Los tiempos cambian y también lo hacen los cómics. Desde la muerte de Albert Uderzo, Jean-Yves Ferri y Didier Conrad —guionista y dibujante respectivamente— se han encargado de mantener vivo el espíritu de Astérix y Obélix. En su última entrega, Astérix tras las huellas del Grifo (Salvat), los galos viajarán hasta la región de los Sármatas, en la actual Ucrania y Polonia. Una aventura con tintes feministas, con sus protagonistas adentrándose en una sociedad regida por las mujeres.
Con el fallecimiento en 2020 de su dibujante original, Conrad y Ferri han tomado las riendas de uno de los tebeos más famosos del mundo. Conscientes del peso que implica han admitido en declaraciones para EFE que se trata de "un desafío personal". Ambos cuentan con libertad absoluta a la hora de reimaginar nuevos números para la saga, siempre teniendo en cuenta la tradición a la que su dos personajes van unidos.
En la quinta entrega de la pareja de artistas, Astérix y Obélix se aventurarán hacia las regiones más orientales de Europa, en un clima frío que nos lleva hasta los wéstern. "Se trata de un eastern", comenta Conrad, "inventar un país permite otro tono, otro ambiente".
Este viaje a la región de los sarmatas permite a sus autores plantear un modelo de sociedad completamente distinto al de su aldea gala irreductible. Las mujeres son guerreras nómadas, mientras que los hombres permanecen en el hogar. Una historia con cierto grado de veracidad histórica, puesto que la leyenda de las amazonas proviene precisamente de estos territorios, donde la mujer contaba con un estatus muy distinto al de otras civilizaciones.
No es la primera vez que esto ocurre, en la anterior entrega de la pareja de creadores La hija de Vercingétorix (Salvat). Adrenalina, hija del mítico general galo Vercingétorix, se convirtió en la protagonista femenina con más peso en una historia de los galos en 2019.
El otro elemento fundamental del cómic es el grifo. Este animal mitológico no solo da nombre al álbum, sino que también se convertirá en una parte fundamental de la aventura. Como ya es habitual en el universo Astérix, esta nueva historieta mezcla una Galia asolada por la invasión romana con las historias y mitos que poblaron la Antigüedad.
Ferri explica que el motivo del éxito internacional de la pareja de galos y sus 380 millones de ejemplares vendidos en todo el mundo: "Sus autores volcaron muchas cosas universales en su interior. Además, los traductores siempre incluyen particularidades de cada país", ha explicado el guionista a EFE.
"Hay cosas que les resultan un poco difíciles, que son un reto, pero humorístico, espero", añade el guionista, que también ha decidido incluir temáticas como el complotismo o el despotismo, presentes en los personajes de los romanos. Un guiño a la política actual y el desprecio al trabajo ajeno o el racismo.
A pesar de que admiten que el álbum no tiene una voluntad política, es imposible no hacer alguna alusión a la quema de libros que se dio en algunas escuelas de Canadá por petición del Consejo Escolar Católico Providence. Entre los volúmenes que ardieron se encontraban ejemplares de Lucky Luke o Astérix, entre muchos otros. ¿La razón? Una representación incorrecta de minorías como los nativos americanos.
"Quemar libros no es lo mejor que se puede hacer para protestar contra la violencia, porque es algo violento en sí", explica Ferri sobre la polémica. Una participación que pone sobre la mesa los retos a los que se enfrentan relacionados con el legado de la serie. "Cada vez me digo que no voy a poder continuar y cada vez estoy convencido de que voy a parar porque es difícil. Lo digo cada vez, pero es cierto que ésta a lo mejor es de verdad".