Mientras España cerraba la campaña de las Elecciones Generales que ha afianzado al PP y a Mariano Rajoy como respuesta a la crisis financiera y a los escándalos de corrupción, Kanye West lanzaba el videoclip de Famous, el corte número cuatro del álbum The Life Of Pablo, calificado por su propio autor como “el mejor disco de todos los tiempos”. West comparte estrategia de comunicación con la política: a más ruido, más fieles.
Montó un evento en directo para lanzar el vídeo en el que presenta una gran cama compartida por Taylor Swift, Kim Kardashian, Rihanna, Donald Trump, Chris Brown, Bill Cosby, Caitlyn Jenner, Amber Rose, Ray J, Chris Brown, Anna Wintour y George Bush. No es una orgía, quizá es el momento posterior, cuando los participantes de la cama redonda han caído exhaustos y duermen profundamente.
En el centro, West, rodeado por Swift y su esposa Kardashian. En el vídeo West ha censurado la parte que más ha molestado a Swift: “Siento que yo y Taylor todavía podemos tener sexo. ¿Por qué? Porque yo hice famosa a esa zorra”. Al final del vídeo, el rapero agradece a cada una de estas celebridades “por ser famoso”.
Una cámara se ha colado en la habitación y graba a los famosos en su versión menos pública, dormitando bajo una sábana blanca, en una cama gigante. Curiosamente, ni siquiera la intimidad garantiza la credibilidad de los personajes. Algo en lo que también insisten los políticos -romper con su imagen oficial- en busca de mayores rendimientos electorales. El efecto es el mismo en el vídeo de West, la visión ilumina cuerpos y gestos de los que dudar: pueden ser ellos, los reales, los plastificados, tan reales como artificales; o por muy reales que aparenten ser, son de cera.
El músico se ha inspirado en un gran mural del pintor hiperrealista Vincent Desiderio, titulado Sleep, pintado entre 2003 y 2008, de casi tres metros de alto y ocho metros de ancho. El artista, se 61 años, vive y trabaja en Sleepy Hollow (Nueva York), ha expuesto en MoMA y Guggenheim y tiene obra en la colección del Metropolitan Museum of Art de Nueva York.
“Me estremezco cuando se me reconoce como pintor figurativo. Soy pintor. No puedo hablar de la pintura figurativa como algo aparte de la pintura abstracta o la pintura conceptual”, explicaba a la revista Painting Perceptions. “La pintura es pintura. Es todo artificio, una mentira a través de la que se revela la verdad”, dice el pintor recordando a Picasso. Desiderio pinta directamente, sin trabajar en bocetos, ni esquemas, porque asegura que quiere enfrentarse a los problemas que irá encontrando en el desarrollo del trabajo. “Son experimentos en la técnica narrativa”.