia, posterior Diana de Castro, aunque ninguno de los dos se atreverá a confesar su amor por el otro. El amor se le hará esperar a Petrus.
Aparece Bella en la vida de Bestia
La pequeña Catherine, una joven que goza del favor de la Reina Catalina, mujer del monarca francés, es casada con Petrus Gonsalvus. Pese al temor inicial, tal y como ocurre en ‘La Bella y la Bestia’, la joven dama empatiza con el monstruo y termina amándolo. “Sois el mejor bailando. Y sois el más leal. Y tenéis el corazón más grande que conozco. Y no os empecináis en vuestros errores. Y sabéis cuando debéis decir adiós”, confiesa a su esposo.
Fundarán una familia y tendrán seis hijos, de los cuales cuatro heredarán la enfermedad del padre. Petrus nunca fue curado, no hubo hechizo mágico que rompiera el encantamiento, y aprendió a convivir con ese peso hasta el final de sus días. De la misma manera, amó a Catherine hasta el final de sus días. “Sus ojos me miraron y supe que Catherine era la protagonista de todos los versos sin nombre que había escrito, de todas mis fantasías. Si no venía conmigo, no me marcharía solo, sino vacío”.
El peludo pero bondadoso hombre murió en 1618 a la edad de ochenta años. Algunos de sus retratos se exhiben en el castillo de Ambras, al oeste de Austria. Se especula que, un siglo más tarde, la contemplación de uno de los cuadros de Petrus y su mujer Catherine le llevó a la escritora francesa Gabrielle-Suzanne Barbot de Villeneuve a escribir La Bella y la Bestia. Dicha publicación sería reescrita por la también francesa Jean-Marie Leprince de Beaumont. En esta adaptación se basaría Disney para realizar su película.
La mujer como uno de los pilares
La escritora resalta las otras dos voces que complementan la narración de Petrus: Diana y Catherine respectivamente. “Él puede hablar a los lectores de sus emociones. Pero solo las mujeres que mejor le conocen pueden contarnos por qué alguien se enamoraría de un ser así”. Ambas mujeres sirven como puente para un desarrollo todavía más profundo del personaje de Petrus.
A lo largo del libro de Emma Lira, el protagonista se codea con mujeres de alta cuna que ejercen su carácter y poder político en su día a día. La ya mencionada Diana refleja la situación de las mujeres de la corte en aquella época. “Cuando yo nací, Francia llevaba ya cuatro años esperando un hijo, aunque, obviamente, no me esperaba a mí”. El monarca Enrique II buscaba engendrar un hijo varón para así “garantizar la sucesión de la dinastía”.
La esposa de Petrus también sufre las consecuencias de un inestable siglo de guerras y violencia cuando apenas es una niña. "Uno de ellos me sonrió. Y entonces pensé que nos ayudaría y que todo iba a acabar. Pero me equivoqué. Me dijeron que estuviese callada, que no se me ocurriese gritar. Y fue entonces cuando empezó todo", narra. No fue hasta la madrugada cuando se despertó. "Mi ropa estaba rasgada y había sangre en mi cuerpo (...) Mi cuerpo había borrado las caras de esos hombres y les había puesto rostro de los monstruos de los cuentos de mi infancia".
Catalina de Médici, reina consorte de Francia entre 1547 y 1559, persiguió severamente a los hugonotes —protestantes franceses calvinistas—. “Gran aficionada a las ciencias ocultas, es considerada una de las mujeres más poderosas del siglo XVI”. Es, además, quien decide el matrimonio entre Petrus y Catherine.
De todos modos, no se busca una sobrerrepresentación del mundo femenino. "No hace falta, pues forman parte ineludible de la historia. Sus logros y sus errores están ahí. Son visibles para todo el que busque información sobre esta época", concreta la escritora.
Asimismo, aparecen todo tipo de mujeres históricas en una lista elaborada por Lira al final de la novela donde también se desglosan los demás personajes históricos mencionados como Carlos V, Gaspard de Coligny o Antonio de Borbón.
Y es que, la escritora madrileña, combina elementos de ficción con un profundo estudio de la realidad histórica. Representa la vida real de Petrus y añade pinceladas de ficción en aquellos datos que se desconocen.