Hace cinco años que Amy Winehouse murió, el alcohol y las drogas destruyeron a una de las voces más prometedoras de la música contemporánea. Sin embargo, su vida y su obra no han desaparecido. La fundación que lleva el nombre de la artista va a abrir un centro para ayudar a las mujeres con problemas de alcoholismo y drogadicción, con el objetivo de ayudarlas a vencer sus adicciones y que se reintegren en la sociedad.
El centro estará en en el East London y se llamará Amy's Place (el lugar de Amy). Además, podrá acoger hasta 16 mujeres al mismo tiempo. El proyecto se está realizando en colaboración con una empresa especializada en proporcionar cuidados y atenciones en el área de la salud. Las mujeres que vivan en el centro trabajarán en un modelo de co-producción, en el que ellas mismas participarán en las labores para su recuperación.
El centro trabajará con un programa de tres meses que incluye atención personalizada, grupos de prevención de recaídas y apoyo para el desarrollo de sus habilidades potenciales
La iniciativa responde, además de a parte del legado de la artista, a una necesidad real de Londres. En la ciudad sólo hay seis centros de rehabilitación, según Dominic Ruffy, director de proyectos especiales de la Fundación Amy Winehouse. Ruffy afirma que existe una demanda de viviendas para mujeres en esta situación ya que actualmente "hay una lista de espera de seis meses" en la capital inglesa, cuenta en The Guardian.
Para el director es muy importante que el centro sea exclusivo para mujeres, ya que "muchas llegan con antecedentes de abusos físicos y psicológicos, por lo que se encuentran más seguras en un entorno donde no se tienen que preocupar por aspectos de su pasado", narra al periódico británico.
El centro trabajará con un programa de tres meses que incluye atención personalizada, grupos de prevención de recaídas y apoyo para el desarrollo de sus habilidades potenciales. Además, el centro pretende centrar parte de su actividad en talleres de empleo donde las residentes se capaciten para poder encontrar un trabajo y así no sean dependientes del centro ni de sus familiares.
La gerente de la Fundación, Jane Winehouse, afirma a The Guardian que "el proyecto va a permitir que muchas mujeres jóvenes tengan un ambiente seguro para reconstruir sus vidas y poner en práctica todo lo aprendido durante su tratamiento". La trágica muerte de Amy, con sólo 27 años, puede servir como ejemplo para evitar que los jóvenes abusen del alcohol y las drogas. Además, la experiencia de la cantante ayuda a que los niños de ambientes marginales desarrollen sus capacidades al máximo y tomen decisiones correctas en su vida.