Hace exactamente medio siglo desde que William Peter Blatty publicara su obra cumbre. Hace exactamente medio siglo desde que los primeros lectores se impregnaran de las artes del padre Lankester Merrin para erradicar del cuerpo de Regan MacNeil el espíritu maligno que la poseía. Hace exactamente medio siglo de El exorcista.
La novela consigue transmitir esa sensación de terror a partir de un lenguaje desprevenido. Nadie espera ni es capaz de anticipar bajo su flexo el siguiente acontecimiento que el autor vierte sobre su novela. Algo así como lo que decía H.P. Lovecraft de que "la emoción más antigua y más intensa de la humanidad es el miedo, y el más antiguo y más intenso de los miedos es el miedo a lo desconocido".
El exorcista marcó un antes y un después en el género de terror. Los precedentes de años anteriores y del siglo XIX quedaron obsoletos cuando Blatty fusionó en una misma historia el miedo con la religión. La trama ahora invadía una de las creencias mayoritarias de la sociedad, lo cual revolucionaba el panorama completamente.
Además, para el proceso de escritura de la joya que le llevó al éxito se inspiró en la siempre temida realidad. Su ficción no era sino aquello que sus ojos habían visto elevado a la enésima potencia. El padre Merrin está basado en un arqueólogo británico llamado Gerald Lankester Harding y las prácticas de exorcismo de las décadas de los treinta y cuarenta.
Concretamente, una noticia del Washington Post llamó la atención de Blatty. Corría el año 1949 y por aquel entonces el escritor tenía tan solo 21 años. El suceso se conoce como El exorcismo de Roland Doe: un sacerdote luchó contra el demonio que supuestamente un niño de 14 años tenía en su interior en Misuri. Aquel episodio contaba con numerosos detalles que el autor incluiría en su novela dos décadas más tarde -voces guturales, muebles que se mueven, crujidos y aversión por los elementos religiosos-. Los médicos no supieron tratar con aquel menor poseído y fue la Iglesia quien finalmente entró en escena.
Tras años publicando sin demasiado éxito El exorcista cambió su vida a partir de 1971, dos décadas después de la publicación de la noticia que tanto le impactó. El New York Times lo incluyó en su lista de best sellers durante 57 semanas y solo en Estados Unidos vendió 13 millones de copias.
Salto a la gran pantalla
Después de haber sido traducida a más de una decena de idiomas, el miedo se trasladó al cine. En 1973, con Blatty como productor y guionista del proyecto, se estrenó la película bajo la dirección de William Friedkin. Si bien la novela se había escrito con cierta calma y con unos plazos indefinidos, el rodaje filme sufrió todo tipo de altercados que han dado mucho de qué hablar.
Aparte de la dificultad para encontrar a un elenco atractivo, gran parte del set se quemó, actrices como Linda Blair y Ellen Burstyn sufrieron heridas mientras grababan y el presupuesto llegó a doblarse. Todo indicaba que un demonio formaba parte del largometraje.
El hecho es que la película consiguió dos Premios Oscar y cuatro Globos de Oro. El propio escritor fue galardonado con la estatuilla de oro al mejor guion adaptado y en los años posteriores se prepararon secuelas que transformaron la novela de William Peter Blatty en toda una saga cinematográfica.
No obstante, si bien es cierto que las innovaciones tecnológicas y los cambios en el cine de terror han dejado anticuadas algunas de las escenas de la película, no ocurre así con la novela. La literatura de William Peter Blatty sigue removiendo al lector de la misma forma que lo hizo hace exactamente 50 años. Él ya no está -nos dejó hace cuatro años-, pero su legado sigue vigente.