Adele y David Bowie recibieron cinco Grammy cada uno en la noche en la que la Academia hizo su curioso homenaje al músico fallecido al que siempre habían ignorado. La otra derrotada de la noche fue Beyoncé, que se tuvo que conformar con dos galardones, a pesar de Lemonade. En el dudoso caso de que esta gala pase a la historia, lo hará por estas seis instantáneas:
Adele lo parte y lo comparte con Beyoncé
Unos dicen que fue un accidente, otros que fue para dárselo a Beyoncé. La cuestión es que Adele rompió el galardón por su base al recibir el quinto premio de la noche por su disco 25. En su mano tenía el premio al Mejor álbum del año y le reconoció a la artista que “Lemonade es monumental, precioso y te rompe el alma”. La música británica siguió con su sonado homenaje a Beyoncé, tras decir que no podía aceptarlo, que Lemonade era mejor: “La forma en la que me haces sentir a mí y a mis amigos negros. Los empoderas y haces que se levanten. Todos los artistas te adoramos, eres nuestra luz”. Y entonces partió el premio y se lo ofreció a la cantante de Houston. En camerinos, Adele se preguntó qué tenía que hacer Beyoncé para que le dieran el galardón al Álbum del año.
Beyoncé, una santa preñada
Estaba nominada para nueve premios, recibió dos y no le concedieron el Mejor álbum del año. Pero volvió a ser la protagonista de la noche con su actuación. Vestida como una santa, sin dejar pasar ni un símbolo con los que se representan, y embarazada de gemelos. Tras ser presentada por su madre, Tina Knowles, interpretó una mezcla de canciones del discazo Lemonade, aludiendo a la maternidad, la familia y el feminismo (Love Drought, Sandcastles y Formation), y fue el centro de atención durante toda la gala, en la que por primera vez luciendo su estado de gracia. Se sentó a acunar su barriga en una silla antigravedad que se inclinó más allá de los 45 grados.
Cee Lo Green: ¿Ferrero Rocher cabreado o Power Ranger?
La alfombra roja del Staples Center de Los Ángeles fue para el rapero Cee Lo Green, que se presentó dorado de cabeza a los pies. Todavía no ha aclarado si quería imitar al malo de los Power Ranger, Goldan, o a un bombón de fiesta de embajador. ¿Un Ferrero Rocher cabreado? ¿Un espontáneo de Star Trek?
El más funky: Bruno Mars se hace un Prince
Guitarra gritona, sintetizadores graves, era la hora de Bruno Mars tocando a Prince, fallecido el pasado abril: Let's Go Crazy. Vestido como él, repitiendo todos sus símbolos, calcando sus gestos, su guitarra y su ojo pintado. Escupió purpurina, se volvió loco y dejó claro que Prince es irrepetible. Las chorreras no bastan para ser él.
Adele es humana
“Lo siento, pero no puedo estropearlo”. Pidió disculpas por arrancar la canción de George Michael en otro tono y volvió a hacer Fastlove como debía. De negro, convirtió el tema de baile en balada. El año pasado tampoco salió bien la actuación: los micrófonos del piano cayeron sobre las cuerdas del instrumento.
A James Corden le falta el coche
El famoso presentador de televisión cambió su set de entrevistas habitual para guiar la gala. A falta de coches atascados, tiró de gags tan originales como rodar por las escaleras o bajarse los pantalones en directo. Esto lo hizo para plagiar a los componentes de Twenty One Pilots, que al oír su nombre como Mejor álbum de dúo pop se quitaron los pantalones en el patio de butacas y subieron en ropa interior a recogerlo.